Cada 22 de marzo el mundo se une para honrar un recurso que da vida: el agua. El Día Internacional del Agua tiene como objetivo reflexionar sobre su vital importancia, no solo para la supervivencia humana, sino también para el equilibrio de los ecosistemas.
Solo el 0.5 % del agua de la Tierra es dulce, utilizable y está disponible, y el cambio climático está afectando ese suministro y alterando la forma en que las personas interactúan con el recurso, alerta la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Desde inundaciones hasta sequías: así afecta el cambio climático al agua
El cambio climático es, principalmente, una crisis del agua, afirma un artículo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) titulado Agua y cambio climático. Su impacto se siente a través del empeoramiento de las inundaciones, el aumento del nivel del mar, la reducción de los campos de hielo, los incendios forestales y las sequías.
Los fenómenos meteorológicos extremos (que son cada vez más probables e intensos a causa del cambio climático) hacen que este recurso sea más escaso, más impredecible, más contaminado o las tres cosas, asegura el mismo artículo. “Estos impactos a lo largo del ciclo del agua amenazan el desarrollo sostenible, la biodiversidad y el acceso de las personas al agua y al saneamiento”, añade.
Las fuentes advierten que las inundaciones y el aumento del nivel del mar, que son consecuencia del calentamiento global, pueden contaminar la tierra y el agua dulce de diversas maneras (por ejemplo, a través del agua salada o la materia fecal). De esta manera, se comprometen los recursos hídricos de millones de personas.
Esto es particularmente apremiante si se tiene en cuenta que, para 2050, el número de personas en riesgo de inundaciones podría aumentar de 1200 millones (en 2020) a 1600 millones, según ONU-Agua.
En cuanto a la deforestación, la destrucción de la vegetación y la cubierta arbórea impacta directamente sobre la disponibilidad de este recurso vital al exacerbar la erosión del suelo y reducir la recarga de aguas subterráneas.
Además, el aumento de las temperaturas eleva la humedad de la atmósfera, lo que resulta en más tormentas, lluvias torrenciales y, paradójicamente, períodos de sequía más intensos.
Cómo el cambio climático dificulta el acceso al agua potable
Los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los patrones del ciclo del agua dificultan el acceso al agua potable, especialmente para los niños y niñas más vulnerables, detalla un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).
En América Latina y el Caribe, “17.8 millones de niños, niñas y adolescentes viven en zonas de alta o extremadamente alta vulnerabilidad al agua. Esto significa que no tienen suficiente para satisfacer sus necesidades diarias”, añade Unicef.
En tanto, el cambio climático empeora aún más el estrés hídrico (zonas con recursos hídricos extremadamente limitados), lo que genera una mayor competencia por el agua e incluso conflictos. “En 2040, casi 1 de cada 4 niños y niñas vivirá en zonas con estrés hídrico extremadamente alto”, predijo el organismo en 2022.
Otra estimación de la ONU que ilustra la situación advierte que “desde principios hasta mediados de la década de 2010, 1900 millones de personas (el 27% de la población mundial) vivían en zonas con potencial de grave escasez de agua. En 2050, esta cifra aumentará a entre 2.7 y 3.2 mil millones de personas”. La aceleración del cambio climático y el crecimiento de la población son los responsables.
Fuente: National Geographic
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