En los tiempos que corren, donde las
personas sufren de profundas angustias, vacíos emocionales, pérdida de valores
tradicionales, fragilidad en las relaciones afectivas, el concepto de “resiliencia”
merece ser tenido en cuenta como una capacidad que pueden aprender los seres
humanos para hacer frente a situaciones en la cuales ya todo parece “perdido y
sin sentido”.
El concepto de resiliencia
refiere a la capacidad de las personas de sobreponerse a tragedias o períodos
de fuerte dolor emocional. Esta idea también aplica y se extiende a los grupos
humanos, o sociedades que logran superar
situaciones de tanto dolor, en las cuales se tiene la idea de que no habrá
posibilidades de ningún tipo de recuperación.
Es interesante aprender de los
ecosistemas, los cuales pareciera que disponen de esta capacidad de resiliencia
para hacer frente a profundos cambios, y entonces poder desarrollar procesos de
recuperación luego de períodos de intensa contaminación.
Muchas veces, las personas creen
que esta capacidad de recuperarse a profundos desgarros emocionales, es un don
con el cual se nace. Particularmente, la psicología ha mostrado que la
resiliencia no es una capacidad genética sino que puede ser adquirida, y todas
las personas tienen la posibilidad de “aprender” y construirse una herramienta
tan vital y potente que les servirá para llevar en su mochila a lo largo de toda su vida.
Este trabajo de aprendizaje es
individual, pero también requiere de contextos, y acompañamientos sociales adecuados
que apoyen el proceso de enseñanza, en esa dialéctica tan necesaria que posibilita
“transmitir y adquirir” capacidades. No puedan producirse los aprendizajes
fuera de un ámbito social y cultural.
Actualmente, aquellas sociedades que ya están
sufriendo las consecuencias del cambio
climático, que sufren inundaciones permanentes en sus territorios,
desertización de sus suelos, smog en sus ciudades, dolencias respiratorias y dermatológicas,
están aprendiendo a adquirir y reconocer esta capacidad de resiliencia como una
herramienta potente para sobreponerse a las vigentes y futuras catástrofes
ambientales.
En cambio aquellas otras
sociedades que no sufren, en el presente, los vaivenes del cambio climático, no
toman conciencia de lo que algunos científicos definen como un cáncer que avanza
silenciosamente, y que cuando se manifiesta ya es tarde.
Quizá sea el tiempo en que las
sociedades, puedan aprender y disponer de esta herramienta, de manera
preventiva, para hacer frente a los inevitables cambios climáticos que serán
moneda corriente en este siglo XXI que hemos comenzado a transitar.
FUENTE: Juan José Olivieri, 26/ 05/ 2013
Jose Luis: muy claro !!. jorge
ResponderBorrarLa correlatividad de la capacidad de resiliencia de las comunidades con los gobiernos municipales y los efectos del cambio climático, con tres variables que se deben de gestionar sobre la vision holistica e integral de manera de puedan crear las estrategias bases para futuras situaciones del riesgo de desastres naturales y los efectos generales que trae el cambio climático y los efectos del calentamiento global como variable del mismo.
ResponderBorrar