La cuestión de si los mercados financieros están preparados para los problemas que traerá consigo el cambio climático está sobre la mesa. Según Naciones Unidas no lo están. ¿Por qué perciben cambios rápidos y de corto plazo con precisión y no se fijan en lo que implicará alteraciones más profundas?
Un reciente informe de la organización de los Principios de Inversión Responsable de la ONU -compuesta por una red de inversores entre los que se incluyen 500 gestores globales- concluía que los mercados no han puesto precio aún al cambio climático.
Según Simon Webber, gestor del fondo Schroder ISF Global Climate Change, “por lo general, los mercados financieros perciben más fácilmente los cambios más pequeños y rápidos con una repercusión a corto plazo, pero les cuesta más tener en cuenta factores como la incertidumbre, los puntos de inflexión o la disrupción que conllevan cambios más profundos”
Y, en efecto, el cambio climático representa una de estas situaciones a las que los mercados se enfrentan con más dificultades. “Hoy en día es posible pensar en una descarbonización completa de industrias como la del automóvil y todo gracias al desarrollo tecnológico. Aun así, muy pocos inversores pueden apreciar el cambio y la oportunidad que supone”, asegura el gestor de Schroder.
Sectores más afectados
La mayor parte de la atención de los mercados hasta hace poco sobre los activos afectados por el cambio climático se ha centrado en el carbón. Se abandona como fuerte de energía y sus precios están en el nivel más bajo en varios años.
Sin embargo, se ha presta mucha menos atención a otros sectores económicos que se verán afectados por el cambio climático. Por ejemplo, el sector inmobiliario y el aeroespacial. A juicio de este gestor de Schroders, “son dos ejemplos en los que los precios de los activos podrían sufrir las consecuencias del cambio climático”. “A diferencia de la industria del automóvil, la aeroespacial comercial no ha llegado aún a ninguna solución tecnológica que sea viable y permita reducir sustancialmente sus emisiones”.
Por lo que toca al sector inmobiliario, estamos viendo que el valor de estos activos puede verse afectado por la evidencia, por ejemplo, de que el nivel del mar está subiendo. No hay duda de que estos activos son vulnerables frente a las grandes tormentas y la posibilidad de que la crecida del nivel del mar pueda sumergir poblaciones.
A partir de ahí, el sector seguros también se verá afectado a medida que las inundaciones y las pérdidas aumentan.
En definitiva, el cambio climático debe ser tenido muy en cuenta desde ya a la hora de seleccionar activos. Y es que, sin duda, tendrá un impacto creciente en la valoración de los precios de los activos.
FUENTE: Funds&Markets, 31 / 10 / 2019
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