La cumbre concluyó 36 horas después de la hora prevista con la adopción de un documento que perfila la estructura que debe tener el futuro acuerdo global de reducción de emisiones que se pretende adoptar en París en 2015, pero deja abiertos demasiados frentes para que ese acuerdo sea un éxito.
A juicio de Tatiana Nuño, portavoz de Cambio Climático de Greenpeace España, el texto aprobado “es muy débil en la definición de cómo los países tendrán que presentar los compromisos para reducir las emisiones contaminantes” de cara a ese futuro acuerdo. “La negociación climática ha terminado con los países dejando todas las decisiones difíciles para el futuro”, dijo Nuño a la agencia EFE.
No obstante, valoró que “el borrador que se negociará el año que viene para París incluya alcanzar cero emisiones de CO2 para el año 2050″. Según la portavoz de Greenpeace, “vale la pena luchar por ese futuro libre de emisiones al que ya se están uniendo voces de todo el mundo, desde grupos de jóvenes a los líderes empresariales, grupos religiosos y sindicatos”.
Para Samantha Smith, líder de la Iniciativa Global de Clima y Energía de WWF, los gobiernos reunidos en Lima optaron por un “plan a medio cocinar”. “Los gobiernos fallaron rotundamente en alcanzar un acuerdo sobre planes específicos para reducir las emisiones antes del 2020, con el cual se sentarían las bases para terminar la era de los combustibles fósiles y se aceleraría el paso hacia las energías renovables y una mayor eficiencia energética”, explicó Smith.
La portavoz de WWF insistió en que la ciencia “es clara” a ese respecto: “demorar las acciones hasta el 2020 hará que sea casi imposible evitar los peores impactos del cambio climático”, pero, en su opinión, en Lima “ganó la conveniencia política sobre la urgencia científica”. “Los negociadores han desaprovechado la ola de optimismo político sobre la que iniciaron las negociaciones”, consideró.
En la misma línea, Winnie Byanyima, director ejecutivo de Oxfam Internacional, señaló que la reunión de Perú puso de manifiesto que “todavía hay un enorme y creciente brecha entre el enfoque de algunos negociadores del clima y la demanda pública de acción”.
Pero en lugar de hacer decaer a los ciudadanos, lo aprobado en Lima debe ser “una llamada a la acción aún más fuerte, para que la gente de todo el mundo exija a los Gobiernos un cambio de dirección”, concluyó Byanyima.
Fuente: Noticias más verde, 16 / dic / 2014 , EFE, Agencias
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