El sector del automóvil se está
sometiendo a un profundo proceso de reinvención para adaptarse a las necesidades
de futuro del planeta, que necesita frenar la emisión de gases con efecto
invernadero. Los coches híbridos plantean un presente optimista, mientras que la
electricidad y el hidrógeno se postulan como las alternativas ecológicas de un
porvenir sin petróleo.
Se asiste a un interesante debate sobre la naturaleza que tendrá la alternativa energética destinada a tomar el relevo del petróleo en el universo de la automoción. Según el origen de la voz que se escuche, se puede concluir que una u otra tecnología está llamada a empuñar la bandera de la hegemonía. Pero lo cierto es que por el momento no existe unanimidad entre los expertos del sector sobre las directrices que deben llevar al camino más conveniente para el futuro.
Pese a que algunos ingenieros visionarios auguren una fulgurante revolución tecnológica, que debería comportar un cambio de paradigma energético de modo inmediato, las cosas parece que van a un ritmo dictado por el sentido común y la demanda del mercado. La primera fase de la transición se ha puesto en marcha, aunque se van sucediendo los capítulos de un modo pausado y sin olvidar que el petróleo sigue siendo el sustento de la movilidad mundial.
En un retrato del panorama actual sobre ruedas, reluce de inmediato que empiezan a abundar los modelos impulsados por energías alternativas. Los coches híbridos ganan adeptos, mientras que los eléctricos dan sus primeros pasos y los de hidrógeno siguen siendo testimoniales. Pero lo mejor del caso es que, en el fondo, prácticamente todos los automóviles contemporáneos se han desarrollado pensando en verde, aunque mayoritariamente siga fluyendo petróleo por sus venas.
RENAULT
TWIZY
Genética adaptada al entorno urbano
Nacido con la intención de redefinir el concepto de la movilidad urbana, el Renault Twizy rompe con la mayoría de los esquemas que imperaban hasta ahora en el universo de las cuatro ruedas. Dada su vocación netamente urbana, resulta especialmente adecuado que se trate de un vehículo eléctrico y, en consecuencia, sin emisiones.
Genética adaptada al entorno urbano
Nacido con la intención de redefinir el concepto de la movilidad urbana, el Renault Twizy rompe con la mayoría de los esquemas que imperaban hasta ahora en el universo de las cuatro ruedas. Dada su vocación netamente urbana, resulta especialmente adecuado que se trate de un vehículo eléctrico y, en consecuencia, sin emisiones.
En este caso, debido al
teórico uso en recorridos de corta distancia, que cuente con una autonomía de
funcionamiento de 100 kilómetros no debería plantear inconvenientes. Dispone de
buena aceleración para arrancar con ímpetu, mientras que su velocidad máxima se
ha limitado a 85 km/h. La configuración de sus dos plazas, dispuestas en tándem,
lo aproxima al mundo de las motocicletas.
OPEL
AMPERA
El coche eléctrico de largo alcance
Si los coches híbridos se postulan como la opción inmediatamente hegemónica y los eléctricos parece que podrían imponerse a largo plazo, existe una interesante vía de transición entre estos dos tipos de tecnologías alternativas.
El coche eléctrico de largo alcance
Si los coches híbridos se postulan como la opción inmediatamente hegemónica y los eléctricos parece que podrían imponerse a largo plazo, existe una interesante vía de transición entre estos dos tipos de tecnologías alternativas.
Se trata de los automóviles que funcionan mediante un
motor eléctrico, pero que cuentan con autonomía extendida. Tal es el caso del
Opel Ampera, que monta un propulsor de 150 CV que consume la energía almacenada
en un poderoso conjunto de baterías.
Pero lo bueno del caso es que este modelo
cuenta con un modesto generador de gasolina, que se pone en marcha únicamente
cuando el cerebro electrónico de gestión del vehículo detecta que es necesario
producir electricidad.
FUENTE: Pere Prat, lavanguardia.com,
30/9/2012.
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