URGENCIA | LA REUNIÓN MÁS IMPORTANTE
ACERCA DEL CAMBIO CLIMÁTICO DEBE ENCONTRAR RESULTADOS EFECTIVOS PARA EL MUNDO E
IMPLEMENTARLOS DE MANERA RÁPIDA.
Con la Ley de la Madre Tierra recién aprobada y el conflicto por la
construcción de la carretera por el Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro-Secure (TIPNIS), la posición de Bolivia en la próxima 18ava Conferencia
de las Partes (COP) que se realizará en Doha, Qatar, en el marco de la
Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC) sin
duda dará de que hablar.
Los Tiempos cubrirá de manera exclusiva esta reunión.
La delegación boliviana, encabezada nuevamente por René Orellana, llegará al
país saudita con la firme intención de hacer valer su posición
antimercantilista, y decidida a que se revindiquen los llamados Derechos de la
Madre Tierra, que es la principal bandera ecologista de este gobierno en el
exterior.
Al respecto Orellana y Diego Pacheco, también parte de la delegación
nacional, tienen la visión clara: “En el ámbito regional, Bolivia, avanzada en
sus constituciones y sus leyes, mantiene el extractivismo como núcleo del modelo
económico, lo que significa que en la práctica vulnera sus propias normas e
irrespeta los derechos de la naturaleza.
Esto demuestra que es muy importante
avanzar en el reconocimiento legal de los derechos, pero el desafío para
garantizar su ejercicio es cambiar también las visiones de desarrollo
dominantes. La adopción de una Declaración de Derechos de la Madre Tierra,
además, debe estar vinculada a instrumentos e instancias que vigilen su
cumplimiento y establezcan sanciones a quienes la vulneren.
Un planteamiento
insistente de los movimientos indígenas y sociales es la creación de un Tribunal
Internacional de Justicia Climática, con facultad de sancionar tanto a los
Estados como a las corporaciones multinacionales”.
Bolivia permanece junto al grupo G77 y China y a la Alianza Bolivariana para
los Pueblos de Nuestra América (ALBA), lo que le da mayor fuerza para negociar,
pero le obliga a ceder en algunos puntos.
Por ejemplo China ha aumentado su emisión de gases de efecto invernadero pese
a que se comprometió a disminuirla. Sin embargo espera el apoyo de sus asociados
para demostrar que tiene el mismo derecho a desarrollarse que los países
avanzados, aunque esto signifique una contaminación irreversible.
Las emisiones
mundiales de dióxido de carbono en esa nación, aumentaron un tres por ciento el
año pasado, poniendo las emisiones de China cerca de las per cápita de Europa.
En
virtud de los objetivos climáticos actuales, algunos países desarrollados se han
comprometido a reducir sus emisiones para el año 2020, mientras que las naciones
en desarrollo, encabezados por China y la India, están tratando de frenar el
crecimiento de sus emisiones, aunque ambos temen que estas restricciones
obstaculicen su progreso económico.
En Doha se deberá establecer, en el papel y no sólo en buenas intenciones,
que el crecimiento económico ecológicamente sustentable, con medidas estrictas
que reduzcan los gases de efecto invernadero, es una prioridad para el mundo que
tiene hasta el 2015 para actuar en este aspecto.
A pesar de la creciente evidencia científica de que el mundo se calienta, las
emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, y las únicas que
están frías son las intenciones de hacer algo al respecto.
"Va a ser muy difícil llegar a un acuerdo antes de 2015", ha dicho Robert
Stavins, director del Programa de Economía Ambiental de la Universidad de
Harvard. Stavins asegura que los nuevos enfoques son necesarios para permitir un
crecimiento económico que no daña el medio ambiente, y esto cuesta dinero,
dinero que no todos están dispuestos a gastar.
El Fondo Verde
El año pasado, en la COP17 de Sudáfrica, se llegó al acuerdo de que los
países establezcan un acuerdo mundial para recortar las emisiones de gases de
efecto invernadero antes de finales de 2015, por lo que ese acuerdo podría
entrar en vigor en 2020.
