Como geóloga he aprendido que las rocas cuentan historias fascinantes: los continentes se mueven, los océanos se han abierto, y el clima ha cambiado. En realidad, el cambio es lo único constante en el universo. Se evidencia en estratos que nos llevan hasta el mismo origen del planeta, 4.500 millones de años atrás. Supongo por tal motivo en 1995 tuve un profesor en Bélgica que insistía que el calentamiento global era una mini interface glacial natural. Estamos en 2020, un cuarto de siglo desde entonces, y aproximadamente el 20% de la población mundial todavía cree que el cambio climático no constituye real amenaza para el planeta. ¿Pero cómo podría considerarse natural que la temperatura promedio de la superficie haya aumentado en casi 1 grado centígrado desde finales de 1800´s, con su mayor incremento en los últimos 35 años? ¿O que exista un incremento de 47% en la concentración de CO2 en la atmósfera, en el mismo período? Además, a nivel planetario sufrimos de una terrible consecuencia: la pandemia por Covid-19. “Cinco nuevos virus infecciosos emergen cada año y muchos se transmiten de animales a humanos”. Explica el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, en una de sus presentaciones. Personalmente he notado el cambio climático a través de mi trabajo. La vida silvestre da testimonio del estado de nuestro planeta. Viajé a Wrangel en septiembre de 2019, al norte de Siberia, el lugar con la mayor concentración de osos polares. Ahora permanecen en la isla por un mes más de lo regular debido a la falta de hielo en el mar, que les sirve para adentrarse en aguas alejadas de la costa en busca de focas. El número de ballenas grises que migran desde el ártico a Baja California varía cada año, pero nunca vi menos que en 2020. Las ballenas se quedan más tiempo al norte porque permanece cálido por mayores intervalos. Muchos ballenatos nacen en el camino, por tanto, son más susceptibles a perecer ante sus depredadores en mar abierto, las Orcas. No alcanzan a llegar a las lagunas cálidas y protegidas de la costa Pacífica de Baja California.
La vida silvestre evidencia que las variaciones ocurren demasiado rápido. Podríamos estar perdiendo la mitad de las especies terrestres del planeta al final de este siglo".
Los pingüinos en la Antártica se reorganizan por el cambio climático. Algunas especies se benefician, como los pingüinos Gentoos de la península del oeste antártico, mientras que las poblaciones de pingüinos Adelie se muestran en terrible decline. Cabe mencionar que las temperaturas en Antárctica se han incrementado en tres veces más que el promedio a nivel global. En Galápagos, nuestros pingüinos también son indicadores de que las condiciones del archipiélago cambian rápidamente. Datos de censos colectados entre 1970 y 2004 muestran que a pesar de que cada año la población se reproduce, los eventos fuertes de El Niño de 1982-1983 y 1997-1998, fueron seguidos por una pérdida de la población en más de un 60%, de la cual los pingüinos de Galápagos aun no se recuperan. Este es un evento natural, sin embargo, es más recurrente e intenso como consecuencia del cambio climático. La vida silvestre evidencia que las variaciones ocurren demasiado rápido. Podríamos estar perdiendo la mitad de las especies terrestres del planeta al final de este siglo. La mayor causa de cambio climático es la quema de combustibles fósiles que resulta en la emisión de gas CO2, que atrapa calor y crea el efecto invernadero. El 93% del calor extra es absorbido por los océanos. Se altera el ciclo del agua, las corrientes marinas, aumenta el nivel del mar. En el acuerdo de Paris de 2015 cada nación concertó llegar a cero emisiones de gases de efecto invernadero para mediados del presente siglo. Debemos cerciorarnos de que ocurra, usando nuestras voces, nuestra decisión al momento de elegir lo que consumimos, nuestro voto. Exigir a los gobiernos el uso de energías renovables, de agricultura sostenible. Podemos lograrlo, por los osos polares, los pingüinos, las ballenas, y por nuestra propia especie. (O)
Sábado 26 de septiembre de 2020. Bruselas.Miles de jóvenes se manifestaron ayer desde Suecia hasta Australia para exigir acciones urgentes destinadas a detener el cambio climático, con motivo del día internacional de acción climática del movimiento Fridays for Future, en su primera protesta global desde que comenzó la crisis del coronavirus.
Con un clima que está causando estragos en todo el mundo, desde incendios que asolan el oeste de Estados Unidos hasta olas de calor anormales en el Ártico siberiano e inundaciones récord en China, los organizadores dijeron que su objetivo era recordar a los políticos que mientras el mundo se enfoca en el Covid-19, la crisis climática ha sido más aguda que nunca.
