Ya no hay duda que el Calentamiento Global que está sufriendo el
planeta es un hecho concreto, confirmado
por un panel multinacional de
científicos, que realizan sus investigaciones para la Secretaría de Medio Ambiente de las
Naciones Unidas.
Puede argumentarse que este
Calentamiento Global sucedió en otras épocas de la humanidad, pero en el caso de la situación actual está
probado que el Cambio Climático es antropogénico, es decir causado por acción
de los seres humanos. Causa generada a través de un consumo exacerbado de
energía fósil, la cual produce como residuo final, dióxido de carbono, el
principal gas de “efecto invernadero”, y responsable directo del Calentamiento
Global del Planeta.
En un punto, pareciera que no existen dudas: el Cambio Climático llegó
para quedarse.
Por otro lado la “incertidumbre”
es un proceso que genera en las personas sentimientos de ansiedad, infelicidad,
intranquilidad, desazón, angustia, y que
en muchas oportunidades alcanza niveles de pánico.
Este fenómeno tiene un carácter
psico-social. Por un lado se lo vive de manera individual y subjetiva, pero
está influenciado por un contexto social determinado. Siglos anteriores, este contexto
social estaba teñido por un determinismo científico, el cual daba ilusorias
garantías de seguridad y certidumbre.
Pero la realidad, inquieta, azarosa,
e independiente, no permite que se la
etiquete, ni que se la encajone. Puede atravesar períodos donde el paradigma de
certidumbre aparezca como eterno, pero como en el caso de un péndulo, cuanto
más distante se la saque de su punto de equilibrio, con más fuerza se
trasladará hacia el otro extremo.
Como postula Zigmunt Baumaun en su obra
“Modernidad líquida”, las
relaciones humanas se han fragilizado. Este
pensador, considera que los vínculos
familiares, institucionales, sociales, ya no tienen las estructuras cristalinas
y rígidas de los cuerpos sólidos, sino que han tomado la forma más maleable de
las estructuras líquidas. Esta labilidad de los vínculos contribuye a
profundizar el sentimiento de incertidumbre.
Cabe destacar que suceden
diferentes ámbitos de incertidumbre: laboral, económica, inseguridad personal,
política, etc. Cada ámbito afectará en mayor o menor medida a los individuos,
dependiendo del contexto social, y de la situación emocional de las personas.
El Cambio Climático está agregando
diferentes grados de incertidumbre a esta vida moderna. En algunos casos, la incertidumbre toma
niveles de angustia y pánico, como en las islas Kiribati del Pacífico, donde la
subida de las aguas han comenzado a inundarlas, o en las zonas continentales
costeras de Bangladesh, donde las poblaciones están migrando hacia terrenos más altos, o en Pekín, donde la polución
ambiental es tan importante que, en determinados días, las personas salen a las
calles con barbijos.
En otras regiones, como en
Estados Unidos, y Centroamérica, fuertes huracanes generan pérdidas humanas y
materiales inusitadas. Así como estos graves eventos elevan los niveles
sociales de angustia, otras regiones del planeta, como el caso de Europa, están
trabajando preventivamente para lograr
acciones que mitiguen los actuales y futuros efectos del Cambio Climático,
reduciendo notablemente el grado de incertidumbre.
En contrapartida, otras
sociedades y sus integrantes todavía no han tomado conciencia del significado
del Cambio Climático. Este “no darse cuenta”, falsamente mostraría que estas
regiones no sufren por la incertidumbre que estos cambios inevitablemente
traerán. Aquellas sociedades que no quieran o que no puedan darse cuenta de
estos cambios, no tendrán ni el tiempo material, ni los recursos psico-sociales
para hacer frente a los mismos.
La realidad no sigue un camino
único y derecho en el “espacio-tiempo” que nos toca vivir, y la incertidumbre
que genera nos obliga a aprender y adaptarnos
a entornos cambiantes, a ser creativos, y proactivos para poder surfear estos
eventos de la mejor manera posible.
La incertidumbre, en definitiva,
nos lleva a sumar esfuerzos, a crear un espíritu de equipo que pueda robustecer
esos vínculos personales tan debilitados.
En fin, no son tiempos de egoísmos
(cómo dice Joan Manuel Serrat: “…que no sea necesario ni más héroes, ni más milagros
para adecentar el local…”), sino de promover
interacciones sociales que contribuyan a construir un escudo solidario
que nos permitirá enfrentar, primero la incertidumbre, y luego el Cambio
Climático concreto, de manera satisfactoria.
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