Menos agua en las regiones secas, aún más en las inundables,
caudales de ríos modificados, contaminación... El calentamiento global cambiará
radicalmente el mapa del acceso al agua y avivará las tensiones por este
recurso vital.
El recalentamiento previsto a lo largo del siglo XXI, junto a la
presión demográfica, reducirán la cantidad de agua disponible tanto en la
superficie como en las capas inferiores del suelo en la cuenca del
Mediterráneo, la Península Arábiga, Asia central y California (EEUU),
subrayaron los expertos del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático) en su informe de marzo.
En el norte de Europa, en cambio, se teme que haya mayores
inundaciones a consecuencia de lluvias aún más intensas.
Ya sea por escasez o por exceso de agua, hará falta anticiparse
a esos cambios, en un mundo en el cual ya hay 800 millones de personas sin
acceso a fuentes seguras de agua potable.
No se trata simplemente de una cuestión de cantidad. La
variabilidad y la calidad de este recurso también cambiarían en un planeta más
cálido, explicó a la AFP Blanca Jiménez Cisneros, directora de la división de
Ciencias del Agua de la UNESCO.
El derretimiento acelerado de los glaciares, por ejemplo, podría
provocar un aumento del caudal de los ríos y beneficiar a los pobladores, pero
solo por un tiempo, pues luego el manantial sería menos impetuoso que antes del
proceso.
Un aumento de la temperatura afectaría además la calidad del
agua, pues favorecería la multiplicación de plantas acuáticas, productoras de
toxinas difíciles de eliminar con tratamientos convencionales. Y allí donde las
lluvias se intensifiquen, los centros de tratamiento del agua deberán eliminar
una mayor cantidad de materiales contaminantes. Otro efecto menos conocido del calentamiento sobre el agua: la salinización de
las napas de agua dulce en los litorales y en las islas a causa del aumento del
nivel del mar. Esto provocará en algunas regiones la necesidad de una
desalinización particularmente costosa.
Además de las consecuencias señaladas por los climatólogos, la
demanda de agua potable podría crecer un 55% hasta mediados de siglo causa del
crecimiento demográfico y de la actividad industrial, subrayó en marzo un
informe de la ONU.
En 2050, el planeta podría contar con 9.600 millones de
habitantes, frente a 7.200 millones en la actualidad.
El recalentamiento será además un estimulante de la demanda: una
central eléctrica necesitará más agua para enfriar sus instalaciones y la
población beberá más y pasará más seguido bajo la ducha ante el aumento de la
temperatura ambiente, señala Jiménez Cisneros.
Esas perspectivas ponen en primer plano la necesidad de
adaptación.
Eso significa ante todo cuestionarnos acerca de nuestro uso del
agua, promoviendo tecnologías poco consumidoras del líquido vital para las
cisternas de los baños y las lavadoras; e ideando formas de reciclado para
determinados usos, como la irrigación, señalan los expertos.
También será necesario en algunos casos construir diques y
adaptar los códigos de construcción.
La noción de riesgo "no debe ser tomada a la ligera",
advierte el climatólogo Hervé Le Treut.
"Cuando los sismólogos dicen que hay riesgo de temblores de
tierra, la gente generalmente lo asume y no construye casas (en el lugar); pero
cuando se mencionan riesgos de sequía o inundaciones, hay tendencia a tenerlo
menos en cuenta, porque la mateorología y la climatología suelen estar más
asociadas a la idea de previsión que a la de riesgo", agrega.
Sin embargo, el IPCC advierte e su informe que el tema del agua
es sumamente sensible y que en ciertas regiones hay riesgo de una
"competencia" exacerbada entre usuarios: agricultores, industriales,
sectores energéticos, simples consumidores.
La competencia puede provocar también tensiones entre países,
como ya ocurre por ejemplo entre Egipto y Etiopía a causa de las aguas del río
Nilo.
Hablar de futuras "guerras por el agua" sería
exagerado, considera Richard Connor, especialista en agua de Unisfera, un
gabinete de asesoramiento a gobiernos y ONG. Pero en algunos casos, reconoce,
podrían producirse conflictos "en los que el agua sería la primera causa,
aunque a menudo oculta...".
FUENTE: terra (AFP), 14/ mayo/ 2014
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