Ante la actualidad en temas de sustentabilidad, cambio climático, bonos verdes y eficiencia energética es necesario fijar un precio a las emisiones de carbono tanto a nivel local como internacional.
México no queda exento de esta posibilidad, pero no ha sido de los primeros en llevar a cabo las acciones precisas para remediar y, en su caso, cobrar un impuesto a este tipo de emisiones.
Sofía Alarcón Díaz, directora de Carbón Trust México, comentó que ciudades como Québec, California y la misma Unión Europea, ya tienen un límite a estas emisiones y siguen creciendo, por lo que la tendencia global es tener un mercado de carbono que permita facilitar la transición a esa economía baja en carbono.
“Se tendría que fijar un precio del carbono. Hay 40 países, jurisdicciones que ya tienen en marcha un impuesto al carbono. Ya sea vía un impuesto o un sistema de Comercio de emisiones”, comentó Alarcón Díaz.
Agregó que la tendencia de los mercados globales es converger hacia establecer un impuesto al carbono y un ejemplo de ello es Shell, que tiene un precio interno de carbono de 40 dólares.
En entrevista, la especialista dijo que México se está preparando, donde ya tiene un registro nacional de emisiones, una estrategia nacional de cambio climático, un programa especial de cambio climático, un compromiso internacional, que son las Contribuciones Nacionalmente Determinadas de México, tiene una reforma energética con metas muy fijas de generación de energía limpia.
“Tenemos metas claras y esa es la base, justamente, para tener un mercado de carbono. Instrumentos regulatorios, de política pública que permitan poner marcha un instrumento que va a complementar el impuesto, el mercado de carbono, la eliminación de subsidios, premiación, incentivos a la industria para lograr ciertas metas son parte de un combo, son parte de una visión mucho más integral para reducir las emisiones”, comentó.
Tema económico, no ambiental
Sofía Alarcón dijo que el cambio climático “no se ve más como un tema ambiental, se tiene que ver más como un tema económico, un tema de competitividad”.“En la experiencia que tenemos como Carbon Trust, hemos identificado que disminuir la huella de carbono en eficiencia energética te genera ahorros de hasta 40%, es un tema económico, también ambiental, pero cuando miras esos números, no hace mucho más sentido decir voy a reducir mi huella de carbono en este sector por sólo apagar la luz, por cambiar los focos”, aseguró.
El Carbon Trust es una organización sin fines de lucro que trabaja alrededor del mundo ayudando al sector público y al sector privado a transitar a una economía baja en carbono. Cuenta con tres áreas de desarrollo: eficiencia energética, innovación y certificación de la huella de carbono.
FUENTE: El Economista , 24 / julio / 2017
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