Una inmensa preocupación a nivel internacional ha propiciado el cambio climático por los fenómenos naturales que trae acompañado, que pueden afectar sobremanera la calidad de vida de los seres humanos.
Por eso, la Segunda Conferencia Mundial sobre el clima, a partir de las conclusiones del Primer Informe Científico del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, recomendó el inicio de las negociaciones para elaborar un tratado internacional que regulara la cooperación entre los países para mitigar esos efectos.
A propósito de esa sugerencia, se estableció en ese mismo año el Comité Intergubernamental de Negociación (CIN) encargado de negociar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
El CIN redactó el texto de la CMNUCC, la cual fue firmada por 154 países en el contexto de la Cumbre para la Tierra, en Río de Janeiro, en junio de 1992, un marco de referencia dentro del cual los gobiernos podrán colaborar.
Por esta, y otras acciones derivadas después, se aliaron Canadá y Cuba para enfrentar el cambio climático, teniendo en cuenta la estrecha relación entre ambas naciones.
Esa realidad fue ratificada durante el XVII Seminario de Estudios Canadienses, del 23 al 25 de este mes, donde el especialista de Medio Ambiente para la Región de las Américas del Ministerio de Asuntos Globales de ese país de Norteamérica, Moreno Padilla, celebró la cooperación entre los dos países.
En tal sentido, la reciente visita de nuestro Primer Ministro, Justin Trudeau, ayudó para la firma de un convenio en pos de fortalecer la producción de frutas en la isla ante la variación global del clima, declaró a Prensa Latina.
Este proyecto incluye el suministro de medios para que la agricultura en la mayor de las Antillas se adapte mejor a ese comportamiento, dijo Padilla en la sede del evento, en la Universidad de La Habana.
De igual manera, existen otros proyectos bilaterales en materia de seguridad alimentaria, que se benefician -fundamentalmente- las provincias de Artemisa, Mayabeque, La Habana, Matanzas, Guantánamo, Santiago de Cuba y Santi Spíritus.
Por otra parte, también se materializa una integración medio-ambiental con proyectos de capacitación para el Sistema Nacional de Auditoría, con el objetivo de fortalecer la capacidad de los auditores cubanos en una variedad de áreas.
ENFRENTAMIENTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN CANADÁ
El cambio climático por ser un tema que abarca a todo el planeta, y -por supuesto- sin fronteras, está incorporado en las mentes de los canadienses, reconoció el experto en el contexto de la cita de esta capital.
A propósito de los compromisos para enfrentar ese fenómeno natural, tenemos una estrategia para combatirlo, así como para incrementar la economía verde a través de un plan nacional, en el cual casi todas las provincias están participando, apuntó Padilla.
Al igual que Cuba, Canadá firmó el Acuerdo de París, para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y nos comprometimos a apoyar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), subrayó.
Para que se tenga una idea de esa contribución, el primer ministro canadiense responsabilizó en 2015 a 11, de los 30 ministros, para que el cambio climático y las energías limpias sean parte de las prioridades de sus organismos, una verdadera muestra del compromiso sobre el tema, resaltó.
Ante una interrogante sobre cómo las provincias canadienses han tomado conciencia de los efectos del calentamiento de la temperatura en el mundo, celebró la manera en que los medios de comunicación realizan campañas al respecto.
Sin embargo, a los que no les llega esa información por esa vía, los efectos se hacen sentir cuando hay anomalías del clima, como los incendios forestales, que provocan muchas pérdidas.
Asimismo, agregó, las tormentas formadas en el Caribe -cada vez más frecuente- cuando llegan a nuestras provincias del Atlántico, aunque son más débiles, han tenido un impacto muy grande, a nivel -tanto individual, como social..
También, Canadá adoptó una Política Feminista de Asistencia Internacional (FIAP por sus siglas en inglés), la cual reconoce los desafíos que presenta el cambio climático, especialmente para las mujeres y la gente más pobre y vulnerable.
