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viernes, 1 de febrero de 2013

CAMBIO CLIMÁTICO AMENAZA A CARTAGENA




Expertos coinciden en que la Ciudad Heroica debe frenar construcciones junto al mar a través del POT, porque corren riesgo de inundaciones. Entre 2009 y 2011 se construyeron 1.614 habitaciones hoteleras.



Se prevén  inundaciones en zonas hoteleras, atractivos de patrimonio histórico y pérdida de playas, según Invemar

Hace más de seis meses que el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) advirtió los riesgos que por cuenta del cambio climático amenazarían a varias ciudades costeras de Colombia. Inundaciones por aumento del nivel del mar, enfermedades y hasta huracanes, son solo algunos de los estragos que pronostica la investigación.

Sin embargo, como pudo constatar este diario, pese a las transformaciones que podrían darse, hasta ahora son pocas las medidas que se han tomado al respecto. En el peor de los casos, el tema ni siquiera ha sido tenido en cuenta en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de las ciudades vulnerables.
El Espectador analizó el caso de Cartagena de Indias, la ciudad más vulnerable y la primera en el país en iniciar el proceso de adaptación al cambio climático. La semana pasada, la Secretaría de Planeación de la ciudad empezó a definir la elaboración de un plan con medidas concretas para enfrentar los efectos del clima, entre las que estaría la reubicación de barrios que actualmente están en zonas de riesgo. Seis barrios que reúnen a 196.968 habitantes serían los más vulnerables.
La paradoja es que mientras buscan alternativas para prevenir estragos por el aumento del nivel del mar, que según el Invemar podría empezar en menos de 10 años, siguen permitiendo grandes y lujosas construcciones hoteleras a orillas del mar.
Sus hijos y nietos podrían sufrir la desaparición de las playas de Cartagena. Así lo pronostica un estudio de Invemar que señala que los barrios La Boquilla, Marbella, Bocagrande y Centro Histórico podrían perder su principal atractivo turístico por el aumento del nivel de las aguas. La amenaza es aún mayor debido a que en los últimos años han aumentado las construcciones en zonas de reserva de playa, muchas veces sin los estudios pertinentes, como le dijo a este diario, el Marinero Segundo, de la Autoridad Marítima Nacional (Dimar), Lizardo Caro Martínez.
Para Édgar Bolaños, profesor investigador de la Universidad de Cartagena, “las edificaciones y los proyectos hoteleros, que están llegando masivamente al sector turístico, provocarán el hundimiento de la tierra y acelerarán las inundaciones”.
No se trata de edificaciones cualquiera: la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) señala que durante los últimos cinco años las construcciones junto al mar han sido para estratos 4, 5 y 6.
Hoy, usted puede pagar hasta mil millones de pesos por ver el mar desde su apartamento y hasta cuatro mil millones de pesos por disfrutar de una casa en el centro histórico de la ciudad, sin importar que en unos 100 años podrían inundarse.
De acuerdo con un informe de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Bolívar, “Cartagena se ha caracterizado porque cerca del 80% de su crecimiento urbano ha obedecido a procesos informales, sin planificación ni ajuste a las normas urbanísticas de sus planes reguladores”.
La Procuraduría y expertos en el tema coinciden en que una de las soluciones a esta problemática es controlar el desarrollo urbanístico a través de modificaciones en el POT.
“Todos los municipios tienen la misión de actualizar el POT según el cambio climático”, como insistió el procurador, Óscar Darío Amaya Navas, delegado para Asuntos Ambientales. Según Amaya, “Cartagena, así como Santa Marta y Barranquilla, es una de las ciudades más atrasadas en el tema ambiental”.
De acuerdo con la secretaria de Planeación de Cartagena, Mery Castro, a la fecha el tema del cambio climático sólo está incluido en el Plan de Desarrollo. Por su parte, Francisco Castillo, asesor de Planeación de Cartagena, afirma que hasta fin de año estarán listos los estudios para modificar el POT y “el punto más importante es definir la altura de inundación de la ciudad, para prohibir la construcción en ciertas zonas”.
Sin embargo, el plazo para incluir el tema del cambio climático en el POT se vence a mediados de este año y los alcaldes que lo incumplan, serán sancionados disciplinariamente. Así lo anunció el procurador Amaya.
Mientras que para la Alcaldía de Cartagena y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras son evidentes los pasos que hay que seguir para contrarrestar el cambio climático, como la reubicación, manejo de basuras y de aguas residuales, las amenazas no se han discutido en el Concejo Distrital. Según el concejal de Cartagena David Múnera, “en el Concejo se ha tocado poco ese tema, ni siquiera está en la agenda y en el Plan de Desarrollo del alcalde está perdido en el mapa”.
Así lo explica el también concejal Andrés Betancourt: “la ciudad se ha acostumbrado a atender el cambio climático, que ya la afecta, con colchonetas, subsidios y campos temporales de viviendas, pero no con las políticas públicas para dar solución de manera definitiva”.
Después de Cartagena, las ciudades más vulnerables son San Andrés, Buenaventura, Tumaco y Santa Marta. Ante estas proyecciones, las secretarías de Planeación de algunas de estas ciudades tampoco han incluido en sus POT medidas concretas para afrontar la amenaza. Wílmar Garcés, secretario de Planeación de Buenaventura, aseguró que el municipio “está a las puertas de iniciar el ajuste del componente del cambio climático en la carta de navegación y otros aspectos para ajustar el POT”.
Por su parte, el secretario de Planeación de Santa Marta, Isaac Pertuz, asegura que “las acciones que está tomando la ciudad son para las sequías, que van hasta marzo, y no para las inundaciones. En el momento no hay proyecto particular de cambio climático”.
Por lo pronto, hasta mediados de este año la Procuraduría evaluará los POT de todos los municipios y determinará si los alcaldes deben ser sancionados por evadir la inclusión del tema del cambio climático.
Los riesgos que corre Cartagena de Indias 
En casi 100 años, las playas del Corralito de Piedra podrían disminuir e incluso desaparecer, según un estudio del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar). El nivel del mar aumentará anualmente de 2 a 5 mm, para un total de 1 metro en 2100. 
Los primeros estragos se empezarían a ver en apenas seis años. En 2019, el 16% del patrimonio histórico y el 18% de la infraestructura vial se afectarían debido a inundaciones por lluvias intensas y mar de leva; asimismo, colegios, universidades, hospitales, canchas e iglesias. Lo más preocupante es que varios de los barrios que sufrirían tempranamente por el clima cambiante son los más deprimidos: Olaya Herrera y El Pozón.
Javier Mouthon, docente investigador de la Universidad de Cartagena, afirma que esta situación es alarmante, porque “en las zonas costeras cualquier milímetro que suba representa un riesgo para la población”.
FUENTE: elespectador.com, 30/ 01/ 2013


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