"La temperatura aumenta, los glaciares se derriten, el nivel del mar sube, las precipitaciones cambian, los cultivos sufren, tenemos menos alimentos, suben los precios, aumenta la pobreza y la vulnerabilidad, y eso produce conflictos, migraciones y violencia. Todo esto tiene una causa: gases de invernadero que se producen por consumo y desechos de la población humana", expresó Stephan Halloy, doctor en Biología y coordinador de Ciencias del Programa de Andes del Sur de The Nature Conservancy, en su disertación en las VIII Jornadas Internacionales sobre Ambiente, realizadas el 13 y 14 de agosto en Salta.
"Hablamos de que necesitamos un auto, una casa, seguir el modelo económico actual. Pero nada nos dice que esa es la forma en que tenemos que vivir para ser felices. Esos son atajos mentales", graficó.
El experto se refirió a la distribución de la riqueza. "Tenemos muchísimos pobres y muy pocos ricos, pero estos acaparan la gran mayoría de los recursos del mundo", aseguró.
Además, describió cómo aumentará la temperatura si no hay un cambio en el cuidado ambiental. "Una persona nacida en 1980, al final de su vida, tendría una expectativa de aumento de la temperatura de 2 a 4 grados. Una nacida hoy, en cambio, de 3 a 6 grados.
Esto es absolutamente desastroso", informó el especialista.
Halloy señaló que, mientras la población humana tiene un crecimiento exponencial, el resto de las especies disminuyen. "No es solo la biodiversidad la que está amenazada sino las mismas culturas humanas", señaló.
El experto mostró cómo en algunos lugares, como Buenos Aires, aumentan las precipitaciones mientras que en otros, como la Patagonia y el oeste de la Argentina, disminuyen. "La zona de Buenos Aires, con casi una tercera parte de la población del país, está en áreas altamente vulnerables a las invasiones por el mar", expresó.
El especialista además habló de las consecuencias que podría tener la degradación ambiental. "Vamos a ver el efecto de esto sobre el hambre, la violencia y la vulnerabilidad de esas poblaciones. La desigualdad está en rápido aumento y hay mucha malnutrición", manifestó.
Stephan Halloy. DOCTOR EN BIOLOGÍA
"Consumir menos"
¿Qué puede hacer una persona común para disminuir el impacto ambiental?
Cada persona tiene su rol en esto pero lo esencial es consumir menos. Lo fundamental que estamos haciendo es consumo. Consumir menos energía, menos bienes materiales porque cada bien material que uno compra tiene una huella ecológica importante, desde una silla o una mesa hasta un auto o una casa. Debemos reducir ese impacto sobre la naturaleza y el medioambiente. Consumir menos agua también. Eso no significa que uno tenga que estar con sed, en realidad, la forma a través de la cual uno consume más agua es con productos, por ejemplo, para producir oro o un auto hace falta mucha agua. Si uno compra un "gramito de oro" está comprando también un montón de agua que se ha utilizado.
¿Quién tiene mayores responsa bilidades?
Uno trata de asignar responsabilidades pero, en verdad, cada individuo tiene una responsabilidad en su inserción social a través de los sistemas democráticos y de consulta, incluso de difundir un mensaje al hablar con amigos o con familia.
¿Cómo se imagina un sistema nuevo que respete y valore el medio ambiente?
Hay escenarios, mapas que uno puede seguir. Uno de ellos es un sistema más autoritario, al estilo de Kyoto, en el que un sistema internacional impone una serie de reglas y dice: "Ya estamos contra la pared, tenemos que tomar medidas". El otro es más voluntario, en él se llega a nivel de asociaciones ciudadanas, en el que todos dicen: "Sí, hay que reducir el consumo y lo hacemos voluntariamente".
Entonces, llegamos a un sistema como ese jardín donde todo el mundo está más en sintonía con el ambiente.
FUENTE: El Tribuno, 9 / 09 / 2015
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