ENTRE SEQUÍAS, EXCESO DE LLUVIAS O AUSENCIA DE NEVADAS, LOS EFECTOS SE HAN PERCIBIDO POR DOS DÉCADAS.
Los nueve meses sin lluvias en la capital fueron solo un síntoma del cambio climático en Durango, donde por casi dos décadas se han venido manifestando lluvias torrenciales inesperadas, ausencia de nevadas o vientos huracanados atípicos, como prueba del daño que el ecosistema sufrió por causa del ser humano.
Los primeros estragos del cambio climático comenzaron a presentarse a principios de la década de los 90, pues luego de tres años consecutivos con temporadas de lluvias normales, el 15 de septiembre de 1994 cayó un torrencial que aún se mantiene como la lluvia más intensa de la historia en la ciudad de Durango.
Ese día, según los registros históricos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), estuvo lloviendo "a cántaros" por siete horas con una acumulación de 115 milímetros; es decir, una cuarta parte de lo que llueve promedio al año.
Las condiciones se tornaron preocupantes a partir de los años siguientes, cuando se registró una disminución en los días con lluvias de 1995 a 1998. Esta situación se combinó con condiciones extremas nunca antes vistas, concretamente el 4 de abril de 1997, cuando el Valle del Guadiana fue azotado por unos vientos huracanados que alcanzaron rachas de hasta 96 kilómetros por hora.
Ese mismo año, el 12 de diciembre, la capital duranguense quedó envuelta por la onda más gélida de su historia, al registrarse una tempratura mínima que alcanzó los 13 grados centígrados bajo cero, además de una tupida nevada que duró prácticamente todo el día.
Los efectos del cambio climático en Durango también pueden ser perceptibles, precisamente, con la caída de nieve. Florencio Rodríguez Loera, responsable del Servicio Meteorológico Local, explicó que históricamente en la capital duranguense se registraban nevadas cada dos o tres años y, actualmente, la última precipitación de este tipo se remonta a hace casi 11 años.
Los efectos más recientes del cambio climático son casi igual de agresivos. El año 2008 fue de lluvias intensas, al grado de que se reportaron desbordamientos de ríos, deslaves de cerros, poblados incomunicados y cientos de damnificados; sin embargo, ese año también conserva el récord histórico de la temperatura más alta en la ciudad de Durango, debido a que el mercurio alcanzó los 40 grados centígrados.
En contraste, a partir del 2010 se registró la sequía más severa. Entre septiembre de ese año y junio del 2011 se tuvieron apenas ocho milímetros de lluvias, situación que aún hoy en día tiene a las tres principales presas del municipio de Durango apenas por arriba de la mitad de su capacidad de almacenamiento.
Esto ocasionó también que la ciudad de Durango fuera considerada como la capital más seca de todo el país.
Situación críticaEl 2012 representó una recuperación climática en cuanto al volumen de lluvias, pero se quedaron por debajo de los niveles promedio; incluso la actual temporada invernal es un reflejo más de las alteraciones del ecosistema, pues a pesar de que se han registrado nevadas en algunos puntos de la región serrana, estas precipitaciones no han sido en los niveles de años anteriores.
Entre los aspectos que son considerados por el Meteorológico Local, se encuentra el desfase de los frentes fríos que se tenían pronosticados para esta temporada invernal. Florencio Rodríguez detalló que inicialmente se tenía programado que para estas fechas ya hubieran cruzado 28 frentes por Durango, pero apenas se sienten los efectos del número 23.
Al hacer referencia a los pronósticos, el meteorólogo enfatizó que las bajas temperaturas seguirán por lo menos hasta mediados de febrero; además de que a partir del próximo mes y hasta mayo las precipitaciones serán prácticamente nulas.
Resumen anualEl 2012 comnenzó con un intenso frío, tal como en este año, luego de que tres de los siete días de la segunda semana de enero tuvieron temperaturas por debajo de los cero grados centígrados.
El extremo se presentó el 12 de febrero, cuando el mercurio descendió hasta los cuatro grados bajo cero, pero también ese día se presentó la mayor variación térmica del año debido a que la temperatura máxima se fue hasta los 27.4 grados centígrados positivos; es decir, más de 31 grados centígrados de diferencia el mismo día.
El día más caluroso del 2012 fue el segundo martes de mayo, cuando la temperatura máxima fue de 39 grados centígrados; el día 26 de ese mismo mes se registró una lluvia de poco más de 16 milímetros, cantidad que se contabilizó dentro del rango raquítico de precipitaciones que formaron parte de la sequía.
Conforme transcurrió el segundo semestre del año también se normalizaron las lluvias. Tan solo durante el ms de julio se contabilizaron 20 días con precipitaciones y fue el día 26 cuando se registró la más intensa, con una acumulación de casi 22 milímetros. De hecho, durante todo ese mes cayeron 107 milímetros de agua por lluvia.
