El cambio climático se ha convertido en la moderna teoría de la evolución. Tras años en los que los estados más conservadores de Estados Unidos excluyeron la enseñanza de las teorías de Darwin en las escuelas u obligaron a explicarlas junto a argumentos bíblicos, ahora le ha llegado el turno al cambio climático.
El estado de Wyoming ha sido el primero en excluir el calentamiento global de la enseñanza de las ciencias tal y como se proponen el plan de estudios del país. El problema no es el calentamiento en sí.
Ese es indiscutible porque es constatable. El problema es la causa de ese calentamiento. En la actualidad, los científicos no tienen la menor duda de que está provocado por la intervención humana, y esa es la clave: Wyoming es el principal productor de carbón de EE. UU. El 40 % de todo el carbón que se utiliza en el país para energía eléctrica proviene de este estado, así que podría decirse que la economía de Wyoming está sustentada sobre uno de los principales causantes del calentamiento global.
Argumento falaz
Eso lo sabrán los niños de todo el mundo pero no los de Wyoming, porque la Junta de Educación ha decidido no aceptar el plan de estudios de ciencias. Los responsables han anunciado que lo revisarán y propondrán uno nuevo, y ya han advertido que el problema es la información sobre el cambio climático que, según ellos, no es unánimemente aceptada por todos los científicos.
Ese argumento es falaz porque los científicos que estudian el cambio climático sí están de acuerdo sobre ese aspecto. Existen dudas sobre cómo se produce esa influencia y en qué porcentaje es la actividad humana responsable de ella, pero que es la causante mayoritaria es un hecho científico.
Pero a esas dudas se agarran en Wyoming para rechazar la teoría completa.
La lucha ha comenzado. A la cabeza de uno de los bandos está el gobernador, el republicano Matt Mead, que es negacionista (niega la propia realidad del cambio climático) y creacionista (cree que la explicación correcta de la evolución es la de la Biblia); enfrente, asociaciones de padres y organizaciones científicas y ecológicas. La batalla acaba de comenzar pero es seguro que en los próximos meses se extenderá a otros estados conservadores y productores de combustibles fósiles.
FUENTE: LaVozde Galicia.es, 10/ mayo/ 2014
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