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martes, 13 de junio de 2017

EL 40% DEL AGUA SE ENCUENTRA EN RIESGO POR EL CAMBIO CLIMÁTICO





Hace años que los planes hidrográficos de las distintas cuencas de España tienen en cuenta el efecto que está teniendo y tendrá el cambio climático sobre la disponibilidad de recursos hídricos; sin embargo, su alcance podría ser aún mayor, según se desprende del estudio 'Cambio climático y planificación hidrológica: ¿es adecuado asumir un porcentaje único de reducción de aportaciones para toda la demarcación?', elaborado por los investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, Patricia Marcos y Manuel Pulido, en el que han analizado la Cuenca del Júcar.

La respuesta a la pregunta que se hacen los investigadores en el título del estudio está claro: "No recoge todo el cambio que se está produciendo", explica Manuel Pulido, director de la cátedra de Cambio Climático UPV-GVA, y pronostica que "el porcentaje de reducción de los recursos podría ser mucho mayor" del estimado en los actuales planes.
 
Así, según resalta la investigación, en el sistema de explotación del Júgar se calcula un 12%, asumiendo, además, que va a ser lineal en todas las áreas de la cuenca, pero el estudio llega a estimar una disminución media del 21%, pudiendo llegar al 40% en los embalses de Alarcón y Contreras, que son, además, "los grandes embalses en los que se puede regular los recursos", apunta Pulido.
 
Esta variación entre los cálculos de las Confederaciones Hidrográficas y el estudio de los investigadores de UPV se debe, principalmente, a que los primeros aplican "un coeficiente de reducción único a las aportaciones y no se considera la variabilidad de espacios dentro de una misma demarcación", y además de ser conservadores, ya que "hemos constatado que en los últimos años ya se ha experimentado una reducción similar a la aplicada en el Plan".

Sistema del Júcar

Una de las principales novedades que aporta la investigación es el estudio de la variabilidad espacial de los impactos del cambio climático en el sistema del Júcar, que se ha dividido en siete subcuencas y en cada una se ha evaluado el comportamiento de las variables de precipitación y temperatura.
 
Los resultados determinan que en los últimos 30 años los cambios en los patrones de precipitación y temperatura en el sistema Júcar no han sido homogéneos, observándose diferencias entre las subcuencas de cabecera y las ubicadas en la zona de clima mediterráneo, tal y como explican los investigadores.
 
"Los mayores incrementos de temperatura y disminuciones de la precipitación se detectan en las cuencas de cabecera, lo que afectaría significativamente a los volúmenes regulados del sistema, por lo que es necesario considerar la variabilidad espacial dentro de la propia demarcación, y, por tanto, ser tenido en cuenta a la hora de considerar los impactos del cambio climático dentro de la planificación hidrológica", asegura Patricia Marcos.
 
Aunque el estudio se ha centrado en el sistema de explotación del Júcar, las conclusiones son extrapolables al resto de cuencas de España. "Todo el Mediterráneo es sensible al cambio climático, y se están experimentando aumentos de temperaturas y una disminución de las predicciones, lo que está llevando a las cuencas a situaciones cercanas al estrés hídrico", señala Pulido.

Reacción

Una de las conclusiones a las que han llegado los investigadores es que aún se está a tiempo para reaccionar y aconsejan que "la implantación de un programa de adaptación debería ser progresivo y dinámico en el tiempo: aunque las proyecciones climáticas actuales llegan hasta finales del presente siglo, los horizontes temporales de los ciclos de planificación son mucho más modestos. Por tanto, no todas las medidas de adaptación plausibles para un sistema dado serán posibles de implantar a corto plazo, pero su consideración puede significar dejar abiertas más opciones a medio o largo plazo".
 
Así, Pulido habla de la necesidad de tomar medidas, ya que supondrán una asignación diferente de los recursos entre los usuarios, "lo que puede generar tensiones entre ellos". Además de la revisión de las concesiones, propone la puesta en marcha de instrumentos económicos, como la creación de mercados del agua y actuar sobre tarifas y precios.
 
Tendrían que ser medidas que deberían consensuarse entre todos los actores implicados, porque la realidad es que, uno de los efectos del cambio climático, es que "habrá menos agua para regular y hacer frente a las sequías", una de las consecuencias que verá aumentada su frecuencia en el corto plazo.
 
FUENTE: El Economista.es , 12 / junio / 2017

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