La activista sueca Greta Thunberg, quien sostenía su famoso cartel Huelga escolar por el clima y portaba mascarilla, encabezó la protesta frente al Parlamento en Estocolmo, con el objetivo de aumentar la presión sobre los que están en el poder.
La pandemia del coronavirus ha impedido que el movimiento Fridays for Future, inspirado por Thunberg, celebre manifestaciones multitudinarias en meses recientes, rebajando su perfil público.
Nuestra principal esperanza, como siempre, es tratar de influir en la conciencia y la opinión pública para que la gente empiece a tomar conciencia de la crisis climática y aumentar la presión a los que están en el poder para que cambien las cosas, declaró la joven de 17 años a los periodistas, rodeada de una decena de activistas.
Desde Islandia hasta Australia y Jamaica, más de 3 mil acciones ocurrieron en el mundo –en Internet o en la calle– en respuesta al llamado de Thunberg para reiniciar el movimiento contra el cambio climático. Hace un año, dos huelgas mundiales atrajeron a más de 6 millones de personas a las calles, en lo que los organizadores afirmaron que fue la mayor movilización climática de la historia.
Debido a las restricciones por la pandemia, muchos actos se organizaron en línea y los participantes publicaron fotos en redes sociales o se unieron a una llamada global en Zoom de 24 horas.
En Alemania, unas 10 mil personas protestaron en Berlín, según la policía, mientras los organizadores hacen referencia a unos 21 mil participantes. En su mayoría con mascarillas, los jóvenes desafiaron la lluvia y se reunieron frente a la emblemática Puerta de Brandeburgo.
La protección del clima no puede esperar más, No hay un planeta B o No quemen mi futuro se leía en algunas de las pancartas alzadas por los manifestantes. Los organizadores berlineses denunciaron la política del gobierno de Angela Merkel, en particular la continuación hasta 2038 de la explotación de minas de carbón.
En Hamburgo, 6 mil personas participaron en esta primera movilización por el clima desde que inició la pandemia, 7 mil en Colonia, 6 mil en Friburgo y 3 mil en Bonn, según los recuentos de la policía. Sin embargo, las autoridades locales habían limitado el número de participantes en varias ciudades debido al brote de Covid-19.
En India, estudiantes y jóvenes activistas se unieron a las manifestaciones globales para reclamar medidas contra la crisis climática, en momentos que el coronavirus azota al país con casi 100 mil casos diarios.
Decenas de manifestantes se reunieron en el parlamento de Australia en Canberra, con carteles que pedían a los políticos que financiaran nuestro futuro, no el gas, y recordaban los catastróficos incendios forestales que asolaron la región a principios de este año, informó el diario inglés The Guardian.
¿Te imaginas que un reloj no tome el tiempo del presente sino del futuro? El tiempo que nos queda como humanidad. Fue el pasado 19 de septiembre, cuando el reloj climático, ubicado en Metronome, cerca de la calle Union Square de Manhattan, en Nueva York, comenzó la cuenta regresiva sobre el tiempo que le queda al planeta.
Ver video: https://youtu.be/g5CAHZ9vI28
Esto en forma de aviso a la humanidad para actuar y no esperar hasta que experimentemos los cambios irreversibles. Este reloj climático es parte de un proyecto artístico de Gan Golan y Andrew Boyd, quienes buscan hacer consciencia y evitar que los efectos del calentamiento global nos dañen.
Sin duda, este medidor del tiempo ha captado la atención de neoyorquinos, así como del mundo del Internet. ¿Cuánto tiempo nos queda? ¿Será el fin del mundo? En un inicio, los habitantes estadunidenses pensaban que el reloj se había descompuesto, pues la hora no tenía nada que ver con la realidad. El reloj que marcaba una cuenta regresiva no estaba fallando, lo que fallaba era la humanidad.
Fue el pasado sábado, alrededor de las 15:20 horas, cuando las pantallas del Metronome mostraron un fuerte mensaje sobre el futuro de la humanidad: “La Tierra tiene una fecha límite”. Después colocaron los números 7:103:15:40:07.
¿Qué significan los números 7:103:15:40:07? De acuerdo con The New York Times, los números mostraban los años, días, horas, minutos y segundos que le quedan al planeta debido al cambio climático. “Es nuestra forma de gritar que el mundo literalmente cuenta con nosotros”, comentó Gan Golan al medio citado.