Para el especialista canadiense, todo cuanto se haga es poco, a modo de preparación para enfrentar el cambio climático, por eso, augura que el XVII Seminario de Estudios Canadienses en Cuba se revierta en una mayor efectividad de los planes de cooperación bilateral entre los dos países.
A propósito de esa sugerencia, se estableció en ese mismo año el Comité Intergubernamental de Negociación (CIN) encargado de negociar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
El CIN redactó el texto de la CMNUCC, la cual fue firmada por 154 países en el contexto de la Cumbre para la Tierra, en Río de Janeiro, en junio de 1992, un marco de referencia dentro del cual los gobiernos podrán colaborar.
Por esta, y otras acciones derivadas después, se aliaron Canadá y Cuba para enfrentar el cambio climático, teniendo en cuenta la estrecha relación entre ambas naciones.
Esa realidad fue ratificada durante el XVII Seminario de Estudios Canadienses, del 23 al 25 de este mes, donde el especialista de Medio Ambiente para la Región de las Américas del Ministerio de Asuntos Globales de ese país de Norteamérica, Moreno Padilla, celebró la cooperación entre los dos países.
En tal sentido, la reciente visita de nuestro Primer Ministro, Justin Trudeau, ayudó para la firma de un convenio en pos de fortalecer la producción de frutas en la isla ante la variación global del clima, declaró a Prensa Latina.
Este proyecto incluye el suministro de medios para que la agricultura en la mayor de las Antillas se adapte mejor a ese comportamiento, dijo Padilla en la sede del evento, en la Universidad de La Habana.
De igual manera, existen otros proyectos bilaterales en materia de seguridad alimentaria, que se benefician -fundamentalmente- las provincias de Artemisa, Mayabeque, La Habana, Matanzas, Guantánamo, Santiago de Cuba y Santi Spíritus.
Por otra parte, también se materializa una integración medio-ambiental con proyectos de capacitación para el Sistema Nacional de Auditoría, con el objetivo de fortalecer la capacidad de los auditores cubanos en una variedad de áreas.
ENFRENTAMIENTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN CANADÁ
El cambio climático por ser un tema que abarca a todo el planeta, y -por supuesto- sin fronteras, está incorporado en las mentes de los canadienses, reconoció el experto en el contexto de la cita de esta capital.
A propósito de los compromisos para enfrentar ese fenómeno natural, tenemos una estrategia para combatirlo, así como para incrementar la economía verde a través de un plan nacional, en el cual casi todas las provincias están participando, apuntó Padilla.
Al igual que Cuba, Canadá firmó el Acuerdo de París, para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y nos comprometimos a apoyar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), subrayó.
Para que se tenga una idea de esa contribución, el primer ministro canadiense responsabilizó en 2015 a 11, de los 30 ministros, para que el cambio climático y las energías limpias sean parte de las prioridades de sus organismos, una verdadera muestra del compromiso sobre el tema, resaltó.
Ante una interrogante sobre cómo las provincias canadienses han tomado conciencia de los efectos del calentamiento de la temperatura en el mundo, celebró la manera en que los medios de comunicación realizan campañas al respecto.
Sin embargo, a los que no les llega esa información por esa vía, los efectos se hacen sentir cuando hay anomalías del clima, como los incendios forestales, que provocan muchas pérdidas.
Asimismo, agregó, las tormentas formadas en el Caribe -cada vez más frecuente- cuando llegan a nuestras provincias del Atlántico, aunque son más débiles, han tenido un impacto muy grande, a nivel -tanto individual, como social..
También, Canadá adoptó una Política Feminista de Asistencia Internacional (FIAP por sus siglas en inglés), la cual reconoce los desafíos que presenta el cambio climático, especialmente para las mujeres y la gente más pobre y vulnerable.
Para el especialista canadiense, todo cuanto se haga es poco, a modo de preparación para enfrentar el cambio climático, por eso, augura que el XVII Seminario de Estudios Canadienses en Cuba se revierta en una mayor efectividad de los planes de cooperación bilateral entre los dos países.
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