Desde el año 1972 hasta la fecha se han multiplicado las exclamaciones de los residentes en laprovincia de Las Tunas, a 690 kilómetros al este de La Habana, cuando en las noches y madrugadas de casi todo el año se quejan de calor.
“Es que en las últimas cuatro décadas se reporta un aumento de la temperatura mínima media de entre 0.6 y 0.8 grados Celsius”, al decir del Máster en Ciencias Meteorológicas Camilo Más García, especialista del Centro Meteorológico local.
Este es un ejemplo de la incidencia del cambio climáticoen el territorio, fenómeno que consiste en las variaciones de las condiciones del clima en el planeta durante periodos relativamente prolongados.
Pero, lamentablemente, no es el único. “En esta región se reporta un incremento de los períodos de sequía. Antes de cada 10 años, tres eran secos y ahora estamos hablando de que cada 10 años, seis carecen de las lluvias que se necesitan. Incluso, la mitad de ellos se caracteriza por una sequía severa”.
“También puedo hablarte del comportamiento inusual de la escasez de precipitaciones en los municipios de Colombia y Amancio, tradicionalmente húmedos, con comportamientos de alta pluviosidad. En los últimos tres años han sido fuertemente afectados por ese fenómeno. Y hay un considerable aumento del nivel del mar, que se aprecia a simple vista en zonas bajas comoGuayabal, Cascarero, La Herradura y Los Pinos”.
“Otro ejemplo es el corrimiento de entre 25 y 30 días en las estaciones. Antes llovía en marzo, con el inicio de la primavera; pero, ya no sucede así. Si nos fijamos bien, comienzan las precipitaciones siempre después del 20 de mayo o a principios del mes de junio”.
La ocurrencia de esas transformaciones ha podido constatarse en Las Tunas mediante la realización de diferentes estudios para conocer la incidencia del cambio climático y la posterior implementación de medidas a corto, mediano y largo plazo para adaptarnos, aminorar sus consecuencias y de paso, contribuir a la sostenibilidad del desarrollo del país.
Esas investigaciones comenzaron en el 2003 con el proyecto Fomento de capacidades para la etapa dos de adaptación al cambio climático en Centroamérica, México y Cuba.
“En el caso de nuestro país hubo dos áreas pilotos, las provincias de Ciego de Ávila y Las Tunas, específicamente en los municipios de Manatí, Puerto Padre y Jesús Menéndez, y de esos lugares salieron acciones de buenas prácticas que se aplicaban en la región y podían extenderse al resto del archipiélago y a otras naciones”.
Incrementar la conciencia de la población en torno al tema es una de las prioridades del grupo multidisciplinario que realiza los estudios, encabezado por el Centro Meteorológico y el Instituto de Planificación Física e integrado además por los centros de la Enseñanza Superior, la empresa de Sanidad Vegetal, dirección de la Vivienda e instituciones del sistema ambiental, entre otros.
“Por eso se han efectuado varios talleres de capacitación en diferentes instituciones y centros educacionales a la vez que se realizan intercambios con productores cañeros y agropecuarios y campesinos asociados a numerosas cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios”.
“También se hace un proyecto de información agrometeorológica, se estudia la adaptabilidad de las especies de la flora y la fauna que mejor se desarrollan en nuestras condiciones y se establecieron los sistemas de alerta temprana de la sequía, conjuntamente con el Instituto de Recursos Hidráulicos”.
Ya en la provincia de Las Tunas se han ido cumpliendo algunas de esas medidas incluyendo la disponibilidad de información a la base pues se enseña a los productores a usar los elementos del clima y se aborda el tema en los círculos de interés con pioneros de la enseñanza primaria y de la secundaria básica.
“Aquí se trabaja en la adaptabilidad de diferentes especies de animales y plantas que crecen bien en el territorio; podemos hacer más; pero, se aprecian avances. Por ejemplo, profesores y alumnos de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad Vladimir Ilich Lenin estudian y evalúan los rendimientos de variedades de sorgo, yuca, frijoles, garbanzos y otros cultivos”.
“Además, se orienta el uso racional del agua, en áreas de escasas precipitaciones se sustituye el ganado bovino por caprino y se realizó un estudio de peligros, vulnerabilidades y riesgos sobre la sequía, un problema constante en el territorio, considerado el más seco del país”.
En Las Tunas, como en toda Cuba, no podemos dormir eternamente en la pesadilla del cambio climático. Aunque los efectos más adversos del clima podrían ocurrir dentro de algunas décadas nos urge despertar y adaptarnos a ese fenómeno que no tiene marcha atrás.
Ese es un reto fundamental para mitigar sus consecuencias con la aplicación consciente de diferentes medidas y contribuir a la sostenibilidad del desarrollo del país, un sueño común que lograremos con el empeño colectivo.
FUENTE: www.tiempo21.cu , 13/ 01/ 2013
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