De acuerdo al testimonio de los artistas que crearon el reloj climático, la iniciativa se basó en los cálculos en el Instituto de Investigaciones de Mercator sobre Cambio Climático, en Berlín, Alemania. El reloj estará instalado hasta el próximo 27 de septiembre.
CHIPOUNOVO, Rusia.- Grigori Kuksin mueve con una pala la tierra humeante de una ciénaga en Siberia. Junto a un pequeño grupo de voluntarios, este bombero ruso hace frente a este temido fuego, que resiste durante el invierno, y a una verdadera "bomba climática".
"Son incendios subterráneos, fuegos zombis (o hibernantes)", señaló el profesional de 40 años, jefe de la unidad contra incendios forestales de Greenpeace.
Hay que penetrar en la reserva natural de Suzunski, a 130 kilómetros al sur de Novosibirsk, tercera ciudad más grande de Rusia, para llegar al lugar del siniestro: una vasta ciénaga cubierta de ortigas, cáñamo y rodeada por un denso bosque de pinos.
Aquí, la turba, materia fósil fruto de la lenta descomposición de las plantas en un ambiente húmedo, se consume durante unos cinco años, estima Kuksin.
A más de un metro de profundidad, el fuego sobrevive a los inviernos siberianos gracias a la sequía que azota cada vez con más frecuencia esta región.
"Pero, la turba jamás se quema por sí sola, el hombre siempre es el responsable", subraya Kuksin. Es suficiente una colilla de cigarrillo mal apagada para que comience la combustión y se mantenga bajo tierra durante años.
Después del invierno, cuando regresa el calor, el fuego de la turba vuelve de entre los muertos a la superficie, quemando la hierba seca y puede extenderse hacia todo el bosque.
"Esto es lo que ocurrió el verano (boreal) pasado", dijo Sergei Akopov, de 60 años, voluntario que luchó contra el incendio.
"Vimos zorros y liebres huyendo de las llamas", recuerda este abogado de profesión, quien se desplazó hasta allí por cuarta vez para ayudar a intentar controlar el incendio de la ciénaga.
Trampas de carbono
Muchos científicos concuerdan en que Siberia y el Ártico se encuentran entre las regiones más expuestas al cambio climático. En los últimos años han registrado récords de calor e incendios gigantescos.
En junio, la ciudad ártica de Verjoyansk sufrió una temperatura sin precedentes de 38ºC. Unos nueve millones de hectáreas de bosques en Rusia se vieron afectadas por las llamas de este año, el equivalente a la superficie de Portugal, de acuerdo a fuentes oficiales.
Los incendios de turberas (pantanos o humedales ácidos) representan una nueva amenaza para el clima puesto que la turba, cuando se quema, libera grandes cantidades de dióxido de carbono.
"Es una bomba climática", afirma Grigori Kuksin. A su parecer, esto es un círculo vicioso: las perturbaciones del clima acentúan la sequía, favoreciendo los incendios de turberas, liberando gases que inciden en el cambio climático.
"Luchamos a la vez tanto contra las consecuencias del cambio climático como contra sus causas", resume.
Recientemente, la web especializada Nature manifestó su alarma por la multiplicación de estos "fuegos hibernantes" en las regiones árticas, tanto en América como en Rusia.
"Trabajo sucio"
Los incendios de la ciénaga suelen ser más difíciles de extinguir que los forestales convencionales.
"Para extinguir una turbera hay que inundarla y mezclar bien la tierra hasta obtener una pasta líquida", explica Ekaterina Grudinina, de 38 años, coordinadora de Greenpeace para Siberia y Extremo Oriente.
Detrás de ella, un equipo de bomberos voluntarios rocía el suelo con dos mangueras, bombeando agua desde un pantano cercano. Una vez que la tierra revuelta se satura con agua, se toma la temperatura de la capa subterránea de turba. Si supera los 40 grados, hay que repetir la operación.
"Es un trabajo sucio", afirma Alexander Sujov, de 38 años, agricultor que fundó este grupo de voluntarios que trabajó durante dos días para extinguir el fuego en una parte de la turbera.
A las dificultades se añade la poca implicación de las autoridades regionales, según Kuksin, puesto que éstas, ya sea por falta de experiencia y/o conocimientos, no consideran estos incendios con la misma seriedad que los forestales.
Los profesionales y voluntarios ya abandonaron el lugar. Pero, Kuskin está "casi seguro" que, a pesar de las afirmaciones de las autoridades, "la turbera continúa quemándose".
