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jueves, 9 de febrero de 2017

CALIFORNIA SE QUEDA SOLA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO.




La Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés) trabaja en su propia ley para regular las emisiones de metano al mismo tiempo que el Congreso de Estados Unidos se esfuerza en derogar la actual normativa federal al respecto, implementada por la Administración Obama.
Dicha ley fue puesta en efecto diez días después de las elecciones del 8 de noviembre que dieron la victoria a Donald Trump, e insta a la Oficina de Administración de Tierras (BLM, por sus siglas en inglés) a reducir las fugas, combustiones y emisiones de gas metano en tierras federales y tribales.
Pero el Acta de Revisión del Congreso autoriza a los legisladores federales a rechazar las normativas aprobadas después del 13 de junio de 2016 mediante una votación en la que se consiga la mayoría simple. La Cámara de Representantes ya lo ha aprobado, y ahora la moción pasará por el Senado.
“No tenemos control sobre lo que hace el gobierno federal con sus reglas, pero podemos ceñirnos a nuestro plan, que es lo que estamos haciendo”, indicó a KPCC Dave Clegern, portavoz de CARB.
California no se verá muy impactada si el Congreso echa abajo la actual normativa, ya que menos del 10% del petróleo y el gas del estado proceden de tierras federales y la regulación en la que trabaja CARB será aplicaba tanto a los terrenos federales como estatales.
La futura normativa estará finalizada finales de año y propone reducir las emisiones de gas metano derivadas de la extracción de petróleo y gas casi a la mitad.
El metano, que es lo mismo que el gas natural, es un contaminante con una capacidad de provocar el efecto invernadero 72 veces mayor que la del dióxido de carbono. Se emite a la atmósfera tanto de manera accidental, debido a fugas en oleoductos y tanques de almacenamiento de gas y petróleo, como deliberada cuando las compañías petroleras queman el gas que se extrae junto con el petróleo.
La futura legislación de California, cuando entre en vigor, será la más estricta de la nación, más incluso que la implementada por Obama. Se aplicará a todos los yacimientos de gas y petróleo del estado tanto en la tierra como en el mar, en terrenos federales, estatales y privados, a excepción de los tribales.
También se centrará en instalaciones de almacenamiento subterráneo como la de Alison Canyon, en plantas de procesamiento de gas y estaciones de compresión que ayudan a transportar el gas a lo largo de los gaseoductos, a las que requerirá inspecciones trimestrales para detectar y reparar posibles fugas.
Clegern explicó que California sencillamente se esfuerza en cumplir sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero, fijados por leyes estatales.
“No aspiramos a ser líderes, pero nos encontramos en esa posición porque necesitamos aplicar los programas que tenemos”, explicó.

FUENTE: La Opinión, 9 / 02 / 2017

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