No todo está perdido. El medioambiente comenzó a reconstruirse poco a poco por diversos factores, teniendo como base la disminución de la actividad productiva e industrial. La expansión del coronavirus y el consecuente aislamiento social frenaron el curso normal de los días y -más allá del caos económico- esto generó un impacto positivo en el ambiente.
Sin embargo, el verdadero desafío, ahora que todo está a la vista, es mantener al planeta Tierra en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta que la contaminación en algún punto es inminente. La cuarentena trajo consigo varias enseñanzas, tiempo para pensar y recapacitar, y muchos se unieron a la movida ecológica desde sus casas y con lo que tienen a disposición.
El Territorio dialogó al respecto con especialistas en el tema, quienes coincidieron en varios puntos. Gladys Garrido, docente, investigadora y directora del Programa de Educación Ambiental de la Universidad Nacional de Misiones (Unam), explicó:
“Sin perder de vista la tragedia humana, desde el punto de vista ambiental tenemos la oportunidad de experimentar en tiempo real los cambios, hay evidencias sobre el porcentaje de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero como consecuencia de la reducción del transporte, fundamentalmente”.
En este sentido, detalló que uno de los factores de mayor incidencia es el uso de la energía en base a petróleo, “al haber una reducción drástica de todas esas actividades que dependen de esa economía del carbono, hay una reducción de emisión de esos gases y eso se reflejó inmediatamente en la percepción de una mejor calidad del aire”.
Respecto al agua, destacó que el hecho de reducir la actividad industrial hace también que el aporte de los residuos hacia las cuencas de mares y ríos se detenga, lo que permite la recuperación de estos sistemas.
En el caso del río Paraná, destacó que la transparencia del agua se debe a la bajante extraordinaria, lo que permite -sobre todo en zonas como Ituzaingó, Corrientes- visualizar una mayor cantidad de peces.
La aparición de la fauna silvestre es un hecho en varios puntos de la provincia y el mundo, “eso nos tiene que llamar la atención acerca de cómo nosotros estamos impactando en la desaparición de su hábitat. El avance de la frontera agrícola y el desmonte le quitan hábitat a esa fauna. Las soluciones están en la naturaleza”, reflexionó la profesional.
Por otra parte, el biólogo Fabricio Tejerina coincidió en que “toda actividad del hombres genera un impacto en el ambiente”, por más cuidados que se intenten tener.
“Al parar la actividad humana baja la polución, el ruido que espanta a los animales, los desechos. Este parate del hombre se ve reflejado en la reconstrucción de la naturaleza y eso es una buena noticia”, expresó.
Además, aseguró que un cambio de conciencia colectiva de abajo hacia arriba en cuanto a la forma de producir y consumir, puede contribuir a una reconstrucción de la naturaleza en poco tiempo.
Fernando Santacruz, referente del proyecto Vecino Sustentable, que impulsa la reutilización y reciclado de residuos domiciliarios, limpios y secos, afirmó que en los últimos días “percibimos una mayor predisposición de los vecinos a cuidar más el ambiente a través de la separación de los residuos, tenemos muchas consultas”.
Una de las iniciativas que llevan adelante es Botellas de Amor, una alternativa para darle un cierre de ciclo al plástico flexible metiéndolo dentro de las botellas y destinarlo a su reciclaje para generar madera plástica, material con el que se realizan muebles para ser donados. Actualmente lanzaron una campaña para guardar envases de alcohol en gel, que se juntarán una vez terminada la cuarentena y serán donados a instituciones públicas para su posterior esterilización y reutilización.
Finalmente, Manuel Jaramillo, director general de Vida Silvestre Argentina, manifestó que “todo esto nos invita a pensar en la necesidad implementar cambios en nuestra cotidianidad para convivir con el medio ambiente y ser más sustentables”.
Además recalcó la necesidad de incorporar ciertos cambios “para coexistir con el medioambiente sin dañarlo y planificar la eliminación de energías tradicionales por renovables en forma progresiva, para que los puestos de trabajo que generan este tipo de producción de energía no se pierdan sino se transformen”.
FUENTE: El Territorio, 12 / 04 / 2020
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