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jueves, 26 de marzo de 2015

NAOMI KLEIN: "ACTUAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO ES LA CLAVE PARA CREAR EMPLEO".




En atajar "la mayor amenaza" que pesa sobre la humanidad, el cambio climático, reside "la gran oportunidad para recuperar el bienestar social arrebatado por el capitalismo salvaje y generar empleo de calidad", como sostiene la activista Naomi Klein, que vuelve a remover conciencias con su último libro.
Publicado en 20 idiomas, "Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima", tiene visos de convertirse, tras "No logo" y "La doctrina del shock", en su tercer gran manual para desentrañar al capitalismo desregulado como "una máquina generadora de desigualdad, corrupción y, ahora también, de la crisis climática que amenaza el planeta".
En una entrevista con EFEverde celebrada en Madrid, Klein (Montreal, 1970), asegura que su visita para presentar el libro no es casual: "España es uno de los países donde más división existe entre el poder económico y la agenda climática. La crisis se ha usado como excusa para dejar de lado los problemas ambientales".
Pese a su popularidad como una de las voces más relevantes del movimiento antiglobalización, Klein es cercana y sencilla en las distancias cortas y demuestra un gran conocimiento de la realidad española.
Sin ser preguntada por ello, critica el "desproporcionado precio que los españoles pagan por la electricidad", y el "varapalo que han recibido las renovables a cuenta de la crisis".
"Aquí, como en el resto del mundo, necesitamos un movimiento de justicia climática fuerte que conecte con la realidad económica diaria y rompa con la idea de que existe una competición entre la creación de empleo y la respuesta al cambio climático".
"Oportunidad" es la palabra más repetida por Klein en 40 minutos de entrevista y en las 700 páginas de su último libro.
Está empeñada en que luchar contra el calentamiento puede ser una "fuerza catalizadora": "Para generar el empleo y las viviendas dignas con las que soñó Luther King; para que los indígenas, cuyas tierras fueron arrebatadas para extraer recursos, puedan abrir grifos de agua dulce y acceder a la energía con fuentes renovables; para recuperar los servicios públicos...".
Lo primero que se requiere para restaurar "nuestras democracias de la corrosiva influencia de las grandes empresas y los tratados de libre comercio" es "la convergencia del movimiento social y el ecologista".
Por eso en su libro trata de "construir puentes entre uno y otro", porque están "condenados a confluir en tanto que las soluciones que buscan se alcanzan por la misma vía".
Klein parte de la base de que los Gobiernos han sido incapaces de declarar la crisis climática, porque las acciones requeridas para la reducción de emisiones "amenazan a la elite minoritaria que domina la economía, la política y la mayoría de los principales medios de comunicación" y, en definitiva, "entran en conflicto con las bases del capitalismo desregulado".
Sin embargo, los políticos no son los únicos que pueden declarar una crisis; los ciudadanos cuentan "con sus propias herramientas para hacerlo, lo que hace falta es que las usen".
A la hora de tomar el liderazgo para evitar "una catástrofe climática" la ciudadanía debe evitar dos problemas que en el pasado cometieron los ecologistas: "Contar con las empresas para resolver el problema o hablar el lenguaje del neoliberalismo para buscar soluciones basadas en el mercado".
"Les hemos dado demasiadas oportunidades para que hagan una transición voluntaria. Los mercados de derechos de emisión son el ejemplo de un incentivo para que cambien de modelo de negocio. Es el momento dejar de pensar en la industria de los combustibles fósiles como compañero de viaje en este proceso y verlos como contrincantes; ya no hay tiempo para estrecharles la mano sino para presionarles".
Llegado al punto en el que la ciencia y la realidad muestran cada día que ya no ha tiempo "para una transición lenta sino para cambios radicales", Klein clama con rotundidad que "hay que asumir "el conflicto de intereses" con la industria de los combustibles fósiles y "que en la transformación del sistema energético habrá perdedores".
Aún así no hay porque llegar a ese punto: "Las empresas pueden cambiar de modelo de negocio, pero no lo van a hacer hasta que las leyes nacionales amenacen su manera de obtener beneficios".
Aunque el tiempo restante para solucionar la crisis climática es mínimo, Klein concluye que "andamos sobrados de tecnologías verdes" para ponerle remedio logrando en el camino "un sistema social más justo, que responda de manera real a las necesidades del conjunto de ciudadanos".

FUENTE: La Vanguardia Vida, 26 / marzo / 2015

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