Este es el momento de desinvertir, para hacerles entender a los dirigentes políticos que nosotros, personas e instituciones, tomamos en serio el cambio climático y esperamos que ellos hagan lo que deben en París. Al pronunciar estas palabras, Leonardo DiCaprio, con otras 2.000 personas y unas 400 instituciones, se comprometió a desinvertir.
Por desinvertir se entiende retirar el dinero colocado en empresas del sector de los combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón) para invertirlo en energía alternativa.
El monto comprometido representa un total de 2,6 billones de dólares, una cifra considerable, el crecimiento del movimiento de desinversión, que aumentó unas cincuenta veces en el curso de un año. Entre las instituciones se encuentran fondos de jubilaciones, compañías de seguros, universidades e iglesias: el fondo de jubilaciones de Noruega, la Universidad de Oxford, las iglesias anglicana y luterana (The Guardian, 23-9-15). Aunque Francisco ha sido claro en su postura sobre la ecología, no se ha comprometido a desinvertir el dinero del Vaticano, ni ha dado instrucciones precisas a la comunidad católica sobre el asunto.
¿Para qué desinvertir? Para conservar nuestro planeta. Para que su temperatura media no pase los dos grados, se debe limitar la emisión de los gases de efecto invernadero, causa del calentamiento global. Entre esos gases figura el anhídrido carbónico producido por la combustión del petróleo, gas y carbón.
Las empresas del sector, según estimaciones fiables, deben "dejar en la tierra" entre el 70% y el 80% de sus reservas de esos hidrocarburos, para evitar un calentamiento global catastrófico. Como además de utilizar sus reservas buscan otras, para explotarlas en el futuro, la desinversión es un modo de impedírselo.
Con lo desinvertido hasta el momento, e incluso con más, no quebrarán esas empresas en un futuro próximo. Pero si el movimiento crece como ha crecido hasta el momento, la situación se les puede complicar, y ellas mismas lo comprenden.
Los partidarios del movimiento alegan dos tipos de motivos: éticos y financieros. Desde el punto de vista ético, dicen, seguir con este consumo de combustibles fósiles elevará el nivel del mar, provocará inundaciones y sequías, más enfermedades y conflictos (incluyendo el de los refugiados); no se debe hacer lo que daña a los demás.
Desde el punto de vista financiero, si los Gobiernos toman las medidas necesarias para reducir el uso de esos combustibles, las empresas del ramo deberán dejar en el suelo sus reservas; con eso caerán sus acciones y podrían llegar a la quiebra.
Esto último dependerá, en gran medida, de lo que se decida en París, en la conferencia internacional llamada COP 21. También dependerá de la movilización ciudadana a nivel mundial, para hacerles entender a los políticos la necesidad de actuar, como dijo DiCaprio. A nivel mundial se organiza el movimiento Fuerza a través de París, que ha llegado al Paraguay. Según me informaron por correo electrónico, el lunes 28 de setiembre, a las 18.30, habrá una reunión del grupo en un local de la calle Sargento Gauto casi Venezuela.
FUENTE: Ultima Hora.com, Por Guido Rodríguez Alcalá, 27 / 09 / 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario