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jueves, 27 de diciembre de 2018

ALIMENTOS BÁSICOS QUE PUEDEN DESAPARECER POR EL CAMBIO CLIMÁTICO



Alimentos básicos que pueden desaparecer por el cambio climático



Si no se remedia a tiempo, que parece que no, el cambio climático puede hacer desaparecer algunos alimentos de nuestra dieta cotidiana. Es especialmente grave cuando el aumento de emisiones de CO2 y sus consecuencias sobre el clima mundial, afectan a cultivos, como los del arroz, el trigo o la soja, básicos para la supervivencia de millones de personas.
La falta de agua, los cambios bruscos de temperaturas, las tormentas repentinas e imprevisibles ya afectan de forma negativa a cultivos cuya producción ha disminuido. También a muchos frutales, cereales y otros alimentos que necesitan ambientes fríos para una producción óptima y se resienten por el exceso de calor.

Consecuencia del cambio climático también aumentarán los precios de muchos productos básicos


Otra consecuencia lógica de todo ello serán considerables aumentos del precio de muchos productos básicos, lo que tendrá graves repercusiones en la alimentación mundial. Estos son algunos de los alimentos que pueden verse seriamente afectados en los próximos 50 años.
Aguacates
La gran cantidad de agua que necesita esta planta, casi cuatro litros por fruto, hace que la producción se resienta cuando hay problemas de sequía.
Tampoco ayuda que la creciente e imparable demanda de aguacates, cada vez más populares en todo el mundo, provoca que los principales países productores, entre ellos México, esté propiciando la deforestación de grandes zonas boscosas para dedicarlas a su cultivo.
Arroz

Arroz
Arroz (Pixabay)

Es, junto con el trigo y el maíz, uno de los alimentos básicos más amenazados. Se prevé que los campos de cultivo se verán muy perjudicados y puede que acaben quedando obsoletos por los cambios bruscos de temperatura y un clima impredecible.
Según la FAO de Naciones Unidas, los cultivos de trigo, maíz y arroz representan en total un 51% de las calorías que se ingieren en todo el mundo y la demanda podría aumentar hasta un 51% hacia mediados de este siglo.
Café

Café largo
Café largo (PLG / Getty)

Los cambios de modelos climáticos en los trópicos son responsables de los muchos problemas que están teniendo los cafetales. La proliferación de hongos y de especies invasoras son las principales. Hay que sumar las sequías recurrentes en países latinoamericanos, que es la que más las sufren.
Se calcula que en cuatro décadas se reducirán en un 88% las zonas susceptibles de dedicarse al cultivo de café. Pero una de las cosas que más puede perjudicar la cosecha de café es la extinción progresiva de las abejas. Estas juegan un papel básico en la polinización y se las considera responsables de entre un 20 y un 25% de la producción, además de asegurar la calidad de los granos.
La previsión es que en los países africanos las cosechas de café lleguen a disminuir entre un 65 y un 100 % si la temperatura sigue descontrolada.
Chocolate

Chocolate
Chocolate (grafvision)

Según un estudio publicado ya en 2011 por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, los granos de cacao van a ser mucho menos plenos en las próximas décadas, lo que supone una drástica reducción en las cantidades de polvo de cacao obtenidas.
El problema son las temperaturas excesivas, escasez hídrica y una tierra cada vez más pobre. En Ghana y Costa de Marfil la predicción indica una subida de al menos 2 grados hacia 2050. Una consecuencia de ello es una mayor evaporación de la humedad de los árboles del cacao que reducirá la producción.
Aunque no se trata de cultivos imprescindibles para la vida humana, sí tienen un gran valor social, que puede verse alterado por precios tan altos que los conviertan en artículos de auténtico lujo.
Frutas con hueso

Cerezas
Cerezas (ansonmiao / Getty)

Las cerezas y similares necesitan horas de frío para que la polinización se desarrolle en las mejores condiciones. Si aumenta la temperatura, los árboles florecen más tarde y dan menos frutos. Aunque tampoco es bueno lo contrario; las heladas intensas y largas pueden destrozar la cosecha.
Es decir que los cambios de temperatura repentinos cada vez más recurrentes hacen un flaco favor a estos cultivos que, de seguir las cosas así, podrían desaparecer.
Judías

Judias
Judias (David Airob)

Son un alimento básico en muchos países latinoamericanos y africanos y habitual en otras culturas, que no lleva bien el cambio climático. Las altas temperaturas, sobre todo nocturnas influyen negativamente sobre la floración y la producción de granos en las vainas, lo que ha causado que su rendimiento disminuya en un 25%. Otro problema son las lluvias torrenciales, cada vez más frecuentes y que arrasan las cosechas y los campos.
Maíz
La escasez de agua y las altas temperaturas no son buenas para este cereal. De hecho, por cada grado que sube el termómetro, la cosecha disminuye en un 7%. Y no se trata de especulaciones, ya que existen estudios que prueban que debido al cambio climático, la producción global de maíz ha disminuido casi en un 4%, cifra que no se habría alcanzado de no ser por el aumento de las temperaturas.

maíz
maíz (iStockphoto)

Esa alteración no afecta únicamente al grano en sí, sino, por extensión al ganado que se alimenta de él. Cuanto menor sea el rendimiento de los campos, más se encarece el grano y, siguiendo la cadena alimentaria, más habrá que pagar por la carne, lo que llevará a su vez a un menor consumo per cápita.
Pescado
Las emisiones de CO2 no impactan sólo en la agricultura, también en el mar. Ello provoca un aumento de la acidez del agua, que amenaza a una amplia gama de pescados comestibles.

Pescados y mariscos
Pescados y mariscos (AlexRaths / Getty)

Uno de los más afectados son los moluscos, porque a medida que aumenta la acidez, su caparazón se hace cada vez más pequeño y débil. De hecho, la acidez del océano ha aumentado en un 25% aproximadamente desde que comenzó la revolución industrial.
Otro problema es que hay especies enteras amenazadas porque no pueden adaptarse a los cambios de forma suficientemente rápida. Y otras que migran a climas más fríos y favorables, como laslangostas, bogavantes y otros mariscos. Y los peces tropicales desarrollan más parásitos en aguas más tibias de lo habitual, lo que a la larga debilita las especies.
Plátanos

(.)

Necesitan un clima atemperado y su principal enemigo es la falta de agua, lo que obliga a los agricultores a hacer grandes inversiones en sistemas de riego. Quienes no puedan costearlo se verán obligados a abandonar.
Uvas
Las variedades medioambientales puede disminuir la producción de uvas y en consecuencia aumentar su precio. Lo peor son las oscilaciones de las temperaturas y el grado de humedad. Se prevé que Australia vea disminuido en un 73% el territorio dedicado a la viña hacia 2050 y California, en un 70%.

Uvas frutería
Uvas frutería (ipopba / Getty)

Otra cuestión es la calidad del vino y su bouquet, que dependen de la ubicación geográfica. Las viñas requieren climas templados, pero no demasiado. Lo que no les conviene en absoluto son las temperaturas extremas, que pueden variar su sabor. Por otro lado, con el calor, las uvas retienen más azúcar, lo que hace que aumente la graduación de alcohol.
Según algunos científicos, sin embargo, hay esperanza en el futuro si la industria toma conciencia y los enólogos empiezan a trabajar para conseguir grandes vinos a partir de especies ahora desestimadas. Existen más de mil variedades de uvas, de las que ahora sólo se utilizan unas doce para elaborar los vinos más apreciados en todo el mundo.
Soja

bebida de soja
bebida de soja (Userb4093267_225 / Getty)

Imprescindible para la alimentación en países asiáticos por su gran aportación de proteínas, no parece tener un buen futuro. Loscientíficos auguran un descenso del 40% hacia 2100.
No son buenas noticias, entre otras cosas, porque la demanda no para de crecer por el significativo aumento de personas de países occidentales que siguen dietas no carnívoras. No afecta sólo a las judías, también a sus muchos derivados, como el tofu, el tempeho el aceite.
FUENTE: La Vanguardia , 27 / dic / 2018

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