En un corte final, se pudo conocer que la precipitación acumulada del año pasado fue de apenas 296.15 milímetros; contra los 529 milímetros que se consideran como promedio anual.
El 27 de noviembre fue el último día en que se registraron lluvias en el 2012.
Los primeros estragos del cambio climático comenzaron a presentarse a principios de la década de los 90, pues luego de tres años consecutivos con temporadas de lluvias normales, el 15 de septiembre de 1994 cayó un torrencial que aún se mantiene como la lluvia más intensa de la historia en la ciudad de Durango.
Ese día, según los registros históricos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), estuvo lloviendo "a cántaros" por siete horas con una acumulación de 115 milímetros; es decir, una cuarta parte de lo que llueve promedio al año.
Las condiciones se tornaron preocupantes a partir de los años siguientes, cuando se registró una disminución en los días con lluvias de 1995 a 1998. Esta situación se combinó con condiciones extremas nunca antes vistas, concretamente el 4 de abril de 1997, cuando el Valle del Guadiana fue azotado por unos vientos huracanados que alcanzaron rachas de hasta 96 kilómetros por hora.
Ese mismo año, el 12 de diciembre, la capital duranguense quedó envuelta por la onda más gélida de su historia, al registrarse una tempratura mínima que alcanzó los 13 grados centígrados bajo cero, además de una tupida nevada que duró prácticamente todo el día.
Los efectos del cambio climático en Durango también pueden ser perceptibles, precisamente, con la caída de nieve. Florencio Rodríguez Loera, responsable del Servicio Meteorológico Local, explicó que históricamente en la capital duranguense se registraban nevadas cada dos o tres años y, actualmente, la última precipitación de este tipo se remonta a hace casi 11 años.
Los efectos más recientes del cambio climático son casi igual de agresivos. El año 2008 fue de lluvias intensas, al grado de que se reportaron desbordamientos de ríos, deslaves de cerros, poblados incomunicados y cientos de damnificados; sin embargo, ese año también conserva el récord histórico de la temperatura más alta en la ciudad de Durango, debido a que el mercurio alcanzó los 40 grados centígrados.
En contraste, a partir del 2010 se registró la sequía más severa. Entre septiembre de ese año y junio del 2011 se tuvieron apenas ocho milímetros de lluvias, situación que aún hoy en día tiene a las tres principales presas del municipio de Durango apenas por arriba de la mitad de su capacidad de almacenamiento.
Esto ocasionó también que la ciudad de Durango fuera considerada como la capital más seca de todo el país.
Situación críticaEl 2012 representó una recuperación climática en cuanto al volumen de lluvias, pero se quedaron por debajo de los niveles promedio; incluso la actual temporada invernal es un reflejo más de las alteraciones del ecosistema, pues a pesar de que se han registrado nevadas en algunos puntos de la región serrana, estas precipitaciones no han sido en los niveles de años anteriores.
Entre los aspectos que son considerados por el Meteorológico Local, se encuentra el desfase de los frentes fríos que se tenían pronosticados para esta temporada invernal. Florencio Rodríguez detalló que inicialmente se tenía programado que para estas fechas ya hubieran cruzado 28 frentes por Durango, pero apenas se sienten los efectos del número 23.
Al hacer referencia a los pronósticos, el meteorólogo enfatizó que las bajas temperaturas seguirán por lo menos hasta mediados de febrero; además de que a partir del próximo mes y hasta mayo las precipitaciones serán prácticamente nulas.
Resumen anualEl 2012 comnenzó con un intenso frío, tal como en este año, luego de que tres de los siete días de la segunda semana de enero tuvieron temperaturas por debajo de los cero grados centígrados.
El extremo se presentó el 12 de febrero, cuando el mercurio descendió hasta los cuatro grados bajo cero, pero también ese día se presentó la mayor variación térmica del año debido a que la temperatura máxima se fue hasta los 27.4 grados centígrados positivos; es decir, más de 31 grados centígrados de diferencia el mismo día.
El día más caluroso del 2012 fue el segundo martes de mayo, cuando la temperatura máxima fue de 39 grados centígrados; el día 26 de ese mismo mes se registró una lluvia de poco más de 16 milímetros, cantidad que se contabilizó dentro del rango raquítico de precipitaciones que formaron parte de la sequía.
Conforme transcurrió el segundo semestre del año también se normalizaron las lluvias. Tan solo durante el ms de julio se contabilizaron 20 días con precipitaciones y fue el día 26 cuando se registró la más intensa, con una acumulación de casi 22 milímetros. De hecho, durante todo ese mes cayeron 107 milímetros de agua por lluvia.
En un corte final, se pudo conocer que la precipitación acumulada del año pasado fue de apenas 296.15 milímetros; contra los 529 milímetros que se consideran como promedio anual.
El 27 de noviembre fue el último día en que se registraron lluvias en el 2012.
FUENTE: dedurango.com.mex , 28/ 01/ 2013
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