Una mujer recicla envases de plástico en el contenedor amarillo.
Máquina de vapor y carbón fueron los protagonistas de la Revolución Industrial. La siderurgia, con sus altos hornos, también aplicó la máquina de vapor a la fundición y empezaron a llenar los cielos de gases de efecto invernadero como el CO2.
La industrialización, a lo largo de los años, nos ha traído la contaminación atmosférica. Somos culpables de la deforestación de nuestros bosques. Es una tristeza ver cómo bajan por las aguas de los ríos tetrabriks y plásticos en lugar de peces. La dejadez de nuestros gobernantes clama al cielo; por favor, que dediquen un presupuesto a la limpieza de ríos y las montañas.
Nos hacen sentir culpables por utilizar tetrabriks, por comprar alimentos envasados con plásticos, botellas de agua, etcétera, pero los ciudadanos usamos lo que fabrican. Nos engañan como a niños. Ahora, los electrodomésticos han de durar tres años más por ley y se podrán conseguir piezas de recambio. De esta manera, por ley, también podrían reducir la fabricación de plásticos al 20 por ciento, nada más.
Es ilusorio creer que países como EEUU, Rusia o China disminuirán la fabricación de armas, aviones, barcos de recreo y de guerra, electrónica, electrodomésticos, misiles y un sinfín de productos que nos ayudan a vivir con más comodidad pero que utilizan, sin piedad, todo tipo de combustible necesario. El que afloje en la producción de cualquiera de estos productos pierde terreno en el mercado financiero y verá su territorio amenazado.
Hasta ahora todas las reuniones que se han realizado para llegar a un acuerdo acaban sin acuerdo o se incumplen. Al paso que vamos, al planeta Tierra le provocaremos un enfisema terrenal. Reciclar no es nada malo y se ha de incentivar. Siempre que quede reflejado en un carnet y, por consiguiente, los ciudadanos que reciclen obtengan descuentos en los recibos de agua, luz, gas natural. Existe pero no lo publicitan; entonces no existe.
FUENTE: El Periódico, 16 / 12 / 2019
No hay comentarios.:
Publicar un comentario