Para despejar cualquier duda, la Casa Blanca emitió inmediatamente después una declaración formal oponiéndose a un proyecto de ley.
En su discurso inaugural, Barack Obama prometió convertir el combate al cambio climático en la prioridad de su segundo período: "Responderemos a la amenaza del cambio climático sabiendo que si fracasamos en hacerlo traicionaríamos a nuestros hijos y a las futuras generaciones", dijo Obama al comenzar a tratar el tema, al cual le dedicó más tiempo que a cualquier otro en su discurso. Sin embargo, no dio detalles sobre lo que intenta hacer, posiblemente debido a la hostilidad que han mostrado los republicanos y el sector industrial, ante el establecimiento de impuestos a las emisiones de CO2 o cualquier otro instrumento legislativo que ataque directamente el problema.
Para despejar cualquier duda, la Casa Blanca emitió inmediatamente después una declaración formal oponiéndose a un proyecto de ley, actualmente en discusión en el Congreso, que prohibiría a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) regular las emisiones de gases de efecto invernadero. El proyecto de ley, conocido como Acta para la Prevención de Impuestos a la Energía, y que será con toda seguridad aprobado porque tiene el apoyo unánime de los republicanos y de algunos demócratas procedentes de estados productores de carbón y petróleo, rechaza las regulaciones pendientes sobre las emisiones de CO2 procedentes de vehículos y fábricas, con el argumento de que son impuestos disfrazados que elevarán los costos de producción y ocasionarán la pérdida de empleos.
LOS REPUBLICANOS SE OPONEN
El presidente Obama respondió a los republicanos con una declaración que no deja lugar a dudas sobre su total oposición al proyecto de ley que, según él, detendrá los esfuerzos de la EPA para proteger a los americanos de los peligros de la contaminación y aumentará la dependencia del petróleo y los combustibles fósiles, poniendo al país en una posición absolutamente contraria al consenso científico americano y mundial sobre el cambio climático. Añadió que si el Congreso aprueba la ley, él la vetará.
Como una contribución al debate, el Instituto Mundial de los Recursos (WRI), organización independiente con sede en Washington, aportó una esclarecedora guía sobre cómo Obama podría cumplir sus promesas relativas al cambio climático. El reporte titulado, "¿Podrán los Estados Unidos lograrlo?", analiza una serie de medidas políticas que la presidencia puede tomar sin necesidad de la aprobación del Congreso, las cuales son ampliamente conocidas para los estudiosos del tema: poner límites a las emisiones de CO2 para las plantas eléctricas existentes; reducir las emisiones de otros gases como los hidrofluorocarbonos usados en los refrigerantes; controlar los escapes de gas metano en la producción, almacenamiento y transporte de gas natural; y aumentar la eficiencia de aparatos caseros tales como aires acondicionados.
Según Nicholas Bianco, director del estudio, el presidente Obama tiene múltiples maneras de avanzar con políticas inteligentes para reducir las emisiones de gases en los Estados Unidos, aunque le parece que la mejor es decretar nuevos estándares para las plantas eléctricas existentes, las cuales representan una tercera parte de todas las emisiones en ese país.
Además Bianco cree que el Presidente tiene la posibilidad de asumir el liderazgo mundial de la lucha contra el cambio climático, y que además lo puede hacer de manera rentable y eficiente.
DE TODAS FORMAS AVANZA
Hace dos años, el WRI y elaboró un estudio similar en el que concluyó que, sin la participación del Congreso, los Estados Unidos no podrían lograr sus metas para el 2020, pero en los dos últimos años, la tasa de crecimiento de las emisiones ha disminuido debido a las políticas de estímulo que ha impulsado Obama para que las empresas cambien de carbón a gas natural, así como por el impacto de nuevas normas de eficiencia sobre el consumo de gasolina para carros y camiones. Aún en el caso de que los Estados Unidos no tomara acciones explícitas para regular los gases de efecto invernadero, las emisiones de CO2 y de otras sustancias que alteran el clima crecerán lentamente en las próximas dos décadas, al punto de que, según proyecciones de la Administración de Información de Energía (EIA), los niveles del 2005 no regresarán sino en el 2027.
Muestra de ello es que las emisiones de CO2 cayeron en 3% en el 2008 y en 7% en el 2009, y si bien es verdad que en gran medida a causa de la recesión económica, según el último informe anual de la EIA, ahora cuando la economía se está recuperando, las emisiones crecerán a una tasa modesta, debido al creciente uso de energías renovables, al mejoramiento de la eficiencia energética, al crecimiento más lento de la demanda de electricidad y a la creciente sustitución del carbón por gas natural en la producción de ésta; sin embargo, si se tuviese la colaboración del Congreso, los resultados podrían ser mucho mejores. Además de estos favorables resultados ambientales, el creciente uso del gas de esquistos, menos contaminante que el petróleo y mucho menos que el carbón, es una causa fundamental de los buenos resultados ambientales que se proyectan.
El panorama que se le presenta al presidente Obama en su estratégica búsqueda para que su país asuma el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático, es complejo pero lleno de posibilidades, lo cual fue explicado brillantemente en su discurso del pasado 12 febrero, sobre el Estado de la Nación. Los votantes americanos tendrán la palabra en las próximas elecciones para el Congreso.
FUENTE: analitica.com, Caracas, 17/ 03/ 2013
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