Este 2020 se cumplen cinco años de la firma del histórico Acuerdo de París y la humanidad está muy lejos de cumplir con los objetivos establecidos de mantener la temperatura por debajo de los 2ºC y estabilizarla en 1,5ºC, lo que evitaría el recrudecimiento del calentamiento global y los efectos climáticos extremos que causa. Líderes mundiales, empresas y sociedad civil se reunieron en el marco del debate de la Asamblea General para hacer un llamado a la acción climática urgente.
“El mundo tiene una fiebre alta, y está ardiendo. Las alteraciones climáticas son noticia diaria, desde devastadores incendios forestales hasta inundaciones récord”, alertó el Secretario General de la ONU este jueves.
Durante una mesa redonda sobre cambio climático en el marco de la 75ª sesión de la Asamblea General, António Guterres advirtió que es urgente revertir el curso actual del planeta.
“El reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial es inequívoco. La última década fue la más calurosa registrada y las concentraciones de gases de efecto invernadero han seguido aumentando. Las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles y los incendios forestales alcanzaron un máximo histórico en 2019 y son un 62% más altas que en 1990”, afirmó.
Durante el evento se anunció que Guterres y el primer ministro del Reino Unido serán coanfitriones de un evento histórico que convocará a líderes mundiales el 12 de diciembre de este año para impulsar una acción y ambición climática mucho mayor, a cinco años de la firma del Acuerdo de París.
Boris Jonhson informó a los participantes de la mesa redonda que las emisiones de su país se han reducido hasta un 10% debido a la crisis del coronavirus, pero que este será un impulso para el Reino Unido, que está comprometido a reconstruir después de la crisis de una manera mejor y más verde.
Nadie puede decir que no nos han avisado del cambio climático.
“Tenemos una agenda muy ambiciosa, desde nuevas tecnologías para reducir nuestras emisiones, hasta crear nuevos trabajos, vehículos eléctricos, iniciativas de energía nuclear y un gran programa para contaminar menos”, informó.
El jefe de gobierno aseguró que la dimensión de la crisis del COVID-19 era algo impredecible y que tomó por sorpresa al mundo, que lamentablemente no estaba preparado.
“Pero nadie puede decir que no nos han avisado del cambio climático, así que tenemos y podemos estar preparados, y no tengo dudas de que seremos exitosos”, dijo.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, durante una mesa redonda virtual sobre cambio climático.
La única expectativa es la acción
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que el coronavirus ha hecho que todos se den cuenta de lo frágil que es la vida en nuestro planeta.
“Necesitamos una acción determinante, y utilizar esta oportunidad para hacer nuestras economías más sostenibles y nuestras sociedades más saludables. La Comisión Europea está lista para hacer su parte, y nos hemos comprometido a ser el primer continente del mundo con emisiones neutrales de carbono para 2050”, afirmó.
Agregó que también han aumentado su ambición para reducir el 55% de las emisiones para el 2030, y establecido un fondo de billones de euros destinado específicamente para este fin.
“Vamos a gravar el carbón, a promover la energía renovable, a estimular la economía circular y a restaurar la naturaleza, pero Europa no puede sola, solo representamos el 10% de las emisiones mundiales”, acotó.
Tanto el Secretario General como Von der Leyen dieron la bienvenida al anuncio del presidente de China realizado durante el debate general, de que el país apunta a ser carbono neutral antes del 2060, y llegar al máximo de sus emisiones en 2030.
El mundo está muy lejos de los objetivos que se propuso hace cinco años en París.
“Me alientan los compromisos y llamados a la acción y la ambición de este grupo diverso de líderes de los gobiernos, la economía real y la sociedad civil… Pero aún nos queda mucho por hacer. El mundo está muy lejos de los objetivos que se propuso hace cinco años en París”, alertó.
Guterres aseguró que continuará pidiendo sin cesar, en especial a los miembros del G20, que se comprometan con el cero neto y presenten antes de la COP 26 una contribución más ambiciosa determinada a nivel nacional que esté alineada con la meta de 1,5 grados.
“Nuestro próximo hito para movilizar la ambición y la acción es el quinto aniversario del Acuerdo de París. Más importante aún, esperaremos políticas y planes concretos que nos permitan alcanzar la neutralidad de carbono y la plena resiliencia para 2050 y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Como dijo anteriormente el primer ministro de Fiji, “nuestra única expectativa es la acción””, expresó.
