A lo largo de la historia de la Tierra ha existido un cambio climático
debido a diversos factores naturales, con períodos interglaciares y períodos de
mayor calentamiento global. Sin embargo, desde la revolución industrial, este
cambio se ha acelerado a un ritmo desmesurado. Este cambio tiene diversas
consecuencias para los ecosistemas, entre otras cosas.
Pero conviene conocer cuáles son las principales consecuencias
del cambio climático en España y, por ello, en este artículo de
EcologíaVerde las repasamos todas.
Datos sobre el
cambio climático
A partir de la revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XX, la
temperatura del planeta se ha incrementado unos 0,6ºC y una subida de 10-12
centímetros en el nivel del mar. Las consecuencias de este aumento son un mayor
riesgo de incendios, de sequías, de deterioro de las cosechas y de
inundaciones. Fenómenos que serán patentes durante los próximos años.
Según la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), en España las cifras
de precipitaciones han sido alarmantes durante el último año, pues ha habido un descenso
en los niveles de las precipitaciones de un 15% (pasando de 648 mm de
media a 551 mm durante el 2016-2017). A esto le sumamos el hecho de que el mes
de agosto de 2018 ha sido el sexto más cálido del siglo XXI. La consecuencia
más palpable de estos problemas es la sequía.
En el noroeste peninsular, las cuencas hidrográficas han bajado a
valores nunca antes vistos (menos del 40% de su capacidad) y otras que
habitualmente sufren de mayor estrés hídrico como es la cuenca
del río Segura o del Júcar, están alrededor del 10% de su capacidad.
Subidas en el nivel
del mar y desertificación
Unas de las primeras consecuencias del cambio climático en
España que hay que tener en cuenta son el aumento del nivel del mar y la
desertificación.
Durante el último año, un equipo de científicos de la Universidad de
Southampton (Reino Unido) ha hecho público un artículo donde aseguran que existe
la posibilidad de que el nivel global del mar suba tres metros
de aquí al año 2100. Si esto fuese así, gran parte de la ciudad de Barcelona, La
Coruña, Santander o Málaga se verían inundadas por el mar. Además de esto, el
parque de Doñana se perdería, junto a la mayoría de las Rías Baixas o el delta
del Ebro. Asimismo, esto sucedería a nivel global, así que otras ciudades se
verían realmente afectadas hasta el punto de desparecer por completo.
.
El Ministerio de Medio Ambiente afirma que hasta un 74%
del suelo en España está en proceso de desertificación y en 50
años, un 20% del que está ahora a salvo, también correrá peligro. Comunidades
como Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura o gran parte del Levante ya
presentan gran cantidad de suelos susceptibles de degradarse. Este fenómeno
ocasiona importantes perjuicios para las actividades agropecuarias que allí se
desarrollan y para los ecosistemas.
Está pérdida de
suelo fértil es ya un proceso irreversible que afecta negativamente a todas las
especies (incluido la humana). Sin embargo, la desertificación del territorio también
tiene consecuencias indirectas como el éxodo a las grandes ciudades debido a la
crisis en la agricultura tradicional. A su vez, este éxodo se traduce en que
los recursos naturales de las zonas cercanas a las grandes urbes se vean sobreexplotados, retroalimentando el proceso
de cambio climático.
Alteración de los
ecosistemas y la distribución de especies en España
Otra de las consecuencias del cambio climático en España que
se nota desde ya hace unos años es la gran alteración que sufren la mayoría de
los ecosistemas y, en consecuencia de ello, los cambios que ha habido en la
distribución de las especies en España.
Los expertos afirman que el incremento de la temperatura del agua, el
cambio de las corrientes marinas y la acidificación de los océanos están
cambiando la distribución de las especies. Tanto en el mar Cantábrico como
en el océano Atlántico, los peces se distribuyen cada vez más al norte y en los
próximos años este fenómeno será cada vez más frecuente.
Además, con el cambio climático los ecosistemas acuáticos terrestres,
como lagos, lagunas y ríos, han pasado de ser permanentes a convertirse en
estacionales. La biodiversidad de lagos, humedales costeros y arroyos de
montaña están empezando a fluctuar según la estación. En ecosistemas acuáticos
marinos se han incrementado las temperaturas y concentraciones de CO2,
desembocando en cambios en el régimen de vientos, afloramientos y evaporación
del agua.
Conoce más sobre
los Ecosistemas acuáticos y terrestres de España con
este otro artículo de EcologíaVerde.
Más especies
invasoras en España por culpa del cambio climático
Debido a las nuevas condiciones climatológicas, desde hace
tiempo se vienen observando un mayor número de especies invasoras en
España. Las consecuencias de este incremente de especies invasoras es
la disminución de
la biodiversidad autóctona.
Un ejemplo es el del mejillón cebra, originario del mar Negro y el mar
Caspio, que ya ha colonizado el Ebro y las cuencas del Segura, el Guadalquivir
y el Júcar. Este mejillón provoca un cambio en las características
físico-químicas del agua y afecta a la flora y fauna endémica.
Otros ejemplos son
el mosquito tigre, procedente del sudeste Asiático, que ya ha colonizado
Cataluña y la Comunidad Valenciana, o la proliferación de los grandes bancos de
medusas en las costas españolas durante el verano.
FUENTE: Ecología Verde , 25 / oct / 2018
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