Hasta ahora, sólo los países desarrollados, en
particular la Unión Europea, han tenido objetivos para limitar las emisiones en
virtud del Protocolo de Kyoto, que debía expirar a finales de este año, pero que
debería ser ampliado. Este es otro tema que se discutirá arduamente en Doha.
Los años de negociaciones y los millones de dólares gastados en estas
cumbres, no han logrado un acuerdo efectivo que sustituya al Protocolo de Kyoto,
que establece objetivos de emisiones para los países industrializados.
Y a pesar
del acuerdo el año pasado para crear un Fondo Verde para aumentar la cooperación
a los países en desarrollo para ayudarles a hacer frente a los efectos del
cambio climático, todavía hay que esperar para decidir en qué país funcionará.
Hasta ahora México, Namibia, Suiza, Alemania, Corea y Polonia se han ofrecido
para ser la sede del Fondo Verde, lo cual es una responsabilidad realmente
importante. Durante la reunión de la PreCOP18 que se realiza actualmente en Corea, se
definirá quién será el país encargado.
Avances y desconfianzas
La desconfianza entre las naciones desarrolladas y en desarrollo, los
argumentos acerca de quién es históricamente responsable del calentamiento
global y los temores sobre el impacto de la reducción de emisiones -
principalmente de la quema de combustibles fósiles - en el crecimiento
económico, son algunos de los factores que han impedido se actúe de forma
efectiva respecto al cambio climático.
Esta lentitud se hace evidente en el
aumento de las inundaciones, olas de calor, sequías, malas cosechas y deshielos.
Estados Unidos es el protagonista principal de las diferencias. Reacio a
firmar el único compromiso que establece la reducción de emisiones por parte de
los países desarrollados, está avanzando de manera independiente para encontrar
cómo reducir sus emisiones en un 17% por debajo de los niveles de 2005, a pesar
de que el Senado norteamericano, de mayoría republicana, se opone a esas
medidas.
Barack Obama es el principal impulsor de estos recortes, pero sabe que
estas medidas no le granjean la popularidad entre sus votantes.
Otros principales emisores también se están moviendo hacia adelante, como
China, la Unión Europea, Australia y Corea del Sur, con esquemas de comercio de
carbono, la inversión de tecnología limpia y la legislación nacional. La Unión
Europea se ha comprometido a reducir sus emisiones en al menos un 20 por ciento
en 2020 respecto de 1990.
Comunes pero diferenciadas
Los bajos precios del gas natural están causando la sustitución del carbón
mientras que los estándares de eficiencia de combustible para los vehículos y
demás normas de contaminación para las plantas de energía también están
motivando los cortes.
Los países han prometido colectivamente limitar el aumento de la temperatura
a menos de 2 grados Celsius por encima de la época preindustrial, vistos como un
umbral clave para cambios peligrosos en el clima. Sin embargo, según las
Naciones Unidas, los objetivos y políticas actuales no son suficientes para
alcanzar esa meta.
Uno de los puntos más complicados para la agenda de Doha será la extensión
del Protocolo de Kyoto y la participación de países como Rusia, que ya ha
anunciado que no hará recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero a
partir de 2013, uniéndose a Canadá y Japón en el rechazo de una extensión del
plan de lucha contra el cambio climático. Otros grandes emisores como Australia
y Nueva Zelanda están todavía indecisos.
Rusia ha dicho que ahora se concentrará en un plan que la UNFCCC acordó el
año pasado, para llegar a un nuevo acuerdo internacional en 2015 que obliga a
los países desarrollados y en desarrollo para limitar las emisiones de gases que
entraría en vigor a partir de 2020.
Todos los países industrializados, con excepción de los Estados Unidos se han
registrado en el Protocolo de Kyoto de 1997, que busca reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero en al menos un 5,2 por ciento por debajo de los
niveles de 1990 en 2008-12.