Icebergs en Groenlandia, donde las capas de hielo se están derritiendo de manera acelerada.
Las acciones necesarias según el Secretario General
Guterres reiteró su llamado a gobiernos, empresas, financistas, sociedad civil y jóvenes a actuar en tres prioridades urgentes:
Planes de recuperación de COVID-19 sostenibles que aborden el cambio climático:
El titular de la ONU recordó que mientras los países trabajan para recuperarse del impacto económico de la pandemia, se debe invertir en empleos verdes y decentes; no rescatar a las industrias contaminantes; poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y ponerle precio al carbono; tener en cuenta los riesgos climáticos en todas las decisiones financieras y políticas; y trabajar juntos y no dejar a nadie atrás.
Guterres aseveró que todos los paquetes de recuperación del COVID-19 deben acelerar la descarbonización de la economía global.
“Ningún plan que apoye las industrias de carbón o combustibles fósiles, económicamente costosas y contaminantes puede llamarse “recuperación”. Los planes, políticas y carteras deben demostrar que son consistentes con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius”, recalcó.
El Secretario General instó a todas las instituciones financieras para el desarrollo a cambiar sus inversiones hacia las energías renovables.
La región de La Mojana en Colombia es altamente vulnerable a las inundaciones y sequías inducidas por el cambio climático.
Proteger las economías y sociedades que actúen con base en la ciencia.
“Todos los esfuerzos deben estar guiados por la ciencia”, agregó António Guterres, explicando que debe lograrse una reducción de al menos un 45% en las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2030, y cero emisiones netas antes de 2050 para alcanzar la meta de 1,5 grados.
“Esto comienza con planes climáticos ambiciosos y concretos: las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y las Estrategias a Largo Plazo que todos los gobiernos deben preparar lo antes posible y mucho antes de la COP26”, detalló.
Guterres reiteró que el quinto aniversario del Acuerdo de París el 12 de diciembre de 2020, que reunirá a líderes de gobiernos, empresas y sociedad civil, será un momento importante para seguir elevando la ambición climática.
“Espero trabajar estrechamente en este evento con los líderes de Chile, Francia y el Reino Unido y otros para lograr una mayor ambición. Les pediremos que actúen sobre sus compromisos y entreguen planes y acciones climáticos ambiciosos.”
NOOR/Kadir van Lohuizen
Erosión costera en una playa de Greenville, en la isla Grenada en el Caribe.
Dar prioridad a las personas y comunidades más vulnerables.
Para el Secretario General todas las soluciones climáticas deben dar prioridad a las naciones y comunidades más vulnerables.
“Esto implicará políticas de transición justa, cooperación internacional y solidaridad. Sin embargo, las acciones de resiliencia y adaptación no obtienen la financiación que necesitan. Pido a los países desarrollados que cumplan este año su compromiso de proporcionar y movilizar 100.000 millones de dólares al año para mitigación, adaptación y resiliencia en los países en desarrollo”, acotó.
Una vez más el titular de la ONU reiteró que los gobiernos deben eliminar los costosos subsidios a los combustibles fósiles y emplear ese dinero para invertir en nuevos empleos para las comunidades más pobres.
“Esto incluirá capacitación laboral y de habilidades para las personas e incentivos fiscales para las empresas. Tenemos campeones y soluciones a nuestro alrededor, en cada ciudad, corporación y país. Pero la emergencia climática está completamente sobre nosotros y no tenemos tiempo que perder”, enfatizó.
Según Guterres, la respuesta a esta crisis existencial es “una acción rápida, decisiva, ampliada y solidaria”.
La caída histórica de las emisiones de efecto invernadero explicada por la pandemia puede quedar en un espejismo. "Tras una reducción transitoria fruto de las medidas de confinamiento y la ralentización económica, las emisiones van camino a alcanzar los niveles previos a la pandemia", advirtió Naciones Unidas.
Seis agencias y organismos internacionales, coordinados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), presentaron días atrás en Nueva York el informe United in Science 2020, una compilación de los principales efectos y causas del cambio climático a partir de datos recabados en el último año. Según ese análisis, el mundo está lejos de cumplir el Acuerdo de París, que fija como objetivo que el aumento de la temperatura media mundial quede entre 1,5 y 2 grados respecto de los niveles preindustriales.
