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sábado, 10 de agosto de 2013

MUJER, POBREZA, Y CAMBIO CLIMÁTICO, RETOS PARA EL DESARROLLO LATINOAMERICANO.


América Latina afronta el desafío de evitar la violencia de género, disminuir la pobreza, adaptarse al cambio climático, garantizar la salud sexual y reproductiva y encarar la inmigración desde la perspectiva de los derechos humanos, fenómenos que afectan con mayor fuerza a las mujeres.
Tales asuntos serán debatidos en la I Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, que con el Fondo de Población de la ONU (FPNU) y la Cimisión Económica para la región (CEPAL) se celebrará a partir del lunes 12 en Montevideo.
La conferencia, convocada para revisar las metas trazadas desde la cita mundial celebrada en 1994 en El Cairo, examinará el caso de la población latinoamericana y caribeña, mayoritariamente joven y femenina, que pasó de 168 millones de personas en 1950 a 617 millones en 2013, con un crecimiento superior al promedio mundial.

La tendencia de mayoría femenina se refleja en los países más poblados de la región -Brasil, México, Argentina y Colombia-, aunque se iguala o se revierte en otros, como Bolivia, Cuba, Ecuador, Honduras, Perú y Venezuela, según el documento.Un documento actualizado de la ONU sobre perspectivas de la población mundial indica que hacia 2050 el número de habitantes en la región alcanzará a 902 millones (el mundo tendrá entonces 10.868 millones de habitantes) y que en América Latina y el Caribe, en general, hay más mujeres que hombres.

Así, la violencia, la pobreza, el cambio climático, la inequidad laboral, los embarazos no deseados, la inmigración ilegal, la trata de personas y la falta de servicios de salud, entre otros problemas, afectan en mayor o menor medida a las latinoamericanas y caribeñas, con situaciones dramáticas entre las indígenas y afrodescendientes.
En el caso de la violencia por razones de género, la región tiene una asignatura pendiente, a pesar de que algunos gobiernos impulsan políticas públicas para prevenir las agresiones físicas y sicológicas en el entorno familiar, laboral, educativo y callejero.
Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la situación de la violencia contra las mujeres en doce países de América Latina y el Caribe mostró que esos actos están enquistados en la sociedad, y en algunos casos responden a patrones ancestrales.
Las agresiones a las mujeres son graves en casi todos los países, desde Haití, donde el 13 % de ellas manifiesta haber experimentado violencia física a lo largo de su vida, hasta Ecuador (31 %), Colombia, Perú (39 %) y Bolivia, donde el 52 % de la población femenina dice haber sido agredida.
Los datos de la OPS indican que entre un 5 % y un 11 % de las mujeres encuestadas reportaron haber sufrido agresiones sexuales por parte de su pareja, y entre un 10 % y un 27 % han padecido de esos actos por cualquier agresor, inclusive su compañero.
Asimismo, el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) coinciden en que el cambio climático está causando más pobreza, especialmente entre las mujeres de la región.
Los efectos del calentamiento global y la contaminación inciden gravemente en la situación de las mujeres pobres, debido a su limitada capacidad para reponerse a los desastres naturales y adaptarse al cambio climático, y a la falta de acceso a los alimentos y otros recursos.
La desigualdad de género provoca que las mujeres constituyan el 70 % de los pobres en Latinoamérica, la región socio-económicamente más desigual del mundo, representando la mayoría de la población más vulnerable ante los desastres naturales.
Esa situación se agrava si se considera que ellas ejercen el papel de cuidadoras en el hogar, lo que las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad ante inundaciones, deslizamientos, terremotos y otros eventos catastróficos.
La salud sexual y reproductiva, uno de los ítems de los Objetivos del Milenio (ODM), registra un déficit alarmante en América Latina y el Caribe, tal como lo muestran la baja cobertura y la mala calidad de los servicios sanitarios para las mujeres, niños y adultos mayores, principalmente, muy a pesar de los discursos oficiales.
La mortalidad materna es una de las metas de los ODM que menos progreso registra en la región.
Cada año, 287.000 mujeres mueren en el mundo por causas relacionadas con el embarazo o el parto, siendo estas el primer motivo de muerte entre adolescentes (15 y 19 años) en América Latina y el Caribe.
El estudio de la ONU mostró que, si bien hay cifras alentadoras de mortalidad infantil en Cuba (4,5 por cada mil nacidos vivos) y Costa Rica (8,5), la situación es dramática en otros países como Bolivia, con una mayoritaria población indígena, donde llega a 39,1, por encima de Botsuana (31,8).
La tasa de aborto inseguro en Latinoamérica se sitúa en alrededor de 31 casos por cada mil mujeres de 15 a 44 años, una cifra similar a la de África Subsahariana, según estudios privados.
A esos fenómenos se suma el de la emigración masiva en un continente que, si bien ha sorteado la crisis global mejor que otros, tiene la riqueza peor repartida del planeta, lo que empuja a millones de personas a cruzar las fronteras de sus países.
Las latinoamericanas y caribeñas padecen por partida múltiple el fenómeno de la inmigración, pues, a la violencia, la pobreza y la falta de escolaridad, se suman la trata de personas, la explotación laboral y el tráfico de drogas, con expresiones dramáticas entre las niñas y adolescentes. EFE
FUENTE: elsentinel.com, Los Angeles Times, 8/ 8/ 2013


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