Los tsunamis pueden generarse debido a erupciones volcánicas, deslizamientos submarinos de tierra, deslizamientos terrestres de grandes volúmenes de escombros, detonaciones nucleares submarinas e incluso el impacto de un meteorito de grandes dimensiones, sin embargo, los desencadenante más comunes de un tsunami son los terremotos submarinos formados en los límites convergentes de las placas tectónicas. De hecho, según la base de datos histórica global del Centro Nacional de Datos Geofísicos de los Estados Unidos, más del 80 % de los tsunamis registrados han sido producido por terremotos.
Teniendo esto en cuenta, la formación de un tsunami puede dividirse en 4 fases:
- Un tsunami generalmente comienza lejos de la costa con una fase inicial en la que un terremoto, una erupción volcánica o un movimiento abrupto de terreno en el fondo del mar desplaza el agua que se encuentra por encima. Cabe no dejarse engañar, ya que aunque el terreno afectado pueda ser relativamente pequeño, la enorme liberación de energía en estos eventos desplaza a toda la columna de agua que se encuentra por encima de él, afectando a un gran área y volumen total de agua. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de la deformación vertical del fondo marino.
- En el océano profundo las olas de un tsunami pueden ser prácticamente imperceptibles, de apenas unos 30 centímetros, sin embargo pueden viajar por miles de kilómetros atravesando el océano a velocidades de hasta 1.000 kilómetros por hora. Durante esta fase de propagación, a diferencia de las olas normales, las cuales suelen estar separadas por decenas de metros, las sucesivas crestas de las olas de un tsunami pueden estar separadas por distancias de hasta 200 kilómetros.
- Durante la fase de amplificación, a medida que se acerca a la costa la altura de las olas de un tsunami aumentan y la distancia entre dos crestas adyacentes disminuye. Cuando se acercan a la costa, la fricción con el suelo menos profundo ralentiza la velocidad de la ola pero incrementa su altura, la cual puede elevarse en los casos más extremos hasta los 30 metros de altura. La primera parte de la ola que llegará a la costa local es un valle, y no una cresta de ola, lo que provoca que la marea se retire cientos de metros más de lo habitual. Este retroceso suele tener lugar durante unos 6 minutos antes de que la primera ola de un tsunami golpee la costa.
- A diferencia de las olas normales, las olas de un tsunami no rompen, si no que avanzan como un muro sólido de agua que choca contra la línea de costa. Durante esta última etapa o fase de impacto, la gran masa de agua arrastrada por la ola ingresa tierra adentro. Cuando tocan tierra, la mayoría de los tsunamis tienen menos de 1 metro de altura, pero en casos extremos, pueden exceder los 30 metros. Un tsunami puede llegar a la costa como una inundación que crece rápidamente o una pared de agua turbulenta, y un gran tsunami puede inundar áreas costeras bajas a más de un kilómetro tierra adentro.
Fuente: National Geographic (España)
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