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sábado, 10 de junio de 2017

NUESTROS CEREBROS HAN SIDO EDUCADOS PARA IGNORAR EL CAMBIO CLIMÁTICO




Tras el premiado 'Mañana', el escritor y realizador francés presenta un libro con iniciativas para reducir los efectos del cambio climático. "Tenemos que dejar de mostrar la catástrofe y de asustar con el cambio climático porque es una estrategia que no funciona". "No hay que plantearse si es algo utópico o no, sino preguntarnos qué vamos a hacer para sobrevivir al cambio climático".

 Cyril Dion (Francia, 1978) es un hombre que sueña con cambiar el mundo “a base de ideas que liberen la creatividad”. Un sueño que ha conseguido plasmar en Mañana (Demain) un documental sobre el cambio climático que rompe con los esquemas tradicionales del género, buscando la esperanza en un tema teñido de catastrofismo.

Laureado con el premio César a mejor documental en el año 2016, Mañana ha tenido una “acogida impresionante” en toda Europa superando el millón de espectadores en Francia y llenando las salas de Bélgica, Suiza, Austria, Alemania e Italia, hasta EE UU. Este éxito ha llevado a Cyril Dion a lanzar todo lo que se quedó fuera de la película en un libro para adultos (Mañana.

Una revolución en marcha) y en un libro para los más pequeños, escrito junto a la actriz Melanie Laurent (Malditos bastardos), una de las narradoras del documental Mañana. Un libro que una sociedad de productores francesa le ha pedido que convierta en “una serie de animación para televisión”.

 Qué piensa la primera vez que lee el informe de Anthony Barnosky y de Elisabeth Hadly, del que parte toda su preocupación sobre el cambio climático?
No podía creer que fuera cierto. Tuve mucho miedo porque nunca había leído algo tan escalofriante. Pero lo que más miedo me dio fue que los propios científicos estaban atemorizados por los resultados del estudio. Eso no era muy buena señal.

¿Se le ha prestado atención suficiente al estudio?
No. Cuando lo leí me pregunté por qué nadie está dispuesto a escuchar cuando hablamos del cambio climático. Creo que he encontrado una explicación en un libro del científico inglés George Marshall que explica cómo nuestros cerebros han sido “educados” para que ignoren todo lo relacionado con el cambio climático. Hay que buscar nuevos mecanismos para despertar el entusiasmo y la creatividad de la gente Marshall explica que, cuando se le anuncia algo realmente malo a una persona, algo tan grande que tiene la impresión de que no puede hacer nada para cambiarlo, se desencadenan en nuestro cerebro unos mecanismos de miedo y de huida.
Eso es lo que pasa con el cambio climático, que la gente está tan asustada y se siente tan impotente, que su cerebro genera todo lo contrario de lo que necesitamos para luchar. Deberían desencadenarse los mecanismos de la creatividad, del entusiasmo y de las ganas. Eso es lo que hemos intentado hacer con Mañana.

¿Por qué decide contar con la participación de la actriz Melanie Laurent para su documental Mañana?Melanie y yo nos conocemos desde el año 2011.
Cuando empecé a montar la película vi su primera película como realizadora, Les Adoptés (Los adoptados), y pensé que sería una buena idea trabajar juntos. Ella podría aportar mucha poesía y mucha estética. Como sabía que Melanie estaba muy involucrada en cuestiones ecológicas, trabajando con Greenpeace o con Bloom (una asociación que lucha contra la sobrepesca), me pareció que era la persona apropiada.

En su documental huye de la visión catastrofista de, por ejemplo, la superpoblación, la desaparición masiva de ciertas especies o la deforestación, para mostrar un punto de vista más optimista, ¿por qué toma esa decisión?
Porque hay que cambiar de estrategia. Tenemos que dejar de mostrar la catástrofe y de asustar con el cambio climático porque es una estrategia que no funciona.
Hay que buscar nuevos mecanismos para despertar el entusiasmo y la creatividad de la gente para hacer frente a esta lucha. Para ello, me pareció que había dos cosas que podían funcionar. La primera era mostrar soluciones, dar voz a las personas que han tomado la iniciativa para cambiar las cosas y con las que el espectador se puede sentir identificado.
La segunda era contar una historia, porque las historias son el arma más poderosa de los seres humanos. Las historias son capaces de enseñarnos y de desencadenar un movimiento.

