Hacia el año 2100 se registrarán 40 días de calor extremo cada año debido a que la temperatura media diaria aumentará unos seis grados. Ello unido al crecimiento de la población mayor de 65 años se traducirá en la muerte de entre 40.000 y 80.000 personas cada año en Europa debido a las altas temperaturas. Es una de las conclusiones compartidas hoy en la Jornada sobre Cambio Climático y Salud celebrada en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), en Granada. El encuentro, que ha permitido hacer un recorrido sobre la evolución del cambio climático y su influencia en la salud humana, ha servido de marco para la presentación del informe sobre ‘Cambio Global. España 2020-2050. Cambio climático y salud’, coordinado por José Vicente Martí Boscà, jefe de la Unidad de Sanidad Ambiental de la Generalitat Valenciana.
Como parte de ese informe, Ricardo Jiménez, del Laboratorio de Entomología y Control de Plagas de laUniversidad de Valencia, ha alertado sobre el aumento de la prevalencia de enfermedades portadas por animales. “El ser humano, en su conquista del medio, se ha acercado a nuevos lugares con animales portadores de enfermedades, lo que hace que aumente la prevalencia. En Europa, en concreto, llevamos nueve años con una situación muy preocupante y en la mayoría de los casos, además, es culpa del propio ser humano”, ha señalado.
A su juicio, las modificaciones del modo de vida del ser humano son aprovechadas por animales. “La movilidad y la globalización facilitan la transmisión de enfermedades, al tiempo que hemos bajado la guardia tras haber superado ciertas enfermedades, no hay vigilancia, no hay protocolos sanitarios…”, ha alertado Jiménez.
Por su parte, Julio Díaz Jiménez, investigador de la Escuela Nacional de Sanidad-Instituto de Salud Carlos III, ha centrado su intervención en las olas de calor y frío y el cambio climático. A este respecto, ha augurado un futuro “poco halagüeño”, en el que la temperatura media diaria subirá unos seis grados hasta 2100. “Cada año se registrarán 40 días de calor extremo hacia el año 2100, frente a los dos de la actualidad”, ha señalado Díaz Jiménez, que ha añadido que la situación se complicará con el envejecimiento de la población, de modo que los mayores de 65 años pasarán del 16,8% al 31,9% del total.
Como consecuencia, se registrarán entre 40.000 y 80.000 muertes cada año en Europa entre 2070 y 2100 debido a golpes de calor o enfermedades agravadas por las altas temperaturas. Para el investigador, “se trata de un problema de salud pública de primera naturaleza que afecta a todos, no sólo a los ancianos”.
Adela Montserrat Gutiérrez, de la Universidad Complutense y presidenta de la Asociación Española de Aerobiología, se ha ocupado de la relación entre el polen y su impacto en la salud. Según ha defendido, el cambio climático aumentará la presencia de CO2, que actúa como fertilizante, lo que “hace pensar que habrá más biomasa, afectará a la vegetación y habrá más polen atmosférico”.
En lo que respecta al aumento de temperaturas derivadas del cambio climático, Gutiérrez ha señalado que puede conllevar un alargamiento del periodo vegetativo y en consecuencia, también del periodo con alta concentración de polen en la atmósfera, una situación que afectará a las personas que sufren alguna alergia.
La jornada ha finalizado con la intervención de Teresa Ribera, miembro del Panel Asesor del Monitor de Vulnerabilidad Climática, que ha detallado en qué ámbitos del desarrollo deben concentrarse los esfuerzos de lucha contra los efectos del cambio climático, así como sus efectos en la salud. Por último, Regino Zamora, catedrático de Ecología de la Universidad de Granada, se ha ocupado del papel de los programas de seguimiento del cambio global y su influencia en la salud ambiental.
FUENTE: granadaenlared.com, 22/03/2013
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