Sahel, una de las regiones más secas de África, podría convertirse en una zona muy húmeda al cambiar la circulación del Monzón (un viento estacional que se produce por el desplazamiento del cinturón ecuatorial), como causa del cambio climático.
El Sahel es una vasta franja de tierra semiárida ubicada al sur del Sahara, la cual pasó durante 20 años por una sequía histórica, entre las décadas de 1960-1980. Aquí, por primera vez, científicos han encontrado pruebas en simulaciones por ordenador de un posible cambio repentino a fuertes lluvias estacionales.
Los resultados de esta investigación, publicados en la revista Earth System Dynamics, detectan un mecanismo de auto-amplificación que podría comenzar más allá de entre 1,5 y 2 grados Celsius de calentamiento global, que es el límite para el aumento de la temperatura global establecido en el Acuerdo Climático de París. Aunque cruzar este nuevo punto de inflexión es potencialmente beneficioso para una región tan seca, el cambio podría ser tan abrupto que sería un gran desafío de adaptación para una región ya problemática.
Este cambio está vinculado al calentamiento de los océanos vecinos, en tanto que el viento monzón proveniente del Atlántico se refuerza y deriva hacia el norte. La lluvia, a su vez, al caer atenúa el calor, convirtiendo el proceso en un círculo vicioso, pues según otro estudio publicado en abril, la frecuencia de las tormentas extremas se han triplicado en los últimos 35 años en el Sahel a causa del calentamiento global.
Esto genera peligro, debido a que las tormentas en la región del Sahel se encuentran "entre las más explosivas del planeta", subrayan los investigadores, insistiendo sobre el riesgo de inundaciones y del impacto sanitario en una ciudad desprovista de infraestructuras mínimas, además de lo ineficaz que resultan para la agricultura lluvias que provocan la erosión de los suelos.
Los investigadores calculan que la aridez del Sahel crecerá un millón de kilómetros cuadrados
-similar al tamaño del Chad-, y casi la mitad de los 135 millones de habitantes actuales, es decir, unos 65 millones de personas se verán afectados, ya que la mayoría de la población sobrevive de la agricultura.
Globalmente, el planeta se calienta a una velocidad inédita por el efecto de los gases de efecto invernadero emitidos por las actividades de los seres humanos, por lo que se puede prever una recrudecencia de las catástrofes naturales en todo el mundo, como las lluvias diluvianas que se pueden presentar en Sahel.
FUENTE: El Espectador , 9 / julio / 2017
No hay comentarios.:
Publicar un comentario