Tal vez estés
consciente de que una dieta basada en plantas puede ayudarte a ser más sano
porque reduce tu riesgo de desarrollar obesidad, enfermedades cardíacas y
diabetes tipo II. Ahora un estudio indica que hay otra buena razón para hacer
comidas sin carne regularmente.
Al llenar tu plato
con plantas en vez de con alimentos de origen animal puedes ayudar a salvar el
planeta.
En el estudio, que se publicó a mediados de octubre en la revista Nature , se determinó que a consecuencia del
crecimiento poblacional y del consumo continuo de dietas
occidentales ricas en carnes rojas y alimentos procesados, la presión sobre el
medioambiente y el sistema alimentario podría crecer hasta en un 90% para 2050.
.
"Lo que excede
los límites planetarios que definen un espacio de operación seguro para la
humanidad, más allá de los cuales los ecosistemas vitales de la Tierra podrían
volverse inestables", de acuerdo con Marco Springmann, director del
estudio del Programa Martin sobre el Futuro de los Alimentos de la Universidad
de Oxford.
"Podría llevar a niveles peligrosos de cambio climático con
incidencia mayor de eventos de clima extremo, afectar la función reguladora de
los ecosistemas forestales y la biodiversidad… y contaminar cuerpos de agua de
forma tal que se generen más zonas muertas,
privadas de oxígeno, en los océanos", comentó Springmann.
"Los impactos
de que el mundo entero —que sigue creciendo— se alimente como nosotros son
desconcertantes y el planeta simplemente no puede soportarlo", dijo Sharon
Palmer, nutrióloga, dietista y experta estadounidense en alimentos basados en
plantas y sostenibilidad, quien no participó en el nuevo estudio.
Para sostener al planeta se necesita reducir a la mitad la cantidad de desperdicio y merma de alimentos, así como mejorar las prácticas y las tecnologías agrícolas; sin embargo, también se necesita un cambio a dietas más basadas en plantas, según Springmann.
Palmer señaló:
"las investigaciones muestran constantemente que reducir drásticamente el
consumo de alimentos de origen animal y comer mayormente alimentos vegetales es
una de las cosas más poderosas que puedes hacer para reducir tu impacto en el
planeta a lo largo de tu vida en términos de energía requerida, uso de tierras,
emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de agua y contaminantes
emitidos".
LOS MEJORES
SUSTITUTOS DE LA CARNE
rne derivada de hongos, mezclada con base de huevo
o papa.
El efecto de la carne en el
medioambiente
Tal vez te parezca sorprendente, pero en el estudio de
Springmann se reveló que la producción de alimentos de origen animal genera la
mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los
alimentos, específicamente hasta el 78% de las emisiones agrícolas.
Explicó que esto se
debe a las emisiones relacionadas con el estiércol, su "baja eficiencia de
conversión de alimentos" (lo que significa que las vacas y otros animales
no son eficientes para convertir lo que comen en peso corporal) y a la
fermentación entérica de los rumiantes, proceso que se lleva a cabo en el
estómago de la vaca cuando digiere la comida y en el que se emite metano.
El impacto de la producción de alimentos de origen animal, en cuanto al
forraje, también contribuye al uso de agua dulce y a la presión sobre los
cultivos, así como a la aplicación de nitrógeno y fósforo que, con el tiempo,
pueden propiciar la aparición de zonas muertas en los océanos, regiones bajas en oxígeno
en donde pocos organismos pueden sobrevivir, afirmó Springmann.
Para entender la
diferencia entre los alimentos de origen animal con los de origen vegetal en
cuanto a sus efectos sobre el medioambiente, piensa que "la carne es más
de 100 veces más intensiva que las legumbres en cuanto a emisiones",
señaló Springmann. "Esto se debe a que una vaca necesita alrededor de 10
kilogramos de alimento, usualmente granos, para desarrollar un kilo de masa
corporal; esa comida necesita agua, tierra y fertilizantes".
Además, durante la digestión, las vacas emiten metano, un
potente gas de efecto invernadero, por lo que las vacas y otros rumiantes como
las ovejas son particularmente altos en emisiones.
