Foto:Gobierno de Mendoza (Argentina).
Ricardo Villalba, especialista en cambio climático e investigador del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), advierte que el nivel de precipitaciones en alta montaña como las ocurridas en el inicio de este año, que derivaron en aludes y el consecuente aumento de barro en el caudal del río Mendoza y las complicaciones que se presentaron en la presa de Potrerillos, pueden repetirse, y aconseja que las autoridades estén más atentas a la información científica para prever planes de acción.
"Venimos viendo en los modelos atmosféricos las consecuencias del calentamiento global, nosotros estamos recibiendo un porcentaje mayor de humedad en el verano que proviene del Atlántico, esto ha provocado las lluvias en la precordillera y cordillera", explicó el investigador.
"Todos las autoridades que tienen responsabilidad en el tema del agua deben prestar más atención a estos fenómenos, ya que todo indica que se volverán a producir y hay que saber de estas modificaciones para tener planes de contingencia acordes", expresó.
"Tenemos un marcado aumento de las temperaturas y esto contribuirá a que haya más humedad, pero no es la humedad del Pacífico que recibimos en el invierno, se produce en verano, esto es lo que visibilizamos en nuestra información", dijo Villalba.
Este ingeniero forestal es uno de los responsables de confeccionar al inventario nacional de glaciares (ver aparte), y está especializado en Dendrocronología, Paleoclimatología y Ecología Forestal, y durante su carrera se ha dedicado a estudiar la variabilidad climática en la Patagonia.
Villalba dijo que este fenómeno en particular no llega a afectar directamente a los glaciares, ya que se dá por debajo de los 4 mil metros de altura, y estas formaciones de hielo se ubican por lo general por encima de esta marca.
De todas formas, el especialista repitió que la retracción de los glaciares, lo que viene siendo denunciado por la comunidad científica, ocurre porque la dinámica de estas formaciones esta dada por el balance entre la precipitación en invierno que cae en la zona de acumulación del glaciar y el derretimiento en lo que se llama la zona baja de estos cuerpos de hielo. Si la precipitación disminuye, hay menos acumulación. Al ser un balance negativo, se retrotraen los glaciares.
En Mendoza está declarada la emergencia hídrica como efecto directo de la baja en la acumulación nívea –otro efecto del calentamiento global– que luego es la que aporta el agua para la población.
Los aludes ocurridos semanas pasadas en la zona de Potrerillos y Uspallata trajeron varios inconventientes, en primer lugar, desbordes de arroyos, ríos secos que arrastraron agua, piedra y barro, lo que produjo derrumbes que llegaron a cortar el tránsito del corredor internacional en veinte puntos y se rompió la carpeta asfáltica en varios tramos.
Turistas y habitantes de la alta montaña quedaron bloqueados, cientos de visitantes debieron ser alojadas en las instalaciones del Ejército, algunas personas con complicaciones de salud fueron evacuadas en helicóptero, ya que era imposible llegar al Gran Mendoza por la ruta normal.
Luego, el otro efecto negativo de estos aludes fue que en el dique Potrerillos se acumuló una cantidad inusitada de barro, lo que afectó el normal funcionamiento de esta represa y el líquido que llegó a las plantas potabilizadoras estuvo excedido de sedimento.
El remate fue la afectación en la prestación del servicio de agua, ya que hubo zonas del Gran Mendoza en la que los usuarios tuvieron el líquido vital con coloración marrón o turbia, en otros casos hubo baja de presión, y en el peor de los escenarios no tuvieron fluido.
Las críticas cayeron sobre el Gobierno provincial, ya que se minimizaron las consecuencias que traería para los habitantes, al admitir desde el Ejecutivo que no se comunicó con anticipación la complejidad del problema en el dique Potrerillos.
Ahora se ha anunciado con una semana de anticipación que el 15 de marzo se realizarán nuevamente las maniobras necesarias en la represa, para que la población esté precavida y almacene agua. La gravedad de lo ocurrido la semana pasada derivó en que tres funcionarios, el ministro de Infraestructura y Energía, Rolando Baldasso; el presidente de la empresa estatal Agua y Saneamiento Mendoza, Luis Bhöm, y el titular del Ente Provincial de Agua y Saneamiento, Javier Montoro, debieron dar explicaciones en la Legislatura.
FUENTE: elsol diario online, 8/ 03/ 2013
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