"A menos que las emisiones alcancen un pico y disminuyan pronto, será poco probable que se estabilice [la suba de] la temperatura muy por debajo de los dos grados para cumplir con el Acuerdo de París", explica Jürg Luterbacher, científico jefe de la OMM y uno de los coordinadores del informe. En el apartado del documento referido a las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero, se señala que la caída mundial esperada para fines de este año respecto de 2019 estará entre 4% y 7% debido a las medidas de confinamiento impuestas ante el Covid-19. Pero "a principios de junio las emisiones mundiales diarias de CO2 de origen fósil volvieron a situarse cerca de los niveles de 2019". En ese momento la reducción era de alrededor de 5%, según cálculos de la organización Global Carbon Project, que elaboró ese capítulo. Aunque aún no hay datos concretos de julio y agosto, Pep Canadell, director de esta organización, apunta a que siguió disminuyendo el nivel de caída de las emisiones.
Paralelamente, la concentración de este gas en la atmósfera siguió creciendo y en la primavera boreal hubo un récord histórico. "La reducción de las emisiones de CO2 en 2020 tendrá un efecto muy limitado en la tasa de incremento de sus concentraciones atmosféricas, dado que estas son el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del período de vida sumamente prolongado de ese gas", dice la ONU. "Para estabilizar el cambio climático, las emisiones deben reducirse de forma sostenida hasta que las netas equivalgan a cero", añade el informe.
El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera impulsa el calentamiento de la superficie terrestre y de los océanos. El informe apunta a que la previsión es que "la temperatura media mundial de 2016-2020 sea la más cálida de la que se tiene constancia, aproximadamente 1,1 grados por encima de la media de 1850-1900, período de referencia para evaluar el cambio que la temperatura tuvo desde la era preindustrial".
Pero el problema no es solo el incremento de la temperatura, sino todos los impactos vinculados al calentamiento. "El calor también se ha asociado con cambios en el ciclo hidrológico en diferentes áreas con sequías prolongadas y severas en algunas zonas y con inundaciones extremas en otras", detalla Luterbacher. "Todos los años entre 2016 y 2020, la extensión del hielo marino del Ártico ha estado por debajo de la media", añade. "La tasa de aumento medio mundial del nivel del mar aumentó en comparación con los cinco años anteriores."
"Los eventos extremos en el Ártico de este año son muy preocupantes por su potencial de amplificar y acelerar el cambio climático a través de realimentaciones, como incendios y descongelamiento del permafrost", apunta Maisa Rojas, física y climatóloga chilena. Esta experta fue la encargada de coordinar en 2019 la primera edición del informe presentado ahora en Nueva York. Este año se advierte que existe un nivel mucho más bajo de atención internacional sobre este problema, algo que preocupa a muchos investigadores.
Pero tanto la ONU como otros organismos internacionales y científicos instan a convertir la salida a la crisis del Covid en una oportunidad para luchar contra el calentamiento global. "Se necesitan soluciones para abordar tanto la pandemia como la crisis climática", apunta Luterbacher. "El calor récord, la pérdida de hielo, los incendios forestales, las inundaciones y las sequías seguirán empeorando en el futuro y afectarán a nuestras sociedades y economías de todo el mundo", advierte este especialista. "Debemos convertir la estrategia de recuperación de la pandemia en una auténtica oportunidad para forjar un futuro mejor", insiste António Guterres, secretario general de la ONU, en el prólogo del informe. Y agrega que deben concentrarse esfuerzos para que no haya "un rebote de emisiones al recuperar la economía" y para que 2019 haya sido el año en el que las emisiones de gases de efecto invernadero tocaron su techo.
El heredero al trono británico alertó sobre la catástrofe que se avecina si los estados más poderosos de la tierra no intervienen de una vez por todas para reducir las emisiones contaminantes.
El príncipe Carlos de Inglaterra, heredero al trono británico y entusiasta defensor del medio ambiente desde hace décadas, no ha dudado en alertar públicamente sobre la catástrofe que se avecina, la cual ya ha empezado a ofrecer sus primeros y devastadores signos, si los estados más poderosos del planeta y los ciudadanos no actúan de forma inmediata y decisiva para empezar a revertir los efectos del cambio climático.
En el discurso de inauguración que, a través de una videoconferencia desde los jardines del castillo de Balmoral, ofreció ayer domingo para dar inicio a la Semana del Clima, el papá de los príncipes William y Harry señaló que el impacto de la actual pandemia del coronavirus será mínimo en comparación con las secuelas más notorias que, a corto plazo, se desprenderán del exceso de emisiones contaminantes.
