De acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, éste se entiende como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial. Afortunadamente, todos y cada uno de nosotros podemos colaborar en la lucha contra el cambio climático si promovemos la reducción de la llamada huella de carbono, un concepto que ha adquirido bastante importancia en las últimas décadas y que te explicamos en detalle a continuación.
¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es un indicador ambiental que refleja la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), expresada como CO2 equivalente, que es emitida directa o indirectamente como consecuencia de una actividad determinada.
Aunque es habitual poner el foco en el dióxido de carbono, no debemos olvidar que existen otros gases que también provocan el efecto invernadero, como son el metano (CH4) o el óxido nitroso (N2O) .
Para tener en cuenta la contribución de cada gas, existe un parámetro denominado Potencial de Calentamiento Global o GWP, (del inglés, Global Warming Potential) que compara el poder de calentamiento de una masa de ese gas de efecto invernadero con el poder de calentamiento de la misma masa de CO2, para así poder expresar el efecto conjunto de estos gases en la misma base de medida, denominada CO2 equivalente (CO2e). Para calcular las emisiones de los gases de efecto invernadero se recurre por tanto a la siguiente fórmula:
GEI (t CO2e) = GEI (t gas)*GWP gas
El primer paso para calcular la huella de carbono es realizar un inventario de emisiones de estos gases o un análisis de ciclo de vida según la tipología de huella, Con este conocimiento como base, es posible implementar una estrategia de reducción de emisiones de CO2 basada en eficiencia energética, ahorro de materias primas, economía circular, mejoras en el proceso, etc. A continuación veremos con más detallada los diferentes tipos de huella de carbono.
¿Qué tipos de huella de carbono hay?
Dependiendo de la actividad en la que nos centremos, se pueden diferenciar distintos tipos de huella de carbono, considerando habitualmente las emisiones de gas
Huella de carbono personal
Huella de carbono de producto
Huella de carbono corporativa
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