Hace veinte días se inauguró en el desierto de Moquegua la planta solar más grande del Perú. La alta radiación ultravioleta que cae sobre Arequipa, Moquegua y Tacna hace que esta zona del país se consolide como generadora de energía ecoamigable y de bajo costo.
Un mar de paneles solares resplandece a media hora de Moquegua. Este lugar, llamado Pampas de Clemesí, forma parte del desierto de Atacama, uno de los más áridos del mundo. Casi nunca llueve y la radiación solar es potente, peligrosa para la salud de cualquier mortal. En este lugar se han instalado más de medio millón de paneles que captan la energía del sol y la convierten en electricidad. Los cientos de miles de planchas de sicilio ocupan 95 hectáreas de la pampa. El complejo se llama Rubí, es la planta solar más grande del Perú y coloca a la pequeña Moquegua, la tierra del presidente Martín Vizcarra, a la vanguardia del país.
El Grupo Enel, de capitales italianos, ha invertido US$ 165 millones en instalar este andamiaje. El gerente general de la subsidiaria Enel Green Power Perú, Eugenio Calderón, afirmó, durante su inauguración, que aquí se pueden generar 180 megavatios por hora (MW/h). Con esa cantidad de energía se puede abastecer a una ciudad con 351 mil familias.
La energía del sur
Hace veinte días la pusieron en marcha. Fue uno de los últimos actos en los que participó la exministra de Energía y Minas Ángela Grossheim. Con Rubí empieza a consolidarse un parque de energía solar repartido entre Arequipa, Moquegua y Tacna. T Solar, de capitales españoles, fue la primera en capitalizar los beneficios de la potente radiación que cae sobre el sur. Camino a las playas de Arequipa, casi en el filo de la Panamericana Sur, están ubicadas las zonas conocidas como La Joya y Majes. Allí operan desde 2012 las primeras plantas solares de Latinoamérica. Luego llegó Solar Pack que instaló sus paneles entre el cruce de Ilo y Tacna. En Alto de la Alianza hay otra que genera 20 megavatios. Y pronto, en Intipampa, Moquegua, se inaugurará una con 40 MW.
El sur peruano, como el norte chileno, tiene enormes condiciones para desarrollar energía fotovoltaica. Estudios científicos advierten de una abertura de la capa de ozono que facilita la penetración de la radiación solar. En estas zonas se puede producir un watt por hora en un metro cuadrado. Transformar energía proveniente del sol en electricidad no solo resulta amigable con el medio ambiente; también es barato. Este negocio no está sometido a los vaivenes de los precios internacionales de los combustibles o a la carencia de lluvias que mueven las hidroeléctricas. El sol parece inagotable.
Un poco de números
De acuerdo con datos científicos, el sol está compuesto de hidrógeno (73%) y helio (25%). Brilla por la fusión de estos componentes. Complementan su masa algunos elementos como carbono, nitrógeno, oxígeno y otros. La energía que emana viaja por el espacio hasta iluminar la Tierra. Los moqueguanos soportan un promedio de diez horas de sol por día. Las pocas veces que se nubla tampoco se disipa el problema porque la radiación atraviesa las nube.
En opinión del presidente de la Sociedad Peruana de Energías Renovables (SPR), Juan Coronado, este tipo de energía, además de limpia y sostenible, es más barata que la convencional.
Estas plantas solares reducen en miles de toneladas la emisión de dióxido de carbono que generan otros combustibles.
En diciembre del 2014, como anfitrión de la COP 20, el Perú asumió el compromiso de reducir el 30% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030. Solo con Rubí se evitará la dispersión de 209 mil 343 toneladas de este contaminante por año.
Las energías renovables son el presente para muchos países de Europa y Asia. En el Perú se producen casi 8 mil megavatios al año. Pero solo se consumen 6 mil MW. Un 80% de esta energía es usada por la industria (minería, manufactura y pequeñas empresas) y el resto, por la población. Las plantas hidroeléctricas abastecen con 56,6% del total de energía que se produce en el país, las centrales térmicas con un 40,6%, esencialmente con la quema del gas proveniente de la selva de Camisea, y las fuentes de energía renovable bordean apenas el 2,8%. De esa cifra, un 2,3% es generada por plantas eólicas y 0,5% por las solares.
La coordinadora del Ministerio del Ambiente, María Barrios, no deja de tener razón al decir que aún estamos lejos de ser un país amigable con el medio ambiente. Estamos en pañales con relación a otros países. Alemania es potencia en energía limpia, seguida por China e India. En la región, Chile nos lleva la delantera. Los vecinos sureños asumieron como política de Estado incrementar la generación de energía limpia. En el Perú, las normas detuvieron el avance de algunos proyectos.
En el 2008 se promulgó el decreto legislativo 10002. Esta norma estableció que el 5% de la energía que consume el país debe generarse con recursos renovables como el viento (eólica), sol (fotovoltaica), biomasa y geotermia (geiseres). Esta norma debía actualizarse cada cinco años, pero en el 2013 no ocurrió nada. Es decisión del Estado que la energía limpia se use y se genere en mayor volumen. Juan Coronado, presidente de la Sociedad Peruana de Energías Renovables (SPR) afirma que si se quiere diversificar la matriz energética del país se debe elevar a 20% la generación de energía renovable.
El Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES) proyecta que para el 2026 se necesitarán nuevos proyectos para cubrir la demanda nacional, que llegaría a más de 12 mil MW. Además de Arequipa, Moquegua y Tacna, Cusco, Puno, Ayacucho y Apurímac, así como Nazca e Ica tienen potencial para hacer realidad proyectos de energía renovable.
Riesgo solar
La radiación en el sur es aprovechada por la industria, pero también es una amenaza para la población. La directora del Senamhi Tacna-Moquegua, Edualda Medina, sostiene que en estas dos ciudades se llega a 13 y 14 grados de radiación ultravioleta, uno de los índices más extremos en el mundo. Arequipa y Puno afrontan una situación similar.
Esta realidad ha incrementado el número de pacientes con cáncer a la piel y males oculares. En el Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas del Sur (Iren Sur), Arequipa, la estadística por neoplasias va en alza. En 2014 se diagnosticó a 60 pacientes. El año pasado, a 97. El médico Elisbán Vera Zeballos, encargado del Departamento de Control de Cáncer en el Iren Sur, sostuvo que el 3% de pacientes que se trata por alguna neoplasia no llega a completar con éxito el tratamiento y muere.
Hay otro inconveniente con la producción de energía fotovoltaica. Hace ocho años, el silicio de los paneles solares fue reemplazado por el arseniuro de galio. El problema es que no se tiene claro cómo manejar los residuos de este material cuando entra en desuso.
Por ahora, se tiene planeado disponer de celdas de seguridad para almacenarlos, hasta que se desarrolle tecnología que permita depurarlos o reutilizarlos. Es una tarea pendiente.
FUENTE: La República , 08 / 04 / 2018
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