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martes, 24 de marzo de 2020

SI EL AMAZONAS CAE, TODOS CAEMOS.


La selva amazónica alcanzará un punto de inflexión irreversible y dejará de desempeñar un papel estabilizador

BRASIL
En la región amazónica de América del Sur, las vidas de los pueblos indígenas corren un gran riesgo ya que la deforestación de las selvas tropicales continúa a pesar de los llamamientos mundiales a la acción, según Eloy Terena, líder y defensora de la comunidad indígena brasileña.
En declaraciones a la Agencia Anadolu sobre la continua deforestación de la Amazonía y sus efectos en la comunidad local, Terena, también asesora legal de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), dijo que los indígenas sacan fuerzas de los bosques para luchar, para sobrevivir y cuidan de la naturaleza, de modo que la naturaleza cuida de ellos.
«La selva es nuestra madre, es nuestro hogar, donde vivimos, pescamos, cazamos y plantamos. Sin nuestro territorio, no podemos cultivar nuestros alimentos ni agua para beber. No podemos criar a nuestros hijos. No podemos mantener nuestra existencia. Nosotros nacimos con una conexión profunda con la tierra, que es nuestro mayor patrimonio», dijo.
Serena cita trabajos científicos que reconocen a las comunidades indígenas como «la mejor solución» al cambio climático. También dijo que los pueblos indígenas son los «mejores guardianes» de los bosques del planeta, así como de la biodiversidad.
«La seguridad jurídica de nuestros territorios debe ser una prioridad mundial y las políticas globales de cambio climático deben realizarse junto a organizaciones indígenas y territoriales para ser verdaderamente efectivas», dijo la líder nativa y agregó que aunque las tierras indígenas están demarcadas, registradas y controladas por su propia gente en Brasil, la destrucción ambiental continúa, especialmente en algunos estados como Rondonia, Mato Grosso y Maranhao.
La líder cita el vínculo entre la administración del presidente Jair Bolsonaro y las actividades de deforestación. Terena afirma: «Su racismo y odio alientan a los mineros y madereros a invadir nuestros territorios y matar a nuestra gente».
«Quiere permitir proyectos de minería industrial, petróleo y gas y represas hidroeléctricas en nuestros territorios, lo que viola descaradamente la constitución de Brasil», señaló, refiriéndose a la promesa de Bolsonaro de alentar el desarrollo económico en la Amazonía.
La Convención de los Pueblos Indígenas y Tribales de 1989 rechaza los actos que legalizan la minería en tierras indígenas, agregó. «Seguiremos haciendo lo que hacemos desde que los europeos llegaron a Brasil hace más de 520 años: luchar por nuestra existencia … y no dejaremos que un genocidio vuelva a suceder», destacó. «Si el bosque cae, todos caeremos».
Los pueblos indígenas están pidiendo a la comunidad internacional, especialmente a la Unión Europea, que rechace el acuerdo UE-Mercosur y que los apoye, ya que las empresas europeas y norteamericanas se encuentran entre las que más explotan los recursos de la selva tropical, agregó.
La deforestación se duplica en la Amazonía
«Más que nunca, necesitamos apoyar a los pueblos indígenas, que están en la primera línea de las batallas de conservación», dijo Christian Poirier, director del programa de Amazon Watch a la Agencia Anadolu. Poirier afirma que son lo más importante para prevenir el «peor de los casos», dentro de los escenarios para la selva tropical.
Continúa diciendo que el mundo se está acercando rápidamente a un «escenario del fin del mundo» en el que la selva amazónica alcanzará un punto de inflexión irreversible y dejará de desempeñar un papel estabilizador para el clima global. «En el muy corto plazo, si Bolsonaro logra permitir la minería en tierras indígenas, no solo significará una mayor destrucción del bosque y sus ríos, sino un genocidio generalizado de varios grupos indígenas».
Según el Sistema de detección de deforestación en tiempo real (DETER) del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE), la deforestación en el primer mes de la década se ha duplicado a 280 kilómetros cuadrados (108 millas cuadradas) en comparación con enero de 2019, «que es un área 83 veces más grande que el Central Park de Nueva York».
El ambientalista menciona que los bosques ayudan a estabilizar el clima mediante la absorción de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Poirier afirma que también se puede convertir en un sumidero de carbono como resultado de la tala y la quema de grandes extensiones de tierra.
«Este proceso está ocurriendo debido a los altos niveles de deforestación y expone que el Amazonas está alcanzando un punto de inflexión importante en el que el bosque dejará de poder regenerarse y se convertirá en pastizales de sabana», dijo.
«Un sumidero de carbono casi del tamaño de Estados Unidos se convertiría en un productor de carbono en sí mismo», subrayó Poirier, citando el artículo ‘Amazon Tipping Point’ publicado en la revista Science Advances en diciembre del año pasado. Agregó que si esto sucediera, daría lugar a consecuencias catastróficas para la estabilidad climática del mundo.
Debido a los incendios sin precedentes del año pasado en la Amazonía, la tala de bosques aumentó en un 80% en todas las tierras indígenas, según el Instituto Socioambiental de Brasil (ISA). Poirier afirma que esto es el resultado directo de la «negligencia criminal y la mala gestión» del gobierno que continúa sin cesar.
«Los continuos aumentos en los niveles de deforestación ilegal demuestran que el régimen no ha hecho nada para remediar las causas subyacentes de la pérdida de bosques, y esta destrucción ha sido acompañada por crecientes violaciones de los derechos de los pueblos indígenas, más invasiones de sus territorios y más ataques y asesinatos de indígenas y defensores de los bosques», agregó.
La deforestación total de los «pulmones de la tierra» registrada en 2019 fue de más de 900.000 hectáreas (más de 2.2 millones de acres) y hubo más de 10.200 incendios registrados en el último año.
FUENTE: INFOREGION, 23/03/2020

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