Este concepto, acuñado por un explorador antártico, es importante para la seguridad pública. A continuación te explicamos cómo lo calculan los meteorólogos y cómo mantenerte a salvo cuando arrecia el viento.
La sensación térmica, mencionada en los partes meteorológicos matinales y en las aplicaciones meteorológicas, es una medida del frío que se siente en la piel. Y es una previsión importante para la seguridad pública.
Las personas expuestas a -23 °C y vientos suaves pueden sufrir congelación en 30 minutos, pero si esos vientos aumentan a más de 96 kilómetros por hora, la congelación puede ocurrir en menos de cinco minutos.
¿Cómo se calcula la sensación térmica?
Cuando una persona está al aire libre con frío, su cuerpo empieza a perder calor. Pero, al igual que una persona que expulsa el calor de un plato de sopa caliente, los vientos fríos eliminan el calor corporal más rápidamente, haciendo que parezca que hace más frío en el exterior.
Calcular la sensación térmica puede ayudar a las personas a prepararse mejor para condiciones duras al aire libre. El frío puede provocar hipotermia, cuando la temperatura corporal desciende por debajo de los 35 °C, o congelación, cuando el tejido corporal se congela y puede sufrir daños permanentes.
Los meteorólogos calculan la sensación térmica mediante una fórmula del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos que tiene en cuenta la velocidad del viento y la temperatura del aire, aunque otros factores como un día soleado pueden hacer que la temperatura parezca más cálida.
¿Para qué sirve medir la sensación térmica?
El término "sensación térmica" fue acuñado en 1939 por el geógrafo y explorador antártico Paul Siple. Junto con su compañero Charles Passel, experimentaron cuánto tardaba el agua en congelarse en distintas condiciones de aire y viento. A partir de estos datos, crearon fórmulas para determinar cómo podía influir el viento en la sensación de temperatura sobre la piel.
Con el tiempo, sus fórmulas se han ido actualizando con modelos informáticos más precisos y experimentos con seres humanos.
Un estudio publicado en 2002 expuso a seis hombres y seis mujeres a diferentes temperaturas y velocidades del viento y midió la pérdida de calor mediante sensores colocados en la cara.
Aunque estos experimentos ayudaron a los científicos a establecer datos de referencia sobre cómo el calor abandona el cuerpo en adultos sanos, algunas poblaciones, como los niños, los ancianos y los adultos con problemas de salud, corren un mayor riesgo de experimentar diferentes sensaciones térmicas.
Otras formas de medir la sensación térmica
La fórmula utilizada por el NWS para determinar la sensación térmica no es el único método empleado para calcular cómo influyen las condiciones ambientales en la sensación de frío o calor.
El servicio de predicción meteorológica AccuWeather tiene su propio índice denominado temperatura ReelFeel. Según el meteorólogo jefe de AccuWeather, Jonathan Porter, su índice tiene en cuenta condiciones meteorológicas que la sensación térmica del NWS no contempla, como el punto de rocío, la nubosidad y las precipitaciones.
Otro modelo, más utilizado en Europa, se denomina Índice Universal del Clima Térmico, y también tiene en cuenta condiciones como la humedad y la insolación.
El NWS solo utiliza la temperatura del aire y la velocidad del viento en su estimación de la sensación térmica para proporcionar una instantánea de las condiciones meteorológicas más influyentes que afectan la percepción de las temperaturas, utilizando el cálculo más sencillo, según Michael Muccilli, Coordinador del Programa de Invierno del NWS.
Cómo mantenerse a salvo cuando baja la sensación térmica
La sensación térmica y otras estimaciones del frío que se sienten en el exterior se pronostican en última instancia para ayudar a informar a la gente sobre el tiempo potencialmente mortal.
Quédate en casa cuando haya riesgo de congelación o hipotermia. Pero si tienes que salir, planifica en consecuencia. Vístete por capas, hasta tres o más en caso de frío extremo. Cúbrete las extremidades, como los dedos de manos y pies, ponte un gorro para evitar la pérdida de calor por la cabeza y asegúrate de que las capas exteriores y el calzado sean impermeables. Y protégete del viento, aconseja Muccilli.
Recuerda que los problemas de salud peligrosos, especialmente cuando la sensación térmica es extrema, pueden aparecer en cuestión de minutos.
Fuente: National Geographic
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