"La crisis climática ha estado con nosotros desde hace ya demasiados años, y ha sido por lo general denigrada, menospreciada e incluso negada. Poco a poco se ha ido convirtiendo en la principal responsable de la catástrofe global a la que nos enfrentaremos, la cual minimizará el impacto de la pandemia del coronavirus", argumentó el hijo de Isabel II tras exigir a los poderes públicos y a los foros de cooperación internacional un mayor nivel de atención a semejante problemática.
"Sin una acción rápida e inmediata, y sin esos cambios que ya requieren un ritmo acelerado y sin precedentes, perderemos la ventana de oportunidad que se nos ha abierto para 'resetear' el mundo, para poder crear un futuro más inclusivo y sostenible para todos", explicó el heredero al trono.
La compañía Leroy Marlin (España) ha publicado su Informe de Sostenibilidad 2019 que refleja su firme compromiso con el negocio responsable, el medioambiente y la sociedad. La estrategia de la compañía se basa en la convicción de que es posible cambiar el mundo que nos rodea, de donde nace su Propósito: “Despertar en cada persona la motivación de crear entornos donde vivir mejor”.
En 2019 Leroy Merlin definió su política de Medio Ambiente, centrada en el consumo responsable, la economía circular y el cambio climático y cuyo objetivo es impulsar la preservación y el respeto por el entorno, así como la reducción del potencial impacto de sus actividades. La empresa desarrolla una estrategia de modelo ético, lo que impacta positivamente en los ciudadanos y su entorno.Para la elaboración del informe correspondiente al año 2019, una vez más la compañía ha seguido las directrices y principios recogidos en los Estándares de Global Reporting Initiative (GRI) y su contenido ha sido verificado externamente por terceros.
Leroy Merlin ha sido la primera empresa en comercializar soluciones de energía sostenible en el hogar llave en mano, habiendo facturado con ello 34,5 millones de euros durante 2019. La compañía ha establecido el consumo responsable como uno de sus vectores de competitividad: logrando 450 millones de euros en ventas de soluciones sostenibles para el hogar y, actualmente, el 77,8% de los productos con madera tienen un origen sostenible. Rodrigo de Salas, director de Comunicación, Identidad Corporativa y Negocio Responsable de Leroy Merlin, comentó al respecto que “seguimos integrando el crecimiento económico con la responsabilidad con nuestro entorno local y nuestros colaboradores. Somos conscientes de que solo seremos relevantes como empresa si lideramos el cambio y contamos para ello con todos nuestros grupos de interés”.
La compañía desarrolla una estrategia de modelo empresarial ético, lo que impacta positivamente en los ciudadanos y su entorno. La empresa contribuyó significativamente a la riqueza nacional, ya que tributa todos sus impuestos en España, con una cifra que asciende a 315,1 millones de euros y contando con proveedores nacionales, los que suponen ya un 72% del total. “Hemos estado trabajando también en la economía circular, logrando reducir un 26,6% la generación de residuos y reciclando el 79% de lo que generamos. Somos conscientes de que tenemos que seguir mejorando, pero estamos en muy buen camino. En cuanto a mitigación del cambio climático, nos hemos puesto como objetivo que en 2025 hayamos reducido un 20% las emisiones en la cadena de logística y un 10% la huella de carbono. Está en nuestras manos seguir contribuyendo a crear un mundo mejor”, afirma Rodrigo de Salas.
Leroy Merlin aboga además por el empleo estable y de calidad. En este sentido, el 76,2% de la plantilla cuenta con un contrato indefinido y el 95,9% es accionista de ADEO, grupo al que la empresa pertenece. Asimismo, durante 2019 se repartieron 24,4 millones de euros entre todo el equipo. Otro punto importante es la inauguración del CAMPUS de formación, cuyo objetivo es crear experiencias de aprendizaje entre los empleados para impulsar su conocimiento como asesores expertos y especialistas en la materia. En esta línea, el año pasado se impartieron más de 264 000 horas de formación, lo que supone un aumento del 25,3% respecto a 2018 y una inversión de 3,4 millones de euros.
Actualmente Leroy Merlin cuenta en su plantilla con un 2,3% de personas con discapacidad, superando así el mínimo exigido por ley y habiendo sido galardonado con 2 premios por su política de inclusión laboral. Asimismo, en 2019 invirtió en voluntariado y acondicionamiento de hogares vulnerables más de 559 000€, ayudando a más de 2300 personas y colaborando con 43 asociaciones. Asimismo, la empresa continúa trabajando para no dejar a nadie atrás. “El compromiso social es la base de nuestras relaciones con los grupos de interés. Por eso desarrollamos acciones que impulsan el empleo joven, la integración socio laboral de personas con discapacidad y la ayuda a personas en riesgo de exclusión”, afirma De Salas.