La Secretaria Ejecutiva de la UNFCCC, Christiana Figueres, ha dicho que si
bien los países desarrollados y en desarrollo están haciendo "un progreso en la
dirección correcta" hacia un acuerdo legal, los actuales esfuerzos mundiales son
insuficientes.
"Estamos aumentando el alcance y la cobertura de las emisiones y
aumentando también la naturaleza jurídica de esas reducciones, porque vamos de
compromisos voluntarios a un acuerdo con base legal. Sin embargo, incluso si eso
entra en efecto, el hecho es que todos esos esfuerzos en realidad representan el
60 por ciento del esfuerzo global que hay que hacer si vamos a mantener en 2
grados el aumento de la temperatura global".
El año pasado, los negociadores en Durban acordaron formalizar un acuerdo de
reducción de emisiones legalmente vinculantes en 2015, que entraría en vigor en
2020 en el que tanto los países desarrollados como las naciones en desarrollo
podrían participar.
Figueres ha dicho que un principio que va a desempeñar un papel principal en
el nuevo acuerdo que emerja de Doha sería el concepto de "responsabilidades
comunes pero diferenciadas (CBRD),"
Cuestión de petróleo
El que la reunión más importante del cambio climático y el medio ambiente se
realice en un país petrolero, tiene también un significado importante. Para
muchos es una oportunidad única de fomentar el uso del petróleo y del gas
natural como combustibles encontrando una manera limpia de desarrollarlos.
Los observadores cercanos de las conversaciones de la UNFCCC han dicho que
les preocupa que los gigantes petroleros de Arabia Saudita puedan presionar a
los anfitriones qataríes de la COP18 de en los intentos de bloqueo para elevar
las ambiciones de mitigación de esas naciones, pero también saben que esta
cumbre es una oportunidad para que los partidos progresistas puedan influir en
la política en el centro del Golfo.
Arabia Saudita - uno de los productores más grandes del mundo de petróleo y
un detractor histórico de la reducción de emisiones basadas en el uso de
combustibles fósiles, ha anunciado que ha desarrollado tecnología solar de
manera importante.
Sin embargo es notorio que los saudíes no están de acuerdo
con el proceso de reducción de emisiones de la UNFCCC, y se consideran afectados
gravemente en su economía con las medidas que quieren adoptarse. Un reciente
informe de Citigroup revela que el oro negro del país se está acabando - y que
podría dejar de ser un exportador de petróleo para 2030.
El consumo de energía cada vez mayor por parte de la población saudí está
exacerbando la situación. Arabia Saudita tiene una de las huellas más grandes de
carbono per cápita del planeta. Sin embargo, en mayo de este año dio a conocer
un plan de 100.000 millones de dólares para construir proyectos solares que
sustituirán al petróleo como combustible principal. (Con datos de RTCC, The
Guardian, BBC, UNFCCC).
Derechos de la Madre Tierra
Tratándose de un ser vivo, su primer derecho es el derecho a la vida.
Además:
• Derecho a mantener sus ciclos vitales, para garantizar que ella nos brinde
los alimentos, medicinas y espacios para nuestra reproducción física y
cultural.
• A la prevención, para evitar que sus ciclos vitales sean alterados por los
impactos de las actividades extractivas, megaproyectos de infraestructura y el
cambio climático producto de actividades humanas; y garantizar que sus sistemas
no sean impactados por la contaminación, polución, desechos tóxicos y
radioactivos.
• Al uso racional y sostenible y la no mercantilización de los bienes
naturales comunes y funciones ambientales (mercados de carbono y todas sus
variantes).
• Reconocimiento del agua como fuente de vida, promoviendo su uso racional,
sostenible y equitativo, que garantice la conservación de los sistemas de vida y
los procesos productivos, sin contaminación.
• A la no alteración del patrimonio genético natural, lo que implica
restringir la producción, comercialización y consumo de organismos y material
orgánico que lo alteren.
• A la restauración, regeneración y rehabilitación de sus sistemas afectados
por actividades humanas.
FUENTE: Por Mónica Oblitas Zamora - Los Tiempos -
21/10/2012