En 2008, Valli Moosa, titular de la World Conservation Union, la
mayor red mundial de preservación del medio ambiente, en un artículo escrito en
el libro “Una mirada a nuestro mundo, 50 años hacia el futuro” , mencionaba lo
siguiente:
“Estamos en el 2058, después de 50 años de agitación social, una
revolución energética basada en tecnologías solares, finalmente nos las hemos
arreglado para estabilizar los cambios climáticos. Sin embargo, los paisajes, y
las condiciones de vida se han alterado irrevocablemente, y los mapas antiguos
del mundo confeccionados en el 2000 están irreconocibles.
La comunidad mundial está concluyendo
actualmente acuerdos sobre las nuevas fronteras nacionales, después que
las capas de hielo y los glaciares se derritieron en masa, surgieron nuevos sistemas
fluviales, y los altos niveles del mar inundaron áreas costeras e islas de poco
relieve, así como inmensas áreas de Asia y el Pacífico.
Los costos de mantener defensas contra la invasión del mar en partes de
Estados Unidos y Europa resultaron a la larga demasiado elevados, y partes de
Londres y Nueva York se encuentran ahora permanentemente bajo el agua.
Viéndolo ahora en retrospectiva, parece claro que a principios del
siglo XXI los gobiernos no estaban conscientes de los enormes trastornos que
los cambios en el clima ocasionarían a nuestras vidas cotidianas. Las tormentas
de polvo, incendios forestales, y sequías en Australia y el Medio Oeste de
Estados Unidos, así como las inundaciones en acueductos, alcantarillados, y
plantas eléctricas de Europa y Asia dislocaron las vidas de la gente,
originando grandes migraciones y conflictos en la década del 2020.
Pese a todos estos trastornos, nos hemos adaptado bastante bien y hemos
aprendido a ajustarnos a condiciones de vida severas e impredecibles.
El mundo no pudo alcanzar su meta inicial de detener la pérdida de la
biodiversidad, y miles de especies animales y variedades vegetales se
extinguieron en la tercera década del siglo debido a los cambios climáticos,
poniendo en peligro nuestros sistemas básicos de sustentación de la vida. Pero
gracias a radicales avances en la tecnología de los bancos genéticos, la
ingeniería molecular, y las migraciones asistidas, finalmente nos las
arreglamos para revertir hacia el 2030
la pérdida de la biodiversidad inducida por la actividad humana, ahora existe
un sistema continuo de corredores de biodiversidad que conectan la fauna y la
flora a través de los ecosistemas.
La vieja economía basada en el petróleo caso se ha desvanecido, junto
con sus estructuras y dinámicas de poder asociadas. Esta es una de las razones
por las que la antigua civilización occidental empezó a declinar rápidamente
después de la década del 2020.
Las naciones y compañías que se las arreglaron para asumir rápidamente
nuevos modelos energéticos y empresariales en las dos primeras décadas del
nuevo milenio ahora prosperan, y las multinacionales de la última generación
tienen sus sedes en China, India, Brasil, y el sur de Africa”.
FUENTE: "Una mirada a nuestro mundo, 50 años en el futuro", Mike Wallace, 2008
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