Otros alimentos de
origen animal tienen un impacto menor porque los animales no producen metano en
su estómago y necesitan menos comida que las vacas, explicó Springmann. Por
ejemplo: las vacas emiten alrededor de 10 veces más gases de efecto invernadero
por kilo que los cerdos y los pollos, que a su vez emiten unas 10 veces más que
las legumbres.
Al igual que los animales, las plantas necesitan varias cosas para crecer,
pero la magnitud es considerablemente menor, explicó Springmann.
"En el sistema
agrícola actual cultivamos plantas para alimentar a los animales y se requieren
todos esos recursos: tierra, agua, combustibles fósiles, pesticidas, herbicidas
y fertilizantes. Luego, usamos las plantas para alimentar a los animales y
cuidarlos a lo largo de su vida, mientras producen metano y estiércol",
dijo Palmer.
Si adoptáramos más dietas basadas en plantas, podríamos reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero del sistema alimentario en más de la
mitad, según el estudio publicado en Nature. Una dieta basada en plantas también podría reducir
otros impactos ambientales como los de los fertilizantes y reducir hasta en un
cuarto el uso de tierras de cultivo y de agua dulce, de acuerdo con Springmann.
Palmer explicó que
"las legumbres [o leguminosas] como los frijoles, las lentejas y los
chícharos son la fuente de proteína más sostenible del planeta. Necesitan muy
poca agua para crecer; pueden crecer en climas extremos y secos; crecen en
países pobres, lo que da seguridad alimentaria, y actúan como fertilizante
natural porque capturan el nitrógeno del aire y lo fijan al suelo. Por eso, hay
menos necesidad de usar fertilizantes sintéticos. Son el tipo de fuente de
proteína de la que tenemos que depender más".
Compromiso con tu salud y la del
planeta
Los expertos coinciden en que si no estás del todo listo para dejar la
carne, la dieta vegetariana flexible, en la que predominan los alimentos
vegetales, puede servir. Esta dieta incluye mucha fruta, verduras y fuentes de
proteína vegetal como las legumbres, el frijol de soya y los frutos secos, así
como cantidades modestasde carne de aves, pescado,
leche, huevos y carne roja.
La dieta
vegetariana y la vegana generan aún menos emisiones de gases de efecto
invernadero, pero la dieta vegetariana flexible "es la menos estricta y es
sana, además de que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero lo
suficiente como para mantenernos dentro de los límites ambientales", de
acuerdo con Springmann.
Palmer dijo que "aunque las dietas veganas, seguidas de las
vegetarianas, se relacionan con un impacto ambiental menor, no a todo el mundo
le interesa adoptar ese estilo de vida; sin embargo, todos pueden consumir una
dieta vegetariana flexible. Esto no significa que tengas que dejar la
carne del todo, sino reducir su consumo considerablemente".
Dawn Jackson
Blatner, nutrióloga y dietista estadounidense que no participó en el estudio,
lo puso de la siguiente forma: "Un vegetariano flexible es aquel que
despierta con la intención de ser más vegetariano. Es diferente del vegetariano
porque hay cierta flexibilidad".
El vegetariano flexible
Blatner ofrece una rutina de tres días en su libro The
Flexitarian Diet para el "principiante" que consume entre
seis y ocho comidas sin carne a la semana (o se limita a 737 gramos de proteína
animal); al vegetariano flexible "avanzado", que come entre nueve y
catorce comidas sin carne a la semana (o se limita
a 510 gramos de proteína animal); y al vegetariano flexible
"experto", que hace al menos 15 comidas sin carne o se limita a 250
gramos de proteína animal por semana.
La clave no es solo
eliminar la carne, sino sustituirla con proteínas vegetales como los frijoles o
las lentejas. Blatner explicó que una comida estilo mediterráneo podría
contener garbanzos; una comida estilo mexicano, frijoles negros o pintos; una
comida estilo asiático, edamames; una comida estilo italiano, alubias o
lentejas para preparar una salsa boloñesa.
"Escribí el libro porque de verdad quería ser vegetariana, pero no
podía hacerlo estrictamente. De verdad quería
adoptar una dieta más basada en plantas, pero necesitaba un poco más de
flexibilidad. Ese es el gran compromiso", dijo.
FUENTE: Expansión, 3 / 11 / 2018
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