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martes, 31 de octubre de 2023

La relación entre el biodiesel y el cambio climático


Los combustibles fósiles comprenden gran parte de la demanda actual de energí­a a nivel mundial, siendo su consumo una de las fuentes de emisiones globales más importantes de gases de efecto invernadero. Y, junto con el crecimiento en las actividades antropogénicas, la quema del combustible está creciendo a una velocidad sin precedentes, derivando en un incremento de la capacidad de retención de calor de la atmósfera, lo que eleva de forma significativa la temperatura del planeta.

El biodiesel se presenta como una alternativa y una estrategia al agotamiento de los hidrocarburos y como medio de mitigación del cambio climático, a través de la disminución de emisión de GEIs por los automóviles y maquinarias industriales.

El término biodiesel se refiere en particular a un combustible producido a partir de material renovable, como los aceites vegetales o las grasas animales. Este combustible puede degradarse hasta cuatro veces más rápido que el diesel fósil, y puede usarse directamente puro o mezclado con el diesel tradicional. 


En virtud de la legislación vigente en la República Argentina, existe una mezcla obligatoria de biocombustibles con combustibles fósiles, dictada actualmente por la Ley 27640, promulgada de hecho el dí­a 2 de agosto de 2021. Esto implica que las naftas comercializadas en nuestro paí­s deben ser mezcladas con bioetanol, hasta alcanzar una determinada concentración del compuesto. Mismo caso funciona para el diesel, el cual debe ser combinado con un cierto volumen de biodiesel.

Gracias a esta medida, se tiene un efecto positivo de gran importancia a nivel de cambio climático. En concreto, por cada litro de combustible que se consuma se van a emitir menos cantidades de los denominados Gases de Efecto Invernadero.

No obstante, el marco regulatorio existente antes de la nueva ley era más exigente con las mezclas de biodiesel - diesel. Especí­ficamente, el mí­nimo aceptable de biodiesel pasó de un 10% a un 5% de volumen en volumen, pudiendo llegar a un 3% en casos puntuales.


En términos de cambio climático, dicha modificación implica un aumento de poco más del 5% de las emisiones netas de GEIs. Esto quiere decir que, por cada 1000 litros de combustible que se consuman, se emitirán alrededor de 13kg más de Dióxido de Carbono equivalente.

A modo de ejemplo, según el inventario de GEI de Argentina publicado para el año 2016, en dicho perí­odo se consumieron 14 mil millones de litros dentro del sector energí­a. En virtud de la nueva ley, este consumo implicarí­a la emisión de un total de casi 2 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente para años venideros, considerando un mismo consumo.


Si bien el uso de biodiesel ha abierto un gran debate a nivel global, sigue siendo un combustible alternativo con mucho potencial. No obstante, ya que un análisis ambiental requiere una perspectiva global de todos los impactos asociados, este análisis se limita a los fines del cambio climático, resultando como una gran alternativa frente al diésel de origen fósil.

La eficiencia energética y las energí­as renovables son una gran herramienta a la hora de buscar soluciones para cumplir los objetivos del clima en el sistema energético pero siempre se las debe acompañar de otras medidas que fomenten la reducción del impacto negativo de las actividades en el ambiente. 

Fuente: Red Argentina de municipios frente al Cambio Climático

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