Por: Juan José
Olivieri
LA
ACTUAL SOCIEDAD POSTMODERNA
Según la mayoría de los pensadores en
distintas disciplinas científicas, la sociedad actual es clasificada ya como
postmoderna. Una sociedad de irracional consumo, que viene a continuación de una
sociedad de alta producción, originada ésta última como consecuencia de la
Revolución Industrial, sucedida allá por el siglo XVIII. No soy partidario de
poner rótulos a los diferentes períodos sociales, pero muchas veces, y desde
miradas más analíticas, es necesario catalogar los distintos momentos sociales
para poder entenderlos mejor, y saber de qué estamos hablando cuando abordamos
un tema.
Esta sociedad de consumo, que algunos
analíticos consideran que ha sentado su apogeo en el siglo XIX, basó sus
premisas en la ilimitada disponibilidad de los recursos naturales, y por lo
tanto la ilimitada capacidad de absorber todos los residuos generados por
semejante consumo.
En una sociedad direccionada al
consumo, todo vale para ser vendido y satisfacer al cliente consumidor. No
alcanzarían varias páginas, ni tampoco sería oportuno explicitar todos los
productos que hoy se consumen a nivel masivo. Tampoco es motivo de este artículo
entrar a revisar el grado de satisfacción que produce el consumo. Si podemos
decir que es un nivel de satisfacción de duración mínima, que inmediatamente
requiere de un nuevo consumo para mantener similar de
satisfacción.
¿A DÓNDE NOS HA LLEVADO ESTE TIPO DE
SOCIEDAD?
Los sociólogos que se han ocupado, y
ocupan de analizar estos aspectos, observan, que por detrás del consumo
irracional, hay aspectos de incertidumbre que las personas necesitan evitar que
se conviertan en angustia. Uno de los “remedios” es el consumo. Un remedio que
es adictivo, y que no soluciona el problema de base.
No sería productivo revisar que
sucede primero: si la incertidumbre en el vivir, o el consumo. Ambos se
retroalimentan y conviven de manera sinérgica en pos de no poder resolver la
angustia que atraviesa la sociedad.
Lo que podemos ver (acá recomiendo
leer “Modernidad Líquida”, de Zigmunt Bauman”), es lo que sucede con los valores
básicos, y que son necesarios para que una sociedad pueda superar las crisis de
incertidumbre y angustia. Z. Bauman habla de la sociedad actual, haciendo una
semejanza entre el estado sólido y el estado líquido en la ciencia física. En el
estado sólido hay vínculos muy fuertes que mantienen la estructura original, en
cambio en el estado líquido, esos vínculos se han debilitado de tal manera, que
ya no hay estructura propia. Los líquidos toman la forma del recipiente. Pueden
estar en un vaso, en una botella, derramados en el piso, en una pileta, etc. Han
perdido su capacidad de ser de una determinada manera. Hasta acá, es una mera y
muy sencilla descripción del estado sólido y líquido de los cuerpos.
Este modelo, que sirve para
visualizar la situación, cuando se aplica a los vínculos familiares, y sociales,
nos permite observar el grado de fragilidad de los mismos. Podría pensarse que
esa labilidad, en los valores afectivos relacionales, puede contribuir a
desarrollar sociedades angustiadas.
Volviendo al uso ilimitado de los
recursos naturales, este consumo desmedido, que conlleva a un requerimiento
inusual de energía, ha generado en los dos últimos siglos una concentración de
“gases de efecto invernadero”, en la atmósfera que ésta provocando el
calentamiento global del planeta.
¿CÓMO ESTÁ RESPONDIENDO LA
NATURALEZA?
Por suerte el planeta y su
naturaleza, independientemente de la acción de los seres humanos, ha comenzado a
responder generando, como fuera antes mencionado, un aumento de la temperatura
global promedio del mundo. Ya se observan consecuencias, como el derretimiento
de hielos polares, de glaciares, y de cierta pérdida de biodiversidad, entre
otros efectos.
Es interesante observar como la
naturaleza está induciendo a que se materialicen cambios de hábitos en los seres
humanos. El caso de China sirve como caso testigo para evaluar que está
sucediendo. En este país se encuentra, aproximadamente el 20% de la población
mundial. Su economía ha venido creciendo a un régimen del 10% anual, en los
últimos diez años.
Dado que sus industrias no son de las más eficientes, el
consumo de energía para satisfacer tal crecimiento ha superado el porcentaje del
10%. Además la energía utilizada en China es principalmente carbón, por lo cual
el grado de contaminación con gases de efecto invernadero ha sido, y es
altísimo. Pero ya la contaminación ambiental en Pekín es notable, y está
generando innumerables problemas de salud.
El gobierno se encuentra en una
encrucijada: parar el crecimiento de la economía China, con el problemático
significado social que esta decisión traería, o hacer frente a una contaminación
que continuará creciendo.
El gobierno está intentando resolver
este dilema promocionando industrias más eficientes energéticamente, que ahorren
combustible, y además promover la utilización de energías limpias (verdes). Hoy
en día China se encuentra desarrollando este esquema como respuesta al
requerimiento de las necesidades básicas de su sociedad.
NOS ESTAMOS ACERCANDO A UN CAMBIO
DE PARADIGMA
Puse el ejemplo de China, pero estos
cambios ya están sucediendo en Europa, y Estados Unidos. A pesar de las
discrepancias en el consenso de políticas planetarias, los países desarrollados
avanzan en la utilización de energías limpias y en la búsqueda de tecnologías
más eficientes que permitan ahorrar el consumo de combustibles y por ende la
generación de residuos.
Todo indica que el cambio de
paradigma ya comenzó a transitarse. De una sociedad de consumo, pasaremos
a una sociedad de ahorro y cuidado de los recursos naturales. ¿En cuánto
tiempo sucederá la transición? No es posible precisarlo, pero lo importante es
que la transición está en marcha.
Lo que considero notable es: que esta
transición en lo energético, también conllevará a transiciones en la manera de
generar vínculos afectivos, y reconstruir valores sociales que creíamos
perdidos. Cuando hablamos de ahorrar y no despilfarrar, esto tiene connotaciones
en la manera diaria de relacionarnos con las otras personas. Cuidar la energía,
significa cuidar los vínculos. Usar tecnologías limpias, trae implícito
aferrarnos a valores de vida más genuinos, y transparentes
(limpios).
Bienvenido entonces el Cambio Climático,
nuevamente la naturaleza nos da un ejemplo de su capacidad reconstitutiva, y un
golpe al egocentrismo de la raza humana, que no para de mirarse el ombligo.
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