Desde el plancton hasta las ballenas. Todos los organismos que albergan los océanos dependen del crecimiento de la bacteria Trichodesmium, conocida por sobrevivir en partes pobres en nutrientes encargándose de convertir el gas nitrógeno en un material que puede ser utilizado por otros seres, explica el investigador Eric Webb en la revista Nature Communications.
La bacteria Trichodesmium es un microorganismo que forma colonias que pueden verse a simple vista, por lo que se las denomina «aserrín marino», y funcionan como agentes de fertilización del océano.
Webb y su equipo han criado durante el último lustro a las bacterias en los niveles de dióxido de carbono previstos para 2100 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Y descubrieron que las bacterias se reproducían a un ritmo muy superior al habitual, consumiendo grandes cantidades de nutrientes -tales como el hierro y el fósforo- que están en cantidades limitadas en el océano y que se prevé sean cada vez más escasos en el futuro.
Poniendo en riesgo la supervivencia propia y ajena. Cuando esas bacterias que habían participado en el experimento fueron devueltas a su medio natural se «quedaron atascadas en ese estado de crecimiento rápido; algo que no tiene precedentes en la biología evolutiva», ha manifestado Webb al diario británico The Guardian.
FUENTE: ABC.es, 3 / 09 / 2015
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