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viernes, 9 de noviembre de 2018

LOS EFECTOS SEVEROS DEL CAMBIO CLIMÁTICO DESTRUYEN LA AGRICULTURA





La climatología está siendo muy adversa durante todo el año 2018. Al 30 de septiembre habían ocurrido todo tipo de fenómenos extremos, con una incidencia muy severa en las explotaciones agrícolas y ganaderas de toda la geografía.
Tras un 2017 que fue el segundo peor de la historia del seguro agrario –sistema que ya cuenta en España con cuatro décadas de desarrollo–, con la gravísima sequía como principal responsable, el ejercicio 2018 se está comportando de manera diferente, pero igualmente negativa. Las reiteradas y prolongadas tormentas, especialmente de pedrisco, junto con varios episodios de heladas y fuertes vientos, han derivado en una altísima siniestralidad que ya encadena dos ejercicios consecutivos. Una de las principales preocupaciones actuales es si todo esto es un efecto del cambio climático y, por tanto, hay que modificar las perspectivas para el futuro a medio y largo plazo.

Sergio de Andrés Osorio
Por orden cronológico, lo más destacable puede resumirse en que durante el primer trimestre del año, distintos temporales acompañados de fuertes vientos provocaron daños sobre todo en la producción de cítricos, tanto en Valencia como en Murcia y Almería. Se produjo incluso un tornado en El Ejido(Almería) que provocó daños en estructuras y cultivos de invernadero. Las lluvias provocaron rajados, caídas y otras alteraciones en la piel de los cítricos. Se recibieron reclamaciones de viento de más de 18.000 hectáreas, de las que 11.400 correspondieron a los cítricos.
Sergio de Andrés Osorio
Sergio de Andrés Osorio
A finales de febrero, primero, y de marzo, después, se produjeron sendos episodios de heladas. El primero provocó daños sobre todo en las producciones de fruta temprana y extratemprana en las provincias de Murcia y Valencia; el segundo, además de incidir en esta misma zona, con importantes daños en el caqui valenciano (más de 4.600 hectáreas), también afectó, aunque con menor intensidad a Aragón, Cataluña y Andalucía.

Frutales

Además, las condiciones climatológicas que han tenido lugar durante la floración no han sido buenas para la fecundación de los frutales, especialmente en los de floración temprana y extratemprana, lo que ha causado un siniestro importante de falta de cuajado. El siniestro fue muy intenso en Extremadura (más de 6.500 hectáreas), con daños muy elevados en ciruela y albaricoque. También hubo daños importantes en Murcia (4.500 hectáreas), Cataluña (2.000 hectáreas), Navarra, Aragón y La Rioja, alcanzando en conjunto las 16.200 hectáreas.
Durante la madrugada del día 1 de mayo se produjo una entrada de aire frío procedente del norte que provocó el desplome de las temperaturas tanto diurnas como, muy especialmente, nocturnas, lo que ocasionó daños por helada en las producciones de uva de vinificación especialmente en Castilla-La Mancha.
Con posterioridad, la madrugada del 13 de mayo se produjo otra brusca bajada de temperaturas, esta vez en la Meseta Norte, ocasionando daños en la Ribera del Duero y en zonas puntuales de La Rioja Alta. Con menor intensidad y de manera puntual se han producido daños en otras comunidades como Navarra, La Rioja y la Comunidad Valenciana. El estado de desarrollo de la viña en el momento de ocurrencia del siniestro era muy variable, pero en general ya se había iniciado la brotación, lo que situaba al viñedo en un momento extremadamente sensible al frío.

Pedrisco

Pese a todo, el principal protagonista del año está siendo el pedrisco. Desde el inicio de la primavera, tanto en marzo como en abril se repitieron las tormentas acompañadas de granizo, causando daños a numerosas producciones agrícolas, lo que constituye una situación normal en esta estación. Pero a lo largo del mes de mayo se produjo tal reiteración de fenómenos tormentosos que la situación meteorológica pudo calificarse de claramente anormal.
Efectos de un tornado en El Ejido.
Efectos de un tornado en El Ejido.
Los pedriscos continuaron en el mes de junio, especialmente en su primera decena, agravando los daños en numerosas zonas y producciones agrícolas. Los más importantes se concentraron en Extremadura, Castilla-La Mancha y la región de Murcia, aunque también son cuantiosos en Cataluña, Castilla y León y Aragón. Además de los frutales, se vieron afectados cultivos de cereales, uva de vinificación, cítricos, hortalizas y otros leñosos. La situación se agravó en el mes de julio con numerosas tormentas de extraordinaria intensidad, como la que afectó al caqui en Valencia o las que se repitieron en Castilla y León, Navarra y La Rioja.
En agosto y septiembre continuó la misma tónica, con el paso de continuas bolsas de aire frío que produjeron fuertes tormentas en muchas ocasiones acompañadas de pedrisco. El resultado de semejante actividad tormentosa es que la práctica totalidad de la península está afectada con mayor o menor intensidad y extensión, con un total, hasta la fecha, de casi 670.000 hectáreas, (principalmente en las dos castillas y Aragón) y unas indemnizaciones superiores a los 270 millones de euros, con especial incidencia, por su coste, en frutales.

Gota fría

Por último, a todos los fenómenos climáticos descritos hay que añadir la gota fríadel mes de octubre que ha afectado fundamentalmente a las comunidades autónomas de Valencia (sobre todo la provincia de Castellón) y Andalucía, si bien hay que esperar para conocer los daños que podría haber causado en los cultivos.
En lo que respecta a los cultivos herbáceos, las lluvias han sido muy beneficiosas para el desarrollo de los cereales de invierno. Los mayores daños han sido consecuencia de los riesgos de pedrisco, fauna e inundación, y tan solo encontramos siniestros de sequía en zonas muy concretas de la geografía. A lo largo de los meses de verano se han producido siniestros de pedrisco en cereales de primavera, como el maíz, y en cultivos oleaginosos, como el girasol, y en agosto en el cultivo de arroz. Para el conjunto de los riesgos y de cultivos herbáceos extensivos, la superficie afectada es de 895.000 hectáreas.
En conjunto, a nivel nacional la superficie agrícola siniestrada a la fecha es de 1.296.994 hectáreas, siendo frutales, cítricos, hortalizas, fresón y frutos rojos, plátanos, caqui, uva de vino, cereales y uva de mesa, los cultivos más afectados. Las indemnizaciones estimadas para los primeros nueve meses de 2018 superan los 655 millones de euros.
FUENTE: Diario  de  Sevilla , 5 / nov / 2018

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