Bill Gates manifestó que el cambio climático le preocupa más que la Covid-19, dado que para frenar su impacto habría que hacer mayores esfuerzos económicos que contra la enfermedad. El daño causado al medio ambiente “será mayor cada año que el que hemos visto durante la pandemia”, afirmó en una entrevista.
“No hay una solución como una vacuna en la que te puedes gastar billones de dólares y acabarla. No, el cambio climático es mucho más duro”, dijo el fundador de Microsoft a la agencia Bloomberg. Remarcó que hace falta cambiar “la mayor parte de la economía física del mundo: transporte, industria, construcciones, electricidad, la agricultura, que son fuentes de emisiones”, y destacó que “para muchas de ellas no tenemos soluciones”.
Gates adujo que "el daño va mucho más allá" del aspecto económico, y subrayó "la pérdida de educación y el stress que padece la gente", si bien estimó que "la economía mundial está impactada hasta ahora en alrededor de diez trillones de dólares".
“Si un tifón asola Tokio durante dos semanas, se necesitará más energía que la que todas las baterías del mundo han producido multiplicada por una gran cantidad”, ejemplificó, al tiempo que señaló que “debemos reconocer que hay posibilidades de que nunca lo logremos”.
Gates puntualizó la necesidad de explorar energías alternativas, como la fisión nuclear “porque los diseños de nueva generación pueden ser muy seguros y económicos”, y llamó a mejorar en innovaciones: “¿Cómo mejoramos en hacer acero? ¿O cemento? No son problemas fáciles”. También se mostró receptivo al proyecto de coche eléctrico de Elon Musk, aunque matizó que “en términos relativos, es mucho más fácil que en la economía industrial, donde nuestro progreso es muy pequeño”.
En busca de una vacuna
Sobre el desarrollo de una vacuna contra la pandemia, no se mostró muy optimista. “Cualquier sugerencia de que un político ayudó a crear la vacuna es algo muy peligroso”, dijo, al tiempo que se manifestó crítico del gobierno de Donald Trump por la falta de financiación. "Tienes que gastar miles de millones para ahorrar billones de dólares”.
El empresario afirmó que se debería prever un plan que garantice el acceso a la vacuna a toda la población mundial y dejó una frase críptica respecto de su posición para las elecciones de noviembre: “Mis deseos son muy claros, pero no me quiero pronunciar para no influir a la gente”.
En cuanto a la figura de Trump, señaló que "es lamentable que muchas de sus declaraciones hayan hecho que la vacuna se perciba como una cuestión política" y exhortó a su país a hacer "un examen minucioso para comprender cómo prepararse para la próxima pandemia".
El futuro de la pandemia
"Si las vacunas son efectivas, incluso con un nivel de vacunación del 60 por ciento de la población global, detendremos la propagación exponencial de la enfermedad", afirmó. "El próximo año detendremos el número de muertes y, en 2022, la pandemia se terminará", pronosticó.
Sin embargo, se mostró "pesimista sobre cómo será el otoño en el hemisferio norte. Si no intervenimos, el número de muertes volverá a los niveles de primavera, incluso en Estados Unidos". En tal sentido, Gates coincide con el estudio de la Universidad Northeastern, de Boston, que considera que si los primeros 2 mil millones de dosis se destinan a países ricos, habrá el doble de muertos.
El año que viene habrá cien millones de dosis para distribuir, como consecuencia del acuerdo de la Fundación Bill & Melinda Gates con la Alianza Mundial para la Inmunización y la Vacunación (GAVI).
El acuerdo es para las vacunas que "puedan ser producidas a gran escala y bajo costo, entre dos y tres dólares la dosis", como la de AstraZeneca, Johnson & Johnson, Novavax y Sanofi. "Tratamos de ver si funcionan y creamos una capacidad de producción mundial", añadió.
Finalmente, el multimillonario tuvo tiempo para un comentario sobre la teoría conspirativa según la cual Gates ayudó a propagar el coronavirus por el mundo. “Sorprende lo interesante que es y que se difunda más rápido que la verdad”, advirtió, al tiempo que expresó que las redes sociales deberían evitar esas fake news.