Cada segundo,
se arrojan 200 kilos de basura al agua: las especies marinas la confunden
con alimento y así llega a nuestra mesa.

Cada segundo, se arrojan 200
kilos de plástico al océano, que hoy está saturado con residuos de todos
los tamaños desde el Artico a la Antártida. La Argentina juega en primera en esta crisis global comparable al cambio climático,
ya que está en el puesto 28° en la escala de contaminadores. Esto
significa que todas las especies que viven en nuestro ambiente marino han
confundido en algún momento a la basura con alimento, provocando su
contaminación o una muerte muy dolorosa.
Por
la concentración de centros urbanos, la provincia de Buenos Aires es una de las
grandes fuentes de plásticos, lo que es particularmente inquietante dado que el
estuario del Río de la Plata es una de las zonas de producción biológica más ricas que existen por el
encuentro del agua dulce de los ríos Uruguay y Paraná con el océano. Esto no
significa, sin embargo, que el resto del mar argentino sea prístino:
científicos de la Universidad Maimónides han encontrado microplásticos en
el 100% de los vertebrados e invertebrados del canal de Beagle.

Una
tortuga marina envuelta en una red de plástico, rescatada por la Fundación
Mundo Marino
El plástico llega al mar
arrastrado por ríos y pluviales o por la acción del viento. Todo lo que está tirado en el suelo termina
tarde o temprano en el agua. Luego, el
trabajo mecánico de las olas y el sol fracciona los grandes objetos
en micro y nano partículas, lo que lo vuelve todavía más peligroso. Es así como
ingresan a los tejidos de los seres a lo largo de toda la cadena trófica,
acabando –eventualmente- servido
en nuestros platos de comida.
Científicos
de la Universidad de La Plata lo encontraron el año pasado en el contenido
intestinal de 87 peces de 11 especies en seis sitios entre La Plata y Berisso:
el 100% de ellos tenían microplásticos. En la cercanía de las zonas de descarga
cloacal, la concentración era
todavía más grande.

Ríos
como el Riachuelo son los vectores para contaminar el mar con plástico (Marcelo
Carrol)
Verónica García, de la Fundación
Vida Silvestre, está a cargo del censo de basura marina que se realiza desde
hace años en la costa bonaerense. En sus playas aparecen gran cantidad de
plásticos fraccionados, bolsas, envoltorios, colillas de cigarrillos (están
hechas de fibras sintéticas), botellas, tapitas, cotonetes y telgopor, entre
otros restos. “La mayor parte de los animales lo pueden ingerir. Los plásticos
absorben el olor del mar y de las presas. Una
vez que lo digieren, no lo pueden expulsar" y
así, señala, “se acumulan en sus tejidos”.
Especies en
riesgo de desaparición, como los delfines franciscana, terminan con restos en
sus estómagos. Pero también lo hacen los lobos marinos de dos pelos o
grandes aves como petreles y albatros. La presencia indigerible del plástico
les da a los animales una sensación falsa de saciedad y por esa razón muchos
están subalimentados.
Otra cosa que les puede ocurrir es que les obstruya el tracto intestinal y mueran de una muerte muy dolorosa.
Esto
ha visto durante años Diego Albareda, del Departamento de Conservación del
Ecoparque de Buenos Aires. El ha trabajado con la tortuga verde, haciendo gran
cantidad de necropsias en los animales que se encuentran muertos en la
playa y rehabilitando otros que luego son reintroducidos en el mar.
Aunque
la crisis es real y palpable, el experto dice que, por primera vez, la
contaminación de plástico del océano está
ingresando en la agenda política, desde todos los
partidos tanto a nivel local como nacional. En este momento, en Diputados
hay diversos proyectos para prohibir plásticos de un solo uso o microplásticos
en los cosméticos. También se ha reflotado un viejo proyecto de ley de envases,
que confiere la responsabilidad extendida del producto. “En tres años se
ha avanzado mucho, aunque quizás aún no se vea a nivel territorial. Pero está en agenda”, indica, y
reclama "más consciencia ciudadana”.
Juan
Carlos Rueda, especialista en contaminación de Greenpeace, señala que la
Argentina es un gran consumidor de
plástico. Cada persona consume anualmente unos 48 kilos del
material, mientras que en Colombia se consumen 27 y en Uruguay 30. “El 8% termina en el océano. Puede
parecer poco, pero al mundo se arrojan 200 kilos de basura por segundo”, revela
Rueda. Y agrega un dato impactante: un estudio realizado por Philip Schwabl, de
la Universidad de Viena, encontró plástico en las heces de seres humanos de
lugares dispersos del mundo como el Sudeste Asiático, EE.UU. y Europa. “Todos
tenían restos de PET”, indicó. PET es el material de las botellas plásticas. O sea: tenemos plástico hasta en el intestino.
“Sin
dudas, la crisis del plástico es comparable
al cambio climático y la sobre pesca. La batalla contra la
contaminación de plásticos es una que tenemos que dar como generación”, agregó.
Datos de una crisis global
•
Desde 1950 hasta 2015, se han producido 8.300 millones de toneladas de
plásticos. En uso, todavía hay 2.500 millones de toneladas (30%). Del resto, se
incineraron 800 y sólo 600 se han reciclado. El resultado es que 4.900 millones
de toneladas de plásticos se encuentran hoy en el ambiente.
•
Si no se revierte la situación, 12.000 millones de toneladas de plástico
terminarán en el ambiente para 2050.
Un
mar de plástico y peces (Archivo)
•
La cantidad de plástico que se produjo en 2015 es equivalente al peso de la
población humana mundial (teniendo en cuenta un peso promedio por individuo de
45kg.
•
Casi la mitad del plástico que se produce (42%) es descartado inmediatamente.
•
Los océanos del mundo contienen entre 15 a 51 trillones de partículas de
plástico que pesan unas 93 a 236 miles de toneladas
•
Los microplásticos (plásticos menores de 5mm) constituyen hoy contaminantes tan
ubicuos como los PCBs, se los encuentra globalmente formando parte de ríos,
mares, etc.
•
El 80% de la basura marina proviene del continente.
•
El plástico daña a más de 800 especies.
•
Los daños macroscópicos de los plásticos (estrangulamiento, atragantamiento,
asfixia, laceraciones, etc.) en los animales son bien conocidos; sin embargo,
los microscópicos no. Se cree que pueden tener la gravedad de los
ocasionados por los pesticidas. Por ejemplo, la presencia de PCBs ya es
detectada en cualquier mamífero marino (Rochman 2018, comunicación personal).
Los daños a nivel celular y molecular recién están comenzando a ser estudiados.
•
Las estrategias de mitigación incluyen mejorar la infraestructura de las
aguas pluviales, promover la economía circular, incentivar la colecta de redes
de pesca, reducir los plásticos de un solo uso, capturar microfibras de los
lavados, incentivar el reciclado y limpiar.
FUENTE: Clarín, 3 / 11 / 2018
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