No será “el fin del mundo”, aciertan a decir algunos científicos consultados por IPS. Pero otros anticipan una crisis de seguridad alimentaria. El capítulo sobre agricultura estima que hasta 2020, el sector sufrirá pérdidas en torno a los 3.100 millones de dólares por año.
El rendimiento de la soja brasileña, rubro clave de las exportaciones, puede caer hasta 24 por ciento hacia 2050. También habrá merma de frijol, arroz, maíz, caña de azúcar, café y naranja. Algunos de esos alimentos ya muestran pérdidas en las cosechas de este año.
De acuerdo al primer informe exhaustivo sobre el cambio climático en este país sudamericano, la temperatura en su extenso territorio se puede elevar entre tres y seis grados hasta 2100, y las pérdidas agrícolas serán uno de sus efectos más notables.No será “el fin del mundo”, aciertan a decir algunos científicos consultados por IPS. Pero otros anticipan una crisis de seguridad alimentaria. El capítulo sobre agricultura estima que hasta 2020, el sector sufrirá pérdidas en torno a los 3.100 millones de dólares por año.
Además de la soja, de la que Brasil es el primer exportador mundial, otros alimentos mencionados son fundamentales en la mesa brasileña. Por eso, “sin duda estamos hablando de seguridad alimentaria”, dijo a IPS el coordinador del programa de cambios climáticos y energía del Fondo Mundial de la Naturaleza – Brasil (WWF-Brasil), Carlos Rittl, doctorado en ecología.
El informe es el primero de tres que publica el Panel Brasileño de Cambios Climáticos, un organismo que crearon en 2009 los ministerios de Ciencia y Tecnología y de Medio Ambiente.
Este volumen se centra en la base científica del recalentamiento global y reúne trabajos de 345 investigadores. Su publicación se hizo en el marco de la Primera Conferencia Nacional de Cambios Climáticos Globales, que se llevó a cabo desde el lunes 9 hasta este viernes 13 en la sureña ciudad de São Paulo. Los dos siguientes se publicarán en octubre y noviembre.
El calor, agravado por menos lluvias, podría reducir el caudal de los ríos y el suministro de agua subterránea, si no hubiera respuestas para bajar la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento.
En la Amazonia, las lluvias podrían reducirse en 45 por ciento. La caída hídrica en este bioma donde se están construyendo muchas centrales hidroeléctricas, acarrearía riesgos para el suministro de energía. En las pampas del sur y en el sudeste, las precipitaciones aumentarían en 40 por ciento, causando más inundaciones.
El informe no presenta novedades respecto de escenarios climáticos ya trazados para Brasil, pero sí sistematiza los conocimientos existentes y expone cuáles son las lagunas de conocimiento en cada caso. Por eso es una hoja de ruta para las investigaciones futuras.
En 2009, Brasil se comprometió a reducir sus emisiones de gases invernadero entre 36,1 por ciento y 38,9 por ciento, según dos escenarios de crecimiento del producto interno bruto. El gobierno asevera que ya avanzó en 62 por ciento hacia esa meta, gracias a la marcada reducción del ritmo de la deforestación.
FUENTE: Ecoticias, 27/ 02/ 2014
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