El avance de la crisis del coronavirus pone de manifiesto los posibles impactos, más a mediano plazo de otra emergencia, la climática, así como las deficiencias del sistema en que vivimos.
Las diferencias entre ambas crisis no son muy grandes: -Son globales.- Ninguna de las dos respeta fronteras, aumentan con el paso del tiempo si no se interviene oportuna y adecuadamente, y pueden llegar a ser letales.
Aquí la diferencia es que el cambio climático tiene una línea temporal mucho más larga y sus ámbitos de impacto son aún mayores, ya que no sólo afecta la salud de las personas, sino a la del planeta. -Incrementan las desigualdades.- ambas crisis pueden incrementar las desigualdades existentes, siendo las personas más vulnerables las que se ven más afectadas.
Personas con empleos precarios y/o desempleadas, mujeres, personas mayores dependientes, personas en situación irregular. -Se deben abordar desde la cooperación.- En estas crisis globales que tienen consecuencias directas sobre nuestro sistema, si bien es cierto que la sociedad es la que debe implementar las disposiciones, no se pueden ni deben abordar exclusivamente de forma individual y/o doméstica.
Requieren medidas globales, gestionadas desde la cooperación internacional, el multilateralismo y con políticas preventivas a partir del consenso político y social. Lo que decida cada país afecta a los demás y la solución que apliquen todos debería ir en la misma dirección. -Ambas problemáticas comparten también posibles soluciones colaborativas.- Es evidente que es necesario un cambio de sistema que nos obligue a repensar el modelo de vida actual y busquemos alternativas que nos permitan seguir con nuestras rutinas aún en momentos de crisis.
Lo estamos viviendo estos días a través de todas las iniciativas que facilitan el quedarnos en casa: negocios que te llevan el mandado, personas que se ofrecen a ir a buscar comida, clases/talleres multitudinarios digitales, voluntariado para asistencia a personas mayores o dependientes, etc. La crisis climática también necesita de este tipo de soluciones colaborativas. -El poder de la anticipación.-
Si podemos prever lo que sucederá, podemos desarrollar planes de contingencia que nos permitan suavizar cualquier impacto. Éste es el caso claro con la emergencia climática: sabemos qué está sucediendo y el conocimiento nos permite establecer planes de transición laboral a empleos relacionados con energías renovables, repensar el sistema de consumo, etcétera. Nos hemos dado cuenta estos días de que los sistemas de salud pública son fundamentales para sentirnos seguros y saber que encontramos soluciones para todas las personas en un sistema bien dotado, firme y capaz de actuar en momentos de emergencia.
Frente a la emergencia climática, debemos tener la certeza de que podemos adaptar nuestras formas de vida a sus impactos. No hay seguridad posible en un mundo que se siga calentando más allá de 1.5ºC. No parece que, en el ámbito global, la crisis climática y la pandemia actual sean tan distintas entre sí. Hay demasiadas similitudes, aunque el efecto del cambio climático exaspera todo.
Se necesita una respuesta global igual de contundente como la que se está teniendo con esta pandemia, de otra forma la crisis del coronavirus se verá como un juego de niños comparada con los efectos que puede ocasionar un calentamiento global sin control.
El autor es Ingeniero Bioquímico con especialidad en Ciencias Marinas Alimentarias por el Tec de Monterrey.
FUENTE: Expreso , 22/03/2020
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