Todavía no ha terminado el mes de abril, hace una semana estaba nevando en algunos puntos de la Península y los meteorólogos indican que la intensidad del sol de estos últimos días equivale a la del mes de agosto. Hecho inaudito. El cambio climático aprieta cada año con fuerza.
Un sol ardiente que atravesando una fina capa de ozono lo va quemando todo. Quema la frágil piel de los niños, los sembrados, las tiernas hojas que acaban de despuntar de sus brotes... y nos obliga, ya, a poner en marcha los aires acondicionados de automóviles, comercios y hogares.
Y la contaminación que no cesa.
Si queremos luchar contra el cambio climático, por ahí se empieza y, sin duda, los ciudadanos lo agradeceremos.—
FUENTE: El País , Lola Arpa Vilallonga. Peratallada (Girona) , 26 / 04 / 2018
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