«Trabajo en casa desde el 19 de marzo. Tuvimos una semana de vacaciones de primavera (Spring Break) del 8 al 15 de marzo, y después de esto la universidad canceló las clases por dos días, el 16 y 17 de marzo, y no quiso que los estudiantes regresaran al campus, ya que existía la posibilidad que trajeran el virus de algún otro estado o país, si fueron allí de vacaciones. Luego, el 18 de marzo, cuando se supone que teníamos que empezar a dar clases en línea, hubo un temblor de magnitud 5,7 que dejó parte de la ciudad sin electricidad, por lo que ese día no hubo clases tampoco», rememora esta doctora por la Universidad de California, San Diego (UCSD en su prestigioso departamento de música experimental.
Curbelo destaca que su universidad está muy bien pretrechada para dar clases no esenciales. «La universidad estaba preparada para el teletrabajo. Algunos programas de estudios ya se ofrecían en línea. De hecho, ya existían muchos recursos como un espacio virtual para cada curso llamado canvas, que tiene opciones para entregar tareas, hacer exámenes, poner videos, hacer vídeoconferencias, chats, etcétera. El 16 de marzo nos impartieron un entrenamiento de qué recursos tiene la universidad disponibles para dar clases en línea. Canvas se ha usado durante años para las clases presenciales, lo único nuevo que aprendimos es cómo usar todas sus herramientas para dar clases en línea y las recomendaciones dadas por profesores con experiencia en este campo», señala.
«Lo más complicado fue que después de las vacaciones de primavera solo quedaban seis semanas de clases antes que acabara el curso y habían muchos conciertos programados para finales de marzo y todo el mes de abril. Fue muy desmotivante para los estudiantes que llevaban todo el año preparando estos conciertos y al final fueron cancelados. Organizamos un concierto de fin de curso en línea para que los estudiantes de la Escuela de Música de la Universidad de Utah pudiesen presentar las piezas que han estado preparando. Parece que esto fue una buena propuesta para mantener a los estudiantes motivados. La universidad también está planeando un homenaje en línea para sustituir la ceremonia de graduación», avanza.
Pero Elisabet Curbelo no dejó la soleada California por la fría ciudad de Salt Lake City para dar clases. Lo hizo para continuar con su faceta como compositora de música experimental. En la Universidad de Utah se fomenta que su profesorado investigue y en el ámbito musical, genere nuevas creaciones que se interpreten en lugares de referencia. Entienden que el prestigio personal que alcancen sus profesores generará de forma automática beneficios para la institución en la que ejercen la docencia.
La pandemia de la Covid-19 pilló a esta isleña en pleno proceso creativo. «Estoy componiendo tres piezas nuevas. Una pieza es para piano con interacción del público y está inspirada por las aguas termales de Utah. Las otras dos piezas son sobre el cambio climático. Hago la música con datos atmosféricos que me proporcionan científicos que trabajan en la universidad, y u vídeo hecho por las hermanas Sonia y Miriam Albert Sobrino, que son cineastas españolas y también trabajan en la Universidad de Utah», avanza.
La actual situación, reconoce, tendrá influencia sobre el pentagrama. «Me inspira mucho y de hecho estoy viendo cómo aplicar lo que está ocurriendo a mis piezas sobre el cambio climático. Según los investigadores y científicos, la solución para reducir el cambio climático es trabajar en comunidad global. Esto es lo mismo que hemos estado haciendo para protegernos del virus. ¿Por qué no seguimos el mismo modelo para reducir el cambio climático? ¿Por qué no somos conscientes de que estamos llegando al pico de calentamiento global y vamos a vivir un infierno aún peor del que estamos viviendo ahora con esta pandemia? Creo que el mismo problema que hemos tenido con la pandemia, la poca y dudosa información, el no tomarse las cosas en serio y saber exactamente cómo actuar en comunidad, es lo que está pasando con el cambio climático. Me interesa observar el comportamiento de las personas, analizar los problemas y las soluciones. También me interesa ver los resultados de la contaminación en el aire ahora que hay menos aviones, coches y producción en funcionamiento. Me gustaría usar toda esta información para informar a las personas a través del arte y la música», subraya quien remite a su Instragram para seguir online sus novedades profesionales.
Desde el pasado 15 de marzo, Elisabet Curbelo pisa la calle «una vez cada dos semanas para comprar frutas y verduras». «De lo demás ya tenía. Viendo lo que pasó en España, me abastecí con antelación y menos mal, porque los supermercados llevan ya un mes sin papel higiénico, gel desinfectante y productos de limpieza», confiesa.
El 26 de marzo, la alcaldesa de Salt Lake City decretó la orden de quedarse en casa, pero la compositora y pianista grancanaria lamenta que la economía parece ser la gran prioridad en el país de las barras y estrellas.
«Lo que está afectando de forma inmediata a todo el mundo es la economía. Mucha gente ha perdido sus trabajos, han bajado los sueldos y cancelado nuevos contratos. Como EE UU es un país muy grande el virus afecta de forma diferente a cada estado, igual que ha afectado de forma diferente a cada país de Europa. Desde finales de la pasada semana ha abierto todo, restaurantes, gimnasios, tiendas, salas de masaje y manicura. El estado de Utah está dando hasta 6 mascarillas por casa, ya yo pedí una. No sé por qué han abierto todo si los casos van en aumento. Parece que si la cosa no está exageradamente mal, la gente no entiende el peligro», se lamenta.
Curbelo asegura que se ha adaptado perfectamente a Utah y que su Universidad ha superado positivamente todas sus expectativas. «Para el próximo curso académico me han concedido un Dee grant para crear un nuevo ensemble electroacústico interdisciplinario y un 1U4U grant, en colaboración con músicos, cineastas, artistas, poetas, científicos y médicos que trabajan en la universidad para organizar un simposio y concierto sobre el cambio climático. Este último y otros proyectos se han visto afectado por la pandemia. «Tenía un estreno de una obra nueva a principios de junio en Irvine, California con motivo de un festival de música organizado por The Black House Collective. Esto ha sido cancelado hasta que se acabe la pandemia y lo puedan programar otra vez. También estoy organizando un simposio y conciertos sobre el cambio climático que iba a desarrollarse en octubre, pero esto ya no es factible, así que estamos planeando hacerlo más tarde. Tenía pensado ir a Madrid y Gran Canariadurante el verano y también he cancelado este plan», comenta.
Habla a diario con su familia y amigos en Gran Canaria. «La verdad es que me entristece mucho lo que está pasando y estoy siempre pendiente. Tener la familia en España es una preocupación muy grande para los que estamos lejos, porque si se enferma alguien de la familia, no podemos ir a ayudar», apunta.
FUENTE: Canarias7, 11/05/2020
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