¿Qué es la energía eólica?
Por tierra o por mar, desde tiempos inmemoriales el ser
humano ha usado la fuerza del viento para realizar acciones que serían
imposibles con la simple fuerza de sus brazos. En tierra, la energía
eólica se ha utilizado en los molinos de viento para moler el trigo o
para bombear el agua de los pozos. En el mar, en cambio, el viento ha permitido
desplegar las velas, proporcionando al ser humano la oportunidad de explorar el
planeta a bordo de una embarcación.
Don Quijote, protagonista de la obra maestra literaria de
Miguel de Cervantes, es seguramente uno de los mayores testigos de la energía
eólica. El caballero andante, que se enfrentó a los molinos de viento en la
Mancha, es un magnífico testimonio de que el uso de la fuerza del viento era ya
una realidad consolidada y extendida en el siglo XVII. Hubo que esperar otros
dos siglos, hasta finales del siglo XIX, para que se hiciera realidad la
posibilidad de obtener electricidad del serpenteo del viento en los cielos.
La evolución tecnológica y la innovación han contribuido de manera decisiva al desarrollo de la energía eólica, hasta llegar a los modernos aerogeneradores. Según el informe de 2019 de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), la energía eólica es actualmente la segunda fuente de energía renovable por producción del mundo (564 GW en total de capacidad instalada) y está en constante crecimiento; en la actualidad, la energía eólica proporciona alrededor del 5 % de la producción eléctrica mundial, cifra que prácticamente se ha duplicado en los últimos 10 años.
Fuente: ENEL green power
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