El mundo que muestra en el documental y en el libro, ¿no es un tanto utópico?
Nada de eso. Todo lo que se puede ver existe. No hemos imaginado cómo podría ser, hemos enseñado cómo es y hemos tratado de ver cómo sería el planeta si todo el mundo se sumase a estas iniciativas.
Hoy en día, no hay que plantearse si es algo utópico o no, sino preguntarnos qué vamos a hacer para sobrevivir al cambio climático y a todo lo que está ocurriendo. En realidad no tenemos elección.

 Primero una película y después un libro, ¿por qué?(Risas)
 Primero con una película porque el cine es el medio más eficaz para llegar a mucha más gente. Vivimos en la sociedad de la imagen, de las pantallas, y el cine puede sensibilizarnos intelectualmente, emocionalmente o estéticamente.

¿Y el libro para los niños?
La película es un documental, un género difícil para los niños. Muchos estudiantes la han visto, pero la mayoría eran mayores de 14 años. Hoy por hoy es importante que podamos hablar con las generaciones que van de los 8 a los 12 años porque son los que van a tener que enfrentarse a todos estos desafíos. Es importante que los niños empiecen a hacer cosas diferentes a las que hacen sus padres, pero también es importante que empiecen a mirar el mundo de una forma distinta.
Pase lo que pase vamos a avanzar hacia una sociedad que dependerá cada vez más de la ecología y de la redistribución de la riqueza. El problema es si seremos capaces de hacerlo a tiempo porque ya no nos queda mucho.

¿Por qué un actor, poeta y realizador decide lanzar Colibris, un movimiento para llevar la ecología al centro del debate político?
No pensé mucho en ello. Quise ser actor para hacer algo artístico, pero no le encontraba mucho sentido a mi profesión, tenía ganas de explorar nuevas vías. Por casualidad empecé a reunirme con gente, a organizar charlas y a crear un el movimiento ecologista en torno a las ideas del filósofo Pierre Rabhi. Además de hacer algo que tenía sentido para mí y que me gustaba, era la primera vez que sentía que estaba haciendo algo útil.

¿Cómo podemos ayudar a mejorar al planeta?
Hay muchas cosas que se pueden hacer. Podemos ayudar con pequeños gestos que tengan impacto en el día a día como reducir el consumo de carne o pescado. La sobrepesca y la ganadería masiva, son una de las principales causas del cambio climático, de la deforestación o de la desaparición de las especies. Los océanos albergan el 40% del oxígeno y si los seguimos vaciando será una catástrofe para el ser humano.
Podemos ayudar con pequeños gestos que tengan impacto en el día a día como reducir el consumo de carne y pescado

¿Cómo se puede convencer a la gente para que reduzca su consumo de carne y pescado?
Eso es decisión de cada uno. Yo me hice vegetariano después de ver reportajes sobre los mataderos y la crueldad con la que se trata a los animales, después de ver los datos del impacto de este tipo de consumo en el cambio climático, después de ver decenas de películas o de leer unos cuantos libros, como Comer animales de Jonathan Safran Foer que es extremadamente duro.
Podemos empezar aconsejando libros y películas para que cada uno pueda formarse su propia opinión sobre el asunto y decidir lo que quiere hacer.

De todas las nuevas técnicas que ha podido ver, ¿cuál es la que más le ha sorprendido?
Lo que más me sorprendió y de lo que más aprendí fue de la creación de monedas complementarias, de dinero local o para empresas.
Comprender lo que nos explica el economista Bernard Lietaer sobre la necesidad de la diversidad para evitar que muera el sistema. Una diversidad que no solo debe ser agrícola o cultural, sino económica o monetaria.

 ¿No se ha planteado formar parte de alguna candidatura política en Francia de cara a las elecciones legislativas?No, no tengo ganas de hacer política. Mi profesión es crear cosas, eso es lo que me gusta, lo que me apetece hacer. Pero lo curioso es que hay tres partidos políticos, dos en Francia y uno en Bélgica, que se llaman Demain (Mañana) y que se han creado como una referencia a la película. Eso está muy bien, porque se ve que servimos para algo.

FUENTE: 20 MINUTOS, 5